1Das Wort des HERRN erging an mich:2Du sollst dir keine Frau nehmen und weder Söhne noch Töchter haben an diesem Ort.3Denn so spricht der HERR über die Söhne und Töchter, die an diesem Ort geboren werden, über ihre Mütter, die sie gebären, und über ihre Väter, die sie zeugen in diesem Land:4Eines qualvollen Todes müssen sie sterben; man wird sie nicht beklagen und nicht begraben; sie werden zum Dünger auf dem Acker. Durch Schwert und Hunger kommen sie um; ihre Leichen werden zum Fraß für die Vögel des Himmels und die Tiere des Feldes. (Jer 9,21; Jer 25,33)5Ja, so hat der HERR gesprochen: Betritt kein Trauerhaus, geh nicht zur Totenklage und bezeig niemandem Beileid! Denn ich habe diesem Volk mein Heil entzogen - Spruch des HERRN -, die Güte und das Erbarmen.6Groß und Klein muss sterben in diesem Land; man wird sie nicht begraben und nicht beklagen. Niemand ritzt sich ihretwegen wund oder schert sich kahl. (Jer 47,5)7Keinem wird man das Trauerbrot brechen, um ihn wegen eines Verstorbenen zu trösten; man wird ihnen nicht den Trostbecher zu trinken geben wegen seines Vaters oder seiner Mutter.8Auch ein Haus, in dem ein Festmahl stattfindet, sollst du nicht betreten, um mit ihnen zu sitzen, zu essen und zu trinken.9Denn so spricht der HERR der Heerscharen, der Gott Israels: Siehe, verstummen lasse ich an diesem Ort, vor euren Augen und in euren Tagen, Jubelruf und Freudenruf, den Ruf des Bräutigams und den Ruf der Braut. (Jer 7,34)
Begründung und Ankündigung des Gerichts
10Wenn du nun diesem Volk das alles verkündest und man dich fragt: Warum droht der HERR uns all dieses schwere Unheil an? Worin besteht unsre Schuld und worin unsere Sünde, die wir gegen den HERRN, unsern Gott, begangen haben?, (Jer 5,19)11so antworte ihnen: Weil eure Väter mich verlassen haben - Spruch des HERRN - und anderen Göttern nachliefen, ihnen dienten und sich vor ihnen niederwarfen. Mich aber haben sie verlassen und meine Weisung nicht bewahrt.12Ihr selbst aber habt es noch schlimmer getrieben als eure Väter. Siehe: Jeder von euch folgt der Verstocktheit seines bösen Herzens, ohne auf mich zu hören.13Darum schleudere ich euch aus diesem Land hinaus, in das Land, das euch und euren Vätern unbekannt war. Dort werdet ihr anderen Göttern dienen Tag und Nacht, weil ich euch keine Gnade schenke. (5Mo 28,64)14Darum siehe, Tage kommen - Spruch des HERRN -, da sagt man nicht mehr: So wahr der HERR lebt, der die Söhne Israels aus dem Land Ägypten heraufgeführt hat!,15sondern: So wahr der HERR lebt, der die Söhne Israels aus dem Nordland und aus allen Ländern, in die er sie verstoßen hatte, heraufgeführt hat. Ich bringe sie zurück in ihr Heimatland, das ich ihren Vätern gegeben habe.16Siehe, ich sende viele Fischer - Spruch des HERRN -, die sollen sie fischen und danach sende ich viele Jäger, die sollen sie erjagen auf jedem Berg und auf jedem Hügel und in den Felsenklüften.17Denn meine Augen sind über allen ihren Wegen; sie können sich vor mir nicht verstecken und ihre Schuld ist vor meinen Augen nicht verborgen.18So vergelte ich zunächst doppelt ihre Schuld und ihre Sünde, weil sie mein Land entweiht haben; mit dem Aas ihrer Scheusale und durch ihre Gräuel haben sie mein Erbteil angefüllt.19HERR, meine Kraft und meine Burg, / meine Zuflucht am Tag der Not!
