Jeremia 26

Neue evangelistische Übersetzung

von Karl-Heinz Vanheiden
1 Kurz nachdem Jojakim Ben-Joschija König über Juda geworden war, kam folgendes Wort Jahwes:2 „So spricht Jahwe: Stell dich in den Vorhof von Jahwes Haus und rede zu allen, die aus den Städten Judas kommen, um sich im Haus Jahwes niederzuwerfen! Sag ihnen alles, was ich dir befohlen habe! Lass nichts davon aus!3 Vielleicht hören sie ja darauf und jeder kehrt von seinem bösen Weg um. Dann wird es mir leidtun und ich werde das Unheil, das ich ihnen wegen der Bosheit ihrer Taten angedroht habe, nicht über sie bringen.4 Sag ihnen: 'So spricht Jahwe: Wenn ihr nicht auf mich hört und euch nicht an meine Weisungen haltet,5 wenn ihr auch nicht auf die Worte meiner Diener, der Propheten, hört – auf die ihr nie gehört habt, obwohl ich sie immer wieder zu euch gesandt habe –,6 dann werde ich mit diesem Haus dasselbe tun wie mit Schilo.[1] Und diese Stadt werde ich zu einem Fluchwort für alle Völker der Erde machen.'“7 Die Priester, die Propheten und das ganze Volk hörten, was Jeremia im Haus Jahwes sagte.8 Als er zu Ende war und den Auftrag Jahwes ausgeführt hatte, stürzten sich alle auf ihn. Sie packten ihn und schrien: „Dafür musst du sterben!9 Weshalb verkündest du im Namen Jahwes, dass es diesem Haus wie Schilo ergehen und dass diese Stadt in Trümmern liegen und menschenleer sein wird?“ Das ganze Volk rottete sich im Vorhof des Tempels gegen Jeremia zusammen.10 Als die führenden Männer Judas davon hörten, kamen sie vom Königspalast zum Haus Jahwes hinauf und nahmen am Eingang des Neuen Tores Platz.11 Die Priester und Propheten klagten Jeremia vor ihnen und dem versammelten Volk an. „Dieser Mann verdient den Tod!“, sagten sie. „Er hat gegen diese Stadt geweissagt. Ihr habt es ja selbst gehört.“12 Darauf erwiderte Jeremia: „Jahwe hat mich beauftragt, gegen dieses Haus und gegen diese Stadt all das zu weissagen, was ihr gehört habt.13 So bessert nun euer Leben und euer ganzes Tun und hört auf Jahwe, euren Gott. Dann wird es Jahwe leidtun und er wird das Unheil nicht über euch kommen lassen.14 Ich selbst bin ja in eurer Hand. Macht mit mir, was ihr wollt.15 Doch eins sollt ihr wissen: Wenn ihr mich tötet, bringt ihr unschuldiges Blut über euch, über diese Stadt und ihre Einwohner. Denn so wahr ich hier stehe: Jahwe hat mich zu euch geschickt, um euch genau diese Worte zu überbringen.“16 Da waren sich die Oberen und das ganze Volk einig: „Dieser Mann hat auf keinen Fall die Todesstrafe verdient, denn er hat im Namen Jahwes, unseres Gottes, zu uns gesprochen.“17 Es standen auch einige von den Ältesten des Landes auf und sagten:18 „Micha von Moreschet hat zur Zeit des Königs Hiskija von Juda geweissagt und zum ganzen Volk gesagt: 'So spricht Jahwe, der Allmächtige: Zion wird umgepflügt wie ein Acker, Jerusalem wird zu einem Trümmerhaufen und der Tempelberg zu einem bewaldeten Hügel.' (Mi 1,1; Mi 3,12)19 Haben ihn der König Hiskija und das ganze Volk damals etwa getötet? Nein, Hiskija hat sich Jahwe unterworfen und ihn angefleht, sodass es Jahwe leidtat und er das Unheil nicht über sie brachte. Aber wir sind dabei, durch ein großes Unrecht unser Leben in Gefahr zu bringen!“20 Es gab damals noch einen anderen Propheten, der ganz ähnlich wie Jeremia im Namen Jahwes gegen diese Stadt und das Land Juda weissagte. Es war Urija Ben-Schemaja aus Kirjat-Jearim.21 Als König Jojakim, seine Heerführer und Oberen dessen Worte hörten, wollte der König ihn töten lassen. Urija erfuhr davon, bekam Angst und floh nach Ägypten.22 Da schickte Jojakim Elnatan Ben-Achbor mit einigen Männern dorthin.23 Sie holten Urija aus Ägypten zurück und brachten ihn vor den König. Der ließ ihn mit dem Schwert hinrichten und seine Leiche auf die Gräber des einfachen Volkes werfen.24 Doch Jeremia entging der Hinrichtung, weil Ahikam Ben-Schafan ihn in Schutz nahm und nicht zuließ, dass er vom Volk getötet wurde.

