1Antes de ser cristianos, ustedes estaban muertos para Dios a causa de sus delitos y pecados.2Vivían siguiendo la corriente de este mundo, obedecían los dictados del príncipe del imperio del aire, quien ahora mismo está operando en el corazón de los que se rebelan contra el Señor.3Nosotros mismos éramos así: obedecíamos los malos deseos de nuestra naturaleza y nos entregábamos a las perversidades de nuestras pasiones y malos pensamientos. Merecíamos ser castigados por la ira de Dios, como todos los demás.4Pero Dios es tan rico en misericordia y nos amó tanto5que, aunque estábamos muertos a causa de nuestros pecados, nos dio vida con Cristo, pues solo por su gracia somos salvos.6Además, nos levantó con Cristo de la tumba y nos hizo sentar con él en los cielos.7Esto lo hizo para demostrar a las generaciones venideras la incomparable riqueza de su amor, que en su bondad derramó sobre nosotros por medio de Cristo Jesús.8Por su misericordia y por medio de la fe, ustedes son salvos. No es por nada que ustedes hayan hecho. La salvación es un regalo de Dios9y no se obtiene haciendo el bien. Esto es así para que nadie se sienta orgulloso.10Somos creación de Dios, creados en Cristo Jesús para hacer las buenas obras que Dios de antemano ya había planeado.
Unidad en Cristo
11Nunca se olviden de que ustedes, que no son judíos, eran despreciados por los judíos por no circuncidarse físicamente como ellos.12Recuerden que en aquellos días ustedes vivían alejados del Mesías, excluidos de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa. Vivían en el mundo sin Dios y sin esperanza.13Pero ahora, por estar unidos a Cristo Jesús, a ustedes, que antes andaban lejos, Dios los ha acercado gracias a la muerte de Cristo.14Porque Cristo es nuestra paz; él logró hacer de nosotros los judíos y de ustedes los que no son judíos un solo pueblo, derribando la pared de enemistad que nos separaba.15Puso fin a los mandatos y reglas de la ley, y a los dos pueblos los hizo parte de sí mismo, creando una sola y nueva humanidad. Así creó la paz.16Y a todos nosotros, partes del mismo cuerpo, nos reconcilió con Dios mediante la cruz. ¡Allí en la cruz murió la enemistad!17Cristo vino a proclamar las buenas nuevas de paz a ustedes que estaban lejos y a nosotros que estábamos cerca.18Porque, gracias a él, judíos y no judíos podemos acercarnos al Padre con la ayuda de un mismo Espíritu.19Por eso, ustedes ya no son extraños ni extranjeros, sino ciudadanos junto con los santos y miembros de la familia de Dios.20¡Y sobre qué firme cimiento están edificados! ¡Nada menos que el de los apóstoles y profetas, y con Cristo mismo como piedra angular!21Unidos a Cristo formamos parte del bien armado edificio, que va construyéndose hasta que sea el templo santo del Señor.22Ustedes, pues, unidos a él, forman también parte de ese lugar en el que Dios mora por medio de su Espíritu.
11Therefore remember that at one time you Gentiles in the flesh, called “the uncircumcision” by what is called the circumcision, which is made in the flesh by hands— (Ro 2:26; Ro 2:28; Col 2:11; Col 2:13)12remember that you were at that time separated from Christ, alienated from the commonwealth of Israel and strangers to the covenants of promise, having no hope and without God in the world. (Ez 14:5; Ro 9:4; 1 Co 12:2; Gl 2:15; Gl 4:8; Ef 1:18; Ef 4:18; Ef 5:8; Col 1:21; Col 3:7; 1 Ts 4:13)13But now in Christ Jesus you who once were far off have been brought near by the blood of Christ. (Hch 2:39; Ro 3:25; Ef 2:17; Col 1:20)14For he himself is our peace, who has made us both one and has broken down in his flesh the dividing wall of hostility (Sal 72:7; Miq 5:5; Zac 9:10; Lc 2:14; Ro 7:4; Gl 3:28; Col 1:21; Col 3:15)15by abolishing the law of commandments expressed in ordinances, that he might create in himself one new man in place of the two, so making peace, (Ro 6:4; Col 2:14; Col 2:20)16and might reconcile us both to God in one body through the cross, thereby killing the hostility. (1 Co 12:13; Col 1:20)17And he came and preached peace to you who were far off and peace to those who were near. (Dt 4:7; Sal 148:14; Is 57:19; Ef 2:13)18For through him we both have access in one Spirit to the Father. (Jn 4:23; Jn 10:7; Jn 10:9; Jn 14:6; Ro 5:2; 1 Co 12:13; Ef 3:12; Ef 4:4)19So then you are no longer strangers and aliens,[4] but you are fellow citizens with the saints and members of the household of God, (Gl 6:10; Ef 2:12; Flp 3:20; Heb 11:13; Heb 12:22; Heb 13:14)20built on the foundation of the apostles and prophets, Christ Jesus himself being the cornerstone, (Sal 118:22; Is 28:16; Jer 12:16; Mt 16:18; 1 Co 3:9; 1 Co 3:11; Ap 21:14)21in whom the whole structure, being joined together, grows into a holy temple in the Lord. (1 Co 3:16; Ef 4:15)22In him you also are being built together into a dwelling place for God by[5] the Spirit. (2 Co 6:16; Ef 3:17; 1 Ti 3:15; 1 P 2:5)