1Als Simson einmal nach Timna[1] hinunterging, sah er dort eine junge Philisterin, die ihm gut gefiel.2Er ging nach Hause und sagte zu seinen Eltern: „Ich habe in Timna eine junge Philisterin gesehen. Sorgt dafür, dass ich sie heiraten kann!“3Seine Eltern erwiderten: „Gibt es denn in unserem Stamm und in unserem ganzen Volk kein Mädchen für dich? Musst du unbedingt eine Philisterin zur Frau nehmen, eine von diesen Unbeschnittenen?“[2] Doch Simson sagte zu seinem Vater: „Sorge dafür, dass ich sie bekomme! Sie gefällt mir!“ (1Mo 17,9)4Seine Eltern konnten nicht wissen, dass das von Jahwe so geplant war, weil er einen Anlass haben wollte, gegen die Philister vorzugehen, die damals über Israel herrschten.5Simson machte sich also mit seinem Vater und seiner Mutter auf den Weg. In der Nähe der Weinberge von Timna – Simson war vom Weg abgebogen – stand ihm plötzlich ein junger Löwe brüllend gegenüber.6Da kam der Geist Jahwes über Simson. Er packte den Löwen und zerriss ihn mit bloßen Händen, als würde er ein Ziegenböckchen zerlegen. Seinen Eltern erzählte er aber nichts davon.7Als er nach Timna kam, sprach er mit der Philisterin. Sie gefiel ihm gut.8Einige Zeit später ging er wieder nach Timna, um die Hochzeit zu feiern. Dabei bog er vom Weg ab, um nach dem toten Löwen zu sehen. Da fand er in dem vertrockneten Kadaver einen Bienenschwarm und Honig.9Er löste den Honig heraus und begann, im Weitergehen davon zu essen. Dann ging er zu seinem Vater und seiner Mutter und gab ihnen ebenfalls davon. Er sagte ihnen aber nicht, dass er den Honig aus dem Kadaver des Löwen herausgeschält hatte.10In Timna kümmerte sich sein Vater um den Ehevertrag,[3] während Simson ein Trinkgelage vorbereitete, wie die jungen Leute das eben so machten. (Ri 8,31)11Sobald Simson angekommen war, stellten sie ihm dreißig junge Männer[4] an die Seite.12Simson sagte zu ihnen: „Ich will euch ein Rätsel aufgeben. Wenn ihr es innerhalb der Festwoche lösen könnt, werde ich jedem von euch ein Leinenhemd und ein Festgewand geben.13Wenn ihr es aber nicht herausbekommt, dann müsst ihr mir dreißig Leinenhemden und dreißig Festgewänder geben.“ – „Gut“, sagten sie, „lass uns dein Rätsel hören!“14Er sagte: „Vom Fresser kam Fraß, vom Starken kam Süßes.“ Drei Tage lang grübelten sie über dem Rätsel und konnten es nicht lösen.15Am siebten Tag bedrohten sie Simsons Frau: „Bring deinen Mann dazu, dir die Lösung zu verraten, und sag sie uns, sonst werden wir dich mit der ganzen Familie deiner Eltern verbrennen. Habt ihr uns denn eingeladen, um uns arm zu machen?“16Simsons Frau brach in Tränen aus, als sie bei ihrem Mann war. „Verabscheust du mich denn so?“, schluchzte sie. „Du liebst mich ja gar nicht! Du hast meinen Landsleuten ein Rätsel aufgegeben und verschweigst mir die Lösung.“ – „Ich habe sie nicht einmal meinem Vater und meiner Mutter gesagt“, erwiderte er, „warum sollte ich sie dann bei dir ausplaudern?“17Sie hatte die ganze Festwoche geweint, wenn sie bei ihm war. Am siebten Tag schließlich verriet er ihr die Lösung, weil sie ihm so zusetzte. Und sie gab diese ihren Landsleuten weiter.18Noch vor dem Sonnenuntergang sagten die Männer der Stadt zu Simson: „Was ist süßer als Honig und stärker als ein Löwe?“ Simson erwiderte: „Hättet ihr nicht mein Kälbchen genommen, wärt ihr nie auf die Lösung gekommen!“19Da kam der Geist des Herrn über Simson. Er ging nach Aschkelon[5] hinunter, erschlug dort dreißig Männer, zog ihnen ihre Gewänder aus und brachte sie den jungen Männern, die sein Rätsel gelöst hatten. Dann kehrte er voller Zorn in das Haus seiner Eltern zurück.20Simsons Frau aber wurde mit dem Brautführer, einem der dreißig Männer, verheiratet.
