1Die Israeliten aber veruntreuten etwas von dem, was als Banngut geweiht war. Denn Achan, der Sohn Karmis, des Sohnes Sabdis, des Sohnes Serachs, vom Stamm Juda, nahm etwas von dem Banngut. Da entbrannte der Zorn des HERRN über die Israeliten.2Josua schickte von Jericho aus einige Männer nach Ai, das bei Bet-Awen, östlich von Bet-El liegt, und sagte zu ihnen: Geht hinauf und erkundet das Land! Die Männer gingen hinauf und erkundeten Ai.[1] (Hos 4,15; Am 5,5)3Als sie zu Josua zurückkamen, sagten sie zu ihm: Es braucht nicht das ganze Volk hinaufzuziehen. Etwa zwei- oder dreitausend Mann sollen hinaufziehen; sie werden Ai schlagen. Bemüh nicht das ganze Volk dorthin! Denn ihrer sind nur wenige.4So stiegen vom Volk etwa dreitausend Mann nach Ai hinauf; doch sie flohen vor den Männern von Ai.5Die Männer von Ai erschlugen etwa sechsunddreißig Mann; und sie verfolgten sie vom Stadttor bis zu den Steinbrüchen und schlugen sie an der Steige. Da zerschmolz das Herz des Volkes und wurde zu Wasser.6Josua zerriss seine Kleider und warf sich zusammen mit den Ältesten Israels vor der Lade des HERRN mit dem Gesicht zu Boden bis zum Abend. Sie streuten sich Staub auf das Haupt7und Josua sagte: Ach, Herr und GOTT! Warum hast du denn dieses Volk den Jordan überschreiten lassen? Um uns in die Hand der Amoriter zu geben, damit sie uns vernichten? Hätten wir uns doch dazu entschlossen, jenseits des Jordan zu bleiben!8Ach Herr, was soll ich sagen, nachdem Israel seinen Feinden den Rücken gezeigt hat?9Das werden die Kanaaniter und alle Bewohner des Landes hören und sie werden uns umzingeln und unseren Namen aus dem ganzen Land ausmerzen. Was willst du dann für deinen großen Namen tun?10Da sagte der HERR zu Josua: Steh auf! Warum fällst du auf dein Angesicht?11Israel hat gesündigt. Sogar meinen Bund, den ich ihnen geboten habe, haben sie übertreten. Weggenommen haben sie vom Banngut, gestohlen haben sie es, unterschlagen und zu ihren eigenen Sachen gelegt.12Deshalb können die Israeliten ihren Feinden nicht mehr standhalten und müssen ihren Feinden den Rücken zeigen; denn sie sind dem Bann verfallen. Ich werde nicht mehr mit euch sein, wenn ihr das Banngut nicht aus eurer Mitte beseitigt.13Auf! Heilige das Volk und sag: Heiligt euch für morgen! Denn so hat der HERR, der Gott Israels, gesprochen: Banngut ist in deiner Mitte, Israel. Du kannst deinen Feinden nicht standhalten, solange ihr das Banngut nicht aus eurer Mitte entfernt habt.14Morgen sollt ihr Stamm für Stamm antreten und der Stamm, den der HERR bezeichnet, soll Sippe für Sippe antreten und die Sippe, die der HERR dann bezeichnet, soll Großfamilie für Großfamilie antreten und die Großfamilie, die der HERR dann bezeichnet, soll Mann für Mann antreten.15Wer mit dem Banngut aufgegriffen wird, der soll mit allem, was er hat, verbrannt werden, weil er den Bund des HERRN übertreten und in Israel eine Schandtat verübt hat.16Josua ließ früh am Morgen Israel Stamm für Stamm antreten; da wurde der Stamm Juda bezeichnet. (1Sam 10,20)17Dann ließ er die Sippen Judas antreten; da wurde die Sippe der Serachiter bezeichnet. Dann ließ er die Sippe der Serachiter nach Großfamilien antreten; da wurde Sabdi bezeichnet.18Dann ließ er dessen Familie Mann für Mann antreten; da wurde Achan, der Sohn Karmis, der Enkel Sabdis, des Sohnes Serachs, vom Stamm Juda bezeichnet.19Josua sagte zu Achan: Mein Sohn, gib dem HERRN, dem Gott Israels, die Ehre und leg vor ihm ein Geständnis ab! Sag mir offen, was du getan hast, und verheimliche mir nichts!20Achan antwortete Josua: Es ist wahr, ich habe mich gegen den HERRN, den Gott Israels, versündigt. Das ist es, was ich getan habe:21Ich sah unter der Beute einen schönen Mantel aus Schinar, außerdem zweihundert Schekel Silber und einen Goldbarren, der fünfzig Schekel wog. Ich wollte es haben und nahm es an mich. Es ist in meinem Zelt im Boden vergraben, das Silber an unterster Stelle.22Josua schickte Boten und sie liefen zum Zelt, und wirklich: Die Sachen waren im Zelt Achans vergraben, das Silber an unterster Stelle.23Sie holten alles aus dem Zelt heraus, brachten es zu Josua und allen Israeliten und breiteten es vor dem HERRN aus.24Da nahm Josua Achan, den Sohn Serachs, ebenso das Silber und den Mantel und den Goldbarren, seine Söhne und Töchter, sein Rind, seinen Esel und sein Schaf und seine Ziege, sein Zelt und seine ganze Habe. Er und ganz Israel brachten alles ins Tal Achor.25Dann sagte Josua: Womit du uns ins Unglück gestürzt hast, damit stürzt dich der HERR heute ins Unglück. Und ganz Israel steinigte ihn. Sie verbrannten sie im Feuer und steinigten sie.26Man errichtete über ihm einen großen Steinhaufen, der bis zum heutigen Tag zu sehen ist, und der HERR ließ ab von seinem glühenden Zorn. Deshalb nennt man diesen Ort bis heute Tal Achor.[2] (Jes 65,10; Hos 2,17)