Zu dir kommen Völker von den Enden der Erde / und sagen: Nur Trug erbten unsre Väter, / Wahngebilde, die nichts nützen.20Kann ein Mensch sich denn Götter machen? - / Doch Götter sind es dann nicht!21Darum siehe, ich bringe sie zur Erkenntnis; / diesmal bringe ich sie zur Erkenntnis meiner Macht und meiner Stärke
und sie werden erkennen, / dass mein Name HERR ist.
1La palabra del Señor vino a mí, y me dijo:2«No te cases, ni tengas hijos ni hijas en este lugar.»3Porque así dice el Señor en cuanto a los hijos y las hijas que han nacido en este lugar, y en cuanto a las madres que los dieron a luz y los padres que los engendraron en este país:4«Morirán de enfermedades horribles. Nadie llorará por ellos, ni los sepultará; se quedarán sobre la faz de la tierra, como el estiércol. La espada y el hambre acabarán con ellos, y sus cadáveres servirán de alimento para las aves del cielo y para las bestias de la tierra.»5Así dice el Señor: «No entres en una casa donde estén de luto, ni vayas a llorar, ni los consueles, porque a este pueblo le he retirado mi paz, mi amor y mi compasión —afirma el Señor—.6En este país morirán grandes y pequeños; nadie llorará por ellos, ni los sepultará; nadie se hará heridas en el cuerpo ni se rapará la cabeza por ellos.7Nadie ofrecerá un banquete fúnebre a los que estén de duelo, para consolarlos por el muerto, ni a nadie se le dará a beber la copa del consuelo, aun cuando quien haya muerto sea su padre o su madre.8»No entres en una casa donde haya una celebración, ni te sientes con ellos a comer y beber.9Porque así dice el Señor Todopoderoso, el Dios de Israel: Voy a poner fin en este lugar a toda expresión de alegría y de regocijo, y al cántico del novio y de la novia. Esto sucederá en sus propios días, y ustedes lo verán.10»Cuando anuncies a este pueblo todas estas cosas, ellos te preguntarán: “¿Por qué ha decretado el Señor contra nosotros esta calamidad tan grande? ¿Cuál es nuestra iniquidad? ¿Qué pecado hemos cometido contra el Señor nuestro Dios?”11Entonces les responderás: “Esto es porque sus antepasados me abandonaron y se fueron tras otros dioses, y los sirvieron y los adoraron. Pero a mí me abandonaron, y no cumplieron mi ley —afirma el Señor—.12Pero ustedes se han comportado peor que sus antepasados. Cada uno sigue la terquedad de su corazón malvado, y no me ha obedecido.13Por eso los voy a arrojar de esta tierra, a un país que ni ustedes ni sus antepasados conocieron, y allí servirán a otros dioses día y noche. No les tendré clemencia.”14»Por eso —afirma el Señor—, vienen días en que ya no se dirá: “Por la vida del Señor, que hizo salir a los israelitas de la tierra de Egipto”,15sino: “Por la vida del Señor, que hizo salir a los israelitas de la tierra del norte, y de todos los países adonde los había expulsado.” Yo los haré volver a su tierra, la que antes di a sus antepasados.16»Voy a enviar a muchos pescadores —afirma el Señor—, y ellos los pescarán a ustedes. Después, enviaré a muchos cazadores, y ellos los cazarán a ustedes por todas las montañas y colinas, y por las grietas de las rocas.17Ciertamente mis ojos ven todas sus acciones; ninguna de ellas me es oculta. Su iniquidad no puede esconderse de mi vista.18Primero les pagaré el doble por su iniquidad y su pecado, porque con los cadáveres de sus ídolos detestables han profanado mi tierra, y han llenado mi herencia con sus abominaciones.»19Señor, fuerza y fortaleza mía, mi refugio en el día de la angustia: desde los confines de la tierra vendrán a ti las naciones, y dirán: «Sólo mentira heredaron nuestros antepasados; heredaron lo absurdo, lo que no sirve para nada.20¿Acaso puede el hombre hacer sus propios dioses? ¡Pero si no son dioses!»21Por eso, esta vez les daré una lección; les daré a conocer mi mano poderosa. ¡Así sabrán que mi nombre es el Señor!