Jeremia 26

La Biblia Textual

von Sociedad Bíblica Iberoamericana
1 Al comienzo del reinado de Joacim ben Josías, rey de Judá, vino palabra de parte de YHVH, diciendo:2 Así dice YHVH: Ponte en el atrio de la Casa de YHVH, y habla a todas las ciudades de Judá que vienen a postrarse en la Casa de YHVH, todas las palabras que Yo te he mandado hablarles, sin omitir una sola.3 Quizá oigan, y cada uno se convierta de su perverso camino, y Yo desista del mal que había pensado hacerles por la maldad de sus obras.4 Les dirás: Así dice YHVH: Si no me escucháis, para andar según mi Ley que he puesto ante vosotros,5 obedeciendo las palabras de mis siervos los profetas que vengo enviando a vosotros desde muy temprano e incesantemente, sin que las hayáis escuchado,6 reduciré esta Casa como Silo, y esta ciudad será objeto de maldición para todas las naciones de la tierra.7 Y los sacerdotes, los profetas y todo el pueblo oyeron a Jeremías hablar estas palabras en la Casa de YHVH.8 Y cuando Jeremías terminó de decir todo lo que YHVH le había mandado decir a todo el pueblo, los sacerdotes, los profetas y el pueblo entero le echaron mano, y exclamaron: ¡Morirás sin remedio!9 ¿Por qué has profetizado en nombre de YHVH, diciendo: Esta Casa será como Silo, y esta ciudad quedará desolada, sin ningún habitante? Y todo el pueblo se juntó contra Jeremías en la Casa de YHVH.10 Cuando los príncipes de Judá oyeron estas cosas, subieron desde el palacio real a la Casa de YHVH, y se sentaron en la entrada del nuevo pórtico de la Casa de YHVH.11 Entonces los sacerdotes y los profetas hablaron a los príncipes y a todo el pueblo, diciendo: ¡Este hombre es digno de muerte, porque ha profetizado contra esta ciudad, como habéis oído con vuestros propios oídos!12 Entonces Jeremías habló a todos los príncipes y a todo el pueblo, diciendo: YHVH me ha enviado a profetizar contra esta Casa y contra esta ciudad todas las palabras que habéis oído.13 Ahora pues, enmendad vuestros caminos y vuestras obras, y escuchad la voz de YHVH vuestro Dios, para que YHVH desista de haceros el mal que ha predicho contra vosotros.14 En cuanto a mí, heme aquí en vuestras manos; haced de mí lo que os parezca bueno y recto.15 Pero sabed bien que si vosotros me matáis, ciertamente echaréis sangre inocente sobre vosotros, y sobre esta ciudad y sus moradores, porque en verdad, YHVH me ha enviado a vosotros para proferir a vuestros oídos todas estas palabras.16 Entonces los príncipes y todo el pueblo dijeron a los sacerdotes y a los profetas: Este hombre no merece sentencia de muerte, pues nos ha hablado en el nombre de YHVH nuestro Dios.17 Y algunos de los ancianos del país se levantaron y hablaron a toda la asamblea del pueblo, diciendo:18 Miqueas de Moreset profetizó en los días de Ezequías rey de Judá, y habló a todo el pueblo de Judá, diciendo: Así dice YHVH Sebaot: Sión será arada como un campo, y Jerusalem se convertirá en un montón de ruinas, y el monte de la Casa en un cerro boscoso.19 ¿Acaso Ezequías, rey de Judá y todo Judá intentaron matarlo? ¿No temió el rey a YHVH, y lo aplacó de tal manera, que YHVH desistió del mal que había decretado contra ellos? Y nosotros, ¿causaremos un mal tan grande contra nosotros mismos?20 Hubo también un hombre que profetizaba en el nombre de YHVH: Urías ben Semaías, de Quiriat-jearim, y profetizó contra esta ciudad y contra esta tierra conforme a todas las palabras de Jeremías.21 Y cuando el rey Joacim y todos sus poderosos y todos los príncipes oyeron sus palabras, el rey procuró matarlo, pero cuando Urías se enteró, tuvo temor y huyó a Egipto.22 Entonces el rey Joacim envió hombres a Egipto: a Elnatán ben Acbor, y ciertos hombres que fueron con él a Egipto;23 y allí capturaron a Urías, lo sacaron de Egipto y lo llevaron ante el rey Joacim, quien lo mató a espada y echó su cadáver en los sepulcros de los hijos del pueblo.24 Entonces Ahicam ben Safán, se hizo cargo de Jeremías, a fin de que no lo entregaran para que fuera ejecutado a manos del pueblo.