1Bajó Sansón a Timnat, y vio en Timnat a una mujer de las hijas de los filisteos.2Y subió y se lo declaró a su padre y a su madre, diciendo: He visto en Timnat a una mujer de las hijas de los filisteos. Por lo tanto tomádmela por mujer.3Pero su padre y su madre le dijeron: ¿No hay mujer entre las hijas de tus hermanos, ni en todo mi pueblo, para que tomes mujer de filisteos incircuncisos? Y Sansón respondió a su padre: ¡Tómamela por mujer, porque es agradable a mis ojos!4Pero su padre y su madre no sabían que esto era designio de YHVH, por cuanto buscaba ocasión contra los filisteos, pues en aquel tiempo los filisteos gobernaban en Israel.5Sansón pues bajó con su padre y con su madre a Timnat, y al llegar a las viñas de Timnat, he aquí un leoncillo salió rugiendo a su encuentro.6Y el Espíritu de YHVH lo invadió, y lo destrozó como quien destroza a un cabrito, sin tener nada en su mano. Pero no contó a su padre ni a su madre lo que había hecho.7Bajó pues y habló a aquella mujer, y ella agradó mucho a Sansón.8Y después de algunos días, volvió para tomarla, y se desvió para ver el esqueleto del león, y he aquí, en los restos del león una colmena de abejas con miel.9Y tomando la miel en sus manos, siguió caminando y comiendo por el camino, hasta que alcanzó a su padre y a su madre, y les dio para que comieran. Pero no les explicó que había tomado la miel de los restos del león.10Y bajó su padre adonde la mujer, y Sansón hizo allí un banquete, porque así hacían los jóvenes.11Y sucedió que cuando lo vieron, trajeron con ellos treinta compañeros,12a los cuales les dijo Sansón: Os propondré ahora un enigma. Si lo averiguáis y en verdad me lo declaráis dentro de los siete días del banquete, os daré treinta túnicas de lino y treinta mudas de vestidos.13Pero si no me lo podéis declarar, me habréis de dar vosotros treinta túnicas de lino y treinta mudas de vestidos. Le dijeron: ¡Propón tu enigma para que lo escuchemos!14Él les dijo: Del devorador salió comida, y del fuerte salió dulzura. Y no lograron descifrar el enigma durante tres días.15Pero al séptimo día dijeron a la mujer de Sansón: Seduce a tu marido para sonsacarle la solución del enigma, no sea que te quememos a fuego a ti y la casa de tu padre. ¿Acaso nos habéis invitado para despojarnos?16Y la mujer de Sansón lloraba ante él, y le decía: ¡Sólo me odias, y no me amas! Has propuesto un enigma a los hijos de mi pueblo y no me lo has declarado. Y él respondió: He aquí, no se lo he dicho ni a mi padre ni a mi madre, ¿y te lo voy a declarar a ti?17Y había estado llorando los siete días que duró su banquete, y aconteció que al séptimo día se lo declaró, porque lo acosaba. Ella entonces declaró el enigma a los hijos de su pueblo.18Y al séptimo día, antes de ponerse el sol, los hombres de la ciudad le dijeron: ¿Qué es más dulce que la miel? ¿Y qué es más fuerte que el león? Y él les contestó: Si no hubierais arado con mi novilla, nunca habríais descubierto mi enigma.19Entonces el Espíritu de YHVH lo invadió, de manera que bajó a Ascalón e hirió a treinta hombres de ellos, y tomando sus despojos, dio las mudas de vestidos a los que habían declarado el enigma. Luego, encendido en ira, subió a la casa de su padre,20y la mujer de Sansón fue dada a un compañero suyo que lo había asistido en sus bodas.