1Pero los hijos de Israel fueron infieles en cuanto a lo del anatema, porque Acán ben Carmi, hijo de Zabdi, hijo de Zera, de la tribu de Judá, se apropió del anatema, por lo cual la ira de YHVH se encendió contra los hijos de Israel.2Y Josué había enviado hombres desde Jericó hasta Hai, que estaba junto a Bet-Avén, al oriente de Bet-’El, y les había dicho: Subid y espiad la tierra. Y ellos subieron y espiaron a Hai.3Y regresaron a Josué, y le dijeron: Que no suba todo el pueblo, sino que suban como dos o tres mil hombres, y tomen a Hai. No hagas que todo el pueblo se fatigue marchando allá, porque ellos son pocos.4De manera que del pueblo subieron allí como tres mil hombres, pero huyeron ante los hombres de Hai.5Y los hombres de Hai hirieron a unos treinta y seis hombres, y los persiguieron desde la puerta hasta Sebarim, y los derrotaron en la bajada; y el corazón del pueblo se derritió, y se hizo como agua.6Entonces Josué rasgó sus vestidos, y cayó sobre su rostro en tierra ante el Arca de YHVH hasta la tarde, él y los ancianos de Israel, y se echaron polvo sobre sus cabezas.7Y dijo Josué: ¡Ah, Adonay YHVH! ¿Por qué hiciste pasar el Jordán a este pueblo para entregarnos en mano del amorreo para destruirnos? ¡Ojalá nos hubiéramos propuesto habitar al otro lado del Jordán!8¡Ah, Adonay! ¿Qué puedo decir después que Israel ha vuelto la espalda ante sus enemigos?9Pues cuando el cananeo y todos los habitantes de esta tierra lo oigan, nos rodearán y cortarán nuestro nombre de la tierra, y ¿qué harás Tú por tu gran Nombre?10Pero YHVH dijo a Josué: ¡Levántate! ¿Por qué estás así postrado sobre tu rostro?11Israel ha pecado, y también ha traspasado mi pacto que Yo les ordené. Sí, han tomado del anatema, y también han robado, y también han mentido, y también lo han puesto entre sus enseres.12Por eso los hijos de Israel no pueden estar erguidos ante sus enemigos, sino que vuelven la espalda ante sus enemigos, por cuanto llegaron a ser malditos. Si no destruís a los malditos de entre vosotros, no continuaré estando con vosotros.13Levántate, santifica al pueblo y diles: Santificaos para mañana, porque así dice YHVH el Dios de Israel: ¡Hay un anatema en medio de ti, oh Israel! ¡No podrás hacer frente a tus enemigos hasta que quites de tu seno a los malditos!14Os acercaréis pues mañana por la mañana con arreglo a vuestras tribus, y la tribu que designe YHVH se acercará por familias, y la familia que designe YHVH se acercará por casas, y la casa que designe YHVH se acercará hombre por hombre.15Y acontecerá que el que sea designado con motivo del anatema, será quemado en la hoguera, él y todo lo que posee, por cuanto ha traspasado el pacto de YHVH al cometer una vileza en Israel.16Entonces Josué se levantó muy de mañana, e hizo acercar a Israel por sus tribus: Y fue señalada la tribu de Judá.17E hizo acercar a la tribu de Judá, y fue señalada la familia de los de Zera. E hizo que se acercara la familia de los de Zera, por varones, y fue señalado Zabdi.18E hizo que los varones de su casa se acercaran, y fue señalado Acán ben Carmi, hijo de Zabdi, hijo de Zera, de la tribu de Judá.19Entonces Josué dijo a Acán: Hijo mío, da gloria ahora a YHVH Dios de Israel, y haz confesión, y declárame lo que has hecho sin ocultarme nada.20Y respondió Acán a Josué, y dijo: En verdad he pecado contra YHVH Dios de Israel, y esto es lo que he hecho:21Entre el botín vi un hermoso manto de Sinar, y doscientos siclos de plata y una barra de oro de cincuenta siclos de peso; los codicié y los tomé, y he aquí están escondidos bajo tierra dentro de mi tienda, y la plata debajo de ello.22Josué envió emisarios, que fueron corriendo a la tienda y, en efecto, el manto estaba oculto en su tienda, y la plata debajo.23Los recogieron pues de dentro de la tienda y los llevaron a Josué y a todos los hijos de Israel, y los depositaron ante YHVH.24Y Josué, y todo Israel con él, tomó a Acán ben Zera, la plata, el manto y la barra de oro, y a sus hijos, y a sus hijas, y a sus bueyes, y a sus asnos, y a sus ovejas, y a su tienda y a todo cuanto poseía, y los llevaron al valle de Acor.25Y dijo Josué: ¡Cuánto nos has perturbado! ¡Pertúrbete hoy YHVH! Y todos los israelitas los apedrearon, y los quemaron en la hoguera después de haberlos lapidado con piedras.26Y levantaron sobre él un gran montón de piedras, hasta hoy. Y YHVH se tornó del ardor de su ira. Por eso aquel lugar se llama hasta hoy, valle de Acor.