Psalm 71 | La Biblia Textual Schlachter 2000

Psalm 71 | La Biblia Textual
1 Oh YHVH, en ti he puesto mi confianza, No sea yo avergonzado jamás. 2 ¡Líbrame en tu justicia, y hazme escapar! ¡Inclina a mí tu oído, y sálvame! 3 Sé para mí roca de refugio, Adonde recurra yo continuamente. Tú has dado mandamiento para salvarme, Porque Tú eres mi Roca y mi baluarte. 4 Dios mío, rescátame de la mano del malvado, De la mano del perverso y del violento, 5 Porque Tú, oh Adonay YHVH, eres mi esperanza; Mi confianza desde mi juventud. 6 Por ti he sido sustentado desde el vientre, Tú eres quien me sacó de las entrañas de mi madre, ¡De ti será mi alabanza perpetuamente! 7 He venido a ser asombro para muchos, Pero Tú eres mi refugio fuerte. 8 Llena está mi boca de tu alabanza, Y de tu gloria todo el día. 9 No me deseches en el tiempo de la vejez, Ni me desampares cuando se agote mi vigor. 10 Porque mis enemigos han hablado contra mí, Y los que acechan mi alma conspiran unidos, 11 Diciendo: ’Elohim lo ha desamparado, ¡Perseguidlo y prendedlo, pues no hay quien lo libre! 12 ¡Oh ’Elohim, no te alejes de mí! Dios mío, apresúrate a socorrerme. 13 Sean avergonzados y perezcan los adversarios de mi alma; Sean cubiertos de vergüenza y confusión los que procuran mi mal. 14 En cuanto a mí, esperaré por siempre, Y te alabaré más y más. 15 Mi boca proclamará tu justicia y tu salvación todo el día. Aunque no sepa enumerarlos, 16 Vendré a los poderosos hechos de Adonay YHVH, Haré mención de tu justicia, de la tuya sola. 17 Tú ’Elohim, me has enseñado desde mi tierna infancia, Y hasta ahora he manifestado tus maravillas. 18 Así Tú también, hasta la vejez y las canas No me desampares, oh ’Elohim, hasta que proclame tu poder a esta generación, Tu poderío, a todo el que ha de venir. 19 También tu justicia, oh ’Elohim, llega hasta las alturas, Y aquellas grandes cosas que has hecho. ¿Quién como Tú, ’Elohim? 20 Tú, que me has hecho ver muchas angustias y males, Volverás a darme vida, Y de nuevo me levantarás de los abismos de la tierra, 21 Aumentarás mi grandeza, Y volverás a consolarme. 22 Yo también te alabaré con el salterio, A causa de tu verdad, Dios mío, Te cantaré salmos con el arpa, ¡oh Santo de Israel! 23 Mis labios se alegrarán al entonarte salmos, Junto con mi alma, que Tú has redimido. 24 Mi lengua también susurrará todo el día tu justicia, Porque fueron avergonzados y confundidos los que procuraban mi mal.

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Schlachter 2000
1 Bei dir, HERR, suche ich Zuflucht; lass mich niemals zuschanden werden! 2 Errette mich durch deine Gerechtigkeit und befreie mich; neige dein Ohr zu mir und hilf mir! 3 Sei mir ein Felsenhorst, zu dem ich stets fliehen kann, der du verheißen hast, mir zu helfen; denn du bist mein Fels und meine Burg. 4 Mein Gott, befreie mich aus der Hand des Gottlosen, aus der Faust des Ungerechten und Gewalttätigen! 5 Denn du bist meine Hoffnung, o HERR, du Herrscher, meine Zuversicht von meiner Jugend an. 6 Auf dich habe ich mich verlassen vom Mutterleib an, vom Mutterschoß an hast du für mich gesorgt; mein Rühmen gilt dir allezeit. 7 Ich bin für viele wie ein Wunderzeichen, und du bist meine starke Zuflucht. 8 Mein Mund soll erfüllt sein von deinem Lob, von deiner Verherrlichung allezeit! 9 Verwirf mich nicht in den Tagen des Alters, verlass mich nicht, wenn meine Kraft abnimmt! 10 Denn meine Feinde reden von mir, und die meiner Seele auflauern, ratschlagen miteinander 11 und sagen: »Gott hat ihn verlassen! Jagt ihm nach und ergreift ihn; denn es gibt keinen Retter!« 12 O Gott, sei nicht fern von mir! Mein Gott, eile mir zu Hilfe! 13 Es sollen sich schämen und vertilgt werden, die meine Seele anfeinden; in Schimpf und Schande sollen sich hüllen, die mein Unglück suchen! 14 Ich aber will beständig harren und noch mehr hinzufügen zu all deinem Ruhm. 15 Mein Mund soll erzählen von deiner Gerechtigkeit, von deinen Hilfserweisen Tag für Tag, die ich nicht zu zählen weiß. 16 Ich will kommen in der Kraft des HERRN, des Herrschers; ich will rühmen deine Gerechtigkeit, dich allein! 17 O Gott, du hast mich gelehrt von Jugend auf, und bis hierher verkündige ich deine Wunder. 18 Und auch wenn ich alt werde, wenn mein Haar ergraut, verlass mich nicht, o Gott, bis ich deinen Arm verkündige dem künftigen Geschlecht, deine Macht allen, die noch kommen sollen. 19 Und deine Gerechtigkeit, o Gott, reicht bis zur Höhe, denn du hast Großes getan; o Gott, wer ist dir gleich? 20 Der du uns viel Not und Unglück hast sehen lassen, du machst uns wieder lebendig und holst uns wieder herauf aus den Tiefen der Erde. 21 Du machst mich umso größer und tröstest mich wiederum. 22 Darum will auch ich dir danken mit der Harfe, will deine Treue, o mein Gott, besingen, dir auf der Laute spielen, du Heiliger Israels! 23 Meine Lippen sollen jubeln, wenn ich dir lobsinge, und meine Seele, die du erlöst hast. 24 Auch meine Zunge soll täglich von deiner Gerechtigkeit reden; denn beschämt und schamrot wurden, die mein Unglück suchen.