Richter 4

Neue Genfer Übersetzung

von Genfer Bibelgesellschaft
1 Nach Ehuds Tod taten die Israeliten erneut, was dem HERRN missfiel.2 Deshalb gab der HERR sie in die Gewalt des Kanaaniterkönigs Jabin, der in Hazor regierte. Dessen Heerführer Sisera lebte in Haroschet-Gojim.3 Jabin besaß neunhundert eiserne Streitwagen[1]. Zwanzig Jahre lang unterdrückte er die Israeliten hart. Deshalb schrien sie zum HERRN um Hilfe. (Ri 1,19)4 In dieser Zeit war die Prophetin Debora Richterin ´und Anführerin` des Volkes Israel. Sie war mit einem Mann namens Lappidot verheiratet.5 Ihren Sitz hatte sie unter der »Debora-Palme« zwischen Rama und Bet-El im Bergland von Efraim. Dorthin kamen die Israeliten, um ihre Rechtsstreitigkeiten zu klären.6 ´Eines Tages` sandte Debora Boten zu Barak, dem Sohn Abinoams, und ließ ihn zu sich rufen. Barak stammte aus Kedesch im Stammesgebiet von Naftali. Debora sagte zu ihm: »Der HERR, der Gott Israels, erteilt dir folgenden Befehl: ›Versammle zehntausend Mann aus den Stämmen Naftali und Sebulon und marschiere zum Berg Tabor.7 Ich werde dafür sorgen, dass Jabins Heerführer Sisera mit seinen Streitwagen und seinem gesamten Heer zum Bach Kischon zieht, um dich anzugreifen. ´Dort` werde ich ihn in deine Hand geben.‹«8 Barak entgegnete: »Ich gehe nur, wenn du mitkommst. Ohne dich gehe ich nicht.«9 »Gut«, antwortete Debora, »ich werde mitkommen. Aber der Ruhm für diesen Feldzug wird nicht dir gehören. Der HERR wird Sisera in die Hand einer Frau geben.« Dann stand sie auf und begleitete Barak nach Kedesch.10 Dorthin berief Barak ´die Männer der Stämme` Sebulon und Naftali. Zehntausend Mann folgten ihm auf den Berg Tabor. ´Wie versprochen` war Debora an Baraks Seite[2].11 In der Nähe von Kedesch, bei der Terebinthe von Zaanannim, hatte der Keniter Heber seine Zelte aufgeschlagen, nachdem er sich von seinen Stammesbrüdern, den Nachkommen von Moses Schwager Hobab, getrennt hatte.12 Man berichtete Sisera, dass Barak, der Sohn Abinoams, ´mit seinen Männern` zum Berg Tabor marschiert war.13 Daraufhin rief er seine neunhundert eisernen Streitwagen sowie alle Fußtruppen, die ihm zur Verfügung standen, zusammen ´und zog` von Haroschet-Gojim zum Bach Kischon.14 »Greif an![3]«, sagte Debora zu Barak. »Heute ist der Tag, an dem der HERR Sisera in deine Hand gibt. Sei gewiss: Der HERR zieht vor dir her ´in die Schlacht`.« Da stürmte Barak vom Berg Tabor herab, und seine zehntausend Männer folgten ihm.15 Als Baraks Heer mit gezücktem Schwert angriff, ließ der HERR Sisera und alle seine Wagenkämpfer und Fußtruppen in Panik geraten. Sisera sprang von seinem Streitwagen und floh zu Fuß.16 Barak verfolgte die ´feindlichen` Wagen und Fußtruppen bis nach Haroschet–Gojim. Das gesamte Heer Siseras wurde vernichtet[4]. Nicht einer entkam.17 Sisera war ´inzwischen` zu Fuß zum Zelt Jaëls, der Frau des Keniters Heber, geflüchtet. Die Sippe Hebers war nämlich mit König Jabin von Hazor verbündet.[5]18 Jaël kam aus dem Zelt, ging Sisera entgegen und lud ihn ein: »Komm herein, mein Herr. Hier bist du sicher.[6]« Da ging er mit ihr ins Zelt, und Jaël versteckte ihn unter einer Decke.19 »Gib mir etwas Wasser«, bat er, »ich habe Durst.« Sie öffnete einen Schlauch mit Milch und gab ihm zu trinken. Dann deckte sie ihn wieder zu.20 »Bleib am Eingang des Zeltes!«, sagte Sisera. »Wenn jemand kommt und dich fragt, ob einer hier drin ist, dann antworte: ›Nein, niemand.‹«21 Als Sisera vor Erschöpfung eingeschlafen war, holte Jaël einen Zeltpflock und einen Hammer. Dann trat sie leise an ihn heran und trieb den Pflock durch seine Schläfe in den Boden. So starb Sisera.22 Kurz darauf kam Barak, der Sisera verfolgte. Jaël ging ihm entgegen und sagte: »Komm, ich zeige dir den Mann, den du suchst.« Barak trat zu ihr ins Zelt und sah Sisera tot auf dem Boden liegen, mit dem Pflock in seiner Schläfe.23 So fügte Gott dem Kanaaniterkönig Jabin an diesem Tag durch die Israeliten eine schwere Niederlage zu.[7]24 Von da an bedrängten sie Jabin immer stärker, bis sie ihn schließlich ganz vernichteten.

Richter 4

La Biblia Textual

von Sociedad Bíblica Iberoamericana
1 Pero después que murió Aod, los hijos de Israel volvieron a hacer lo malo ante los ojos de YHVH.2 Y YHVH los entregó en mano de Yabín, rey de Canaán, que reinaba en Hazor, el comandante de cuyo ejército era Sísara, que moraba en Haroset-goim.3 Entonces los hijos de Israel clamaron a YHVH, porque aquél tenía novecientos carros de hierro, y durante veinte años había oprimido con crueldad a los hijos de Israel.4 En aquel tiempo juzgaba en Israel Débora, una profetisa, mujer de Lapidot.5 Y se sentaba bajo el palmar de Débora, entre Ramá y Bet-’El, en la serranía de Efraín, y los hijos de Israel acudían a ella para que los juzgara.6 Y ella hizo llamar a Barac ben Abinoam, desde Cedes-Neftalí, y le dijo: ¿No te ha ordenado YHVH, Dios de Israel, diciendo: Anda, avanza hacia monte Tabor, y toma contigo diez mil hombres de los hijos de Neftalí y de los hijos de Zabulón?7 Y Yo atraeré al torrente de Cisón a Sísara, príncipe del ejército de Yabín, con sus carros y con sus multitudes, y lo entregaré en tu mano.8 Y Barac le respondió: Si tú vas conmigo, entonces iré, pero si no vas conmigo, no iré.9 Y ella dijo: Ciertamente iré contigo, pero no será tuya la gloria de la jornada que vas a emprender, porque YHVH entregará a Sísara en mano de una mujer. Y Débora se levantó y fue con Barac a Cedes.10 Y Barac convocó a Zabulón y a Neftalí en Cedes, y subió con diez mil hombres que siguieron sus pasos. Y Débora subió con él.11 Es de saber que Heber ceneo, se había apartado de los ceneos, descendientes de Hobab, cuñado de Moisés, y había ido desplegando sus tiendas hasta el encinar de Zaanaim, que está junto a Cedes.12 Y se le informó a Sísara que Barac ben Abinoam, había subido al monte Tabor.13 Por lo cual Sísara reunió todos sus carros, novecientos carros de hierro, con todo el pueblo que estaba con él, desde Haroset-goim hasta el torrente de Cisón.14 Entonces dijo Débora a Barac: ¡Levántate, que este es el día en que YHVH ha entregado a Sísara en tu mano! ¿No ha salido ya YHVH delante de ti? Y Barac bajó del monte Tabor, y diez mil hombres en pos de él.15 Y YHVH destrozó a Sísara, con todos sus carros y todo su ejército a filo de espada delante de Barac; y Sísara bajándose del carro, huyó a pie.16 Pero Barac persiguió los carros y al ejército hasta Haroset-goim, y todo el ejército de Sísara cayó a filo de espada hasta no quedar ni uno.17 Sísara, pues, había huido a pie hasta la tienda de Jael, mujer de Heber ceneo, porque había paz entre Yabín rey de Hazor y la casa de Heber ceneo.18 Y salió Jael al encuentro de Sísara, y le dijo: ¡Entra, señor mío, entra aquí, no temas! Entonces él entró en la tienda de ella, y ella lo cubrió con una manta.19 Y él le dijo: Dame, te ruego, un poco de agua para beber, pues tengo sed. Ella entonces abrió un odre de leche y le dio de beber, y lo volvió a cubrir.20 Y él le dijo: Quédate en la puerta de la tienda, y si alguno viene y te pregunta y dice: ¿Hay alguien aquí?, tú le responderás que no.21 Pero Jael, mujer de Heber, tomó una estaca de la tienda y asiendo un mazo en su mano, fue calladamente hacia él, y le clavó la estaca en la sien, la cual penetró hasta la tierra, pues él estaba cansado y dormía profundamente. Y así murió.22 En esto, he aquí Barac que venía persiguiendo a Sísara, y Jael salió a recibirlo, y le dijo: Ven, te mostraré al hombre que buscas. Y él entró donde ella estaba, y he aquí Sísara yacía muerto con la estaca en la sien.23 Así humilló ’Elohim en aquel día a Yabín, rey de Canaán, ante los hijos de Israel.24 Y la mano de los hijos de Israel se hizo más y más dura contra Yabín, rey de Canaán, hasta que acabaron de destruir a Yabín rey de Canaán.