Epheser 5

Einheitsübersetzung 2016

von Katholisches Bibelwerk
1 Ahmt Gott nach als seine geliebten Kinder2 und führt euer Leben in Liebe, wie auch Christus uns geliebt und sich für uns hingegeben hat als Gabe und Opfer, das Gott gefällt! (Gal 2,20; Eph 5,25)3 Von Unzucht aber und Unreinheit jeder Art oder von Habgier soll bei euch, wie es sich für Heilige gehört, nicht einmal die Rede sein. (Kol 3,5)4 Auch Sittenlosigkeit und albernes oder zweideutiges Geschwätz schicken sich nicht für euch, sondern vielmehr Dankbarkeit.5 Denn das sollt ihr wissen: Kein unzüchtiger, schamloser oder habgieriger Mensch - das heißt kein Götzendiener - erhält ein Erbteil im Reich Christi und Gottes. (1Kor 6,9)6 Niemand täusche euch mit leeren Worten: All das nämlich zieht auf die Ungehorsamen den Zorn Gottes herab. (Kol 2,8; Kol 3,6)7 Habt darum mit ihnen nichts gemein!8 Denn einst wart ihr Finsternis, jetzt aber seid ihr Licht im Herrn. Lebt als Kinder des Lichts! (Kol 1,12)9 Denn das Licht bringt lauter Güte, Gerechtigkeit und Wahrheit hervor. (Gal 5,22)10 Prüft, was dem Herrn gefällt, (1Thess 5,21)11 und habt nichts gemein mit den Werken der Finsternis, die keine Frucht bringen, deckt sie vielmehr auf!12 Denn von dem, was sie heimlich tun, auch nur zu reden, ist schändlich.13 Alles, was aufgedeckt ist, wird vom Licht erleuchtet.14 Denn alles Erleuchtete ist Licht. Deshalb heißt es: Wach auf, du Schläfer, / und steh auf von den Toten / und Christus wird dein Licht sein.[1]15 Achtet also sorgfältig darauf, wie ihr euer Leben führt, nicht wie Toren, sondern wie Kluge!16 Nutzt die Zeit, denn die Tage sind böse. (Kol 4,5)17 Darum seid nicht unverständig, sondern begreift, was der Wille des Herrn ist!18 Berauscht euch nicht mit Wein - das macht zügellos -, sondern lasst euch vom Geist erfüllen! (Spr 23,31)19 Lasst in eurer Mitte Psalmen, Hymnen und geistliche Lieder erklingen, singt und jubelt aus vollem Herzen dem Herrn! (Kol 3,16)20 Sagt Gott, dem Vater, jederzeit Dank für alles im Namen unseres Herrn Jesus Christus!21 Einer ordne sich dem andern unter in der gemeinsamen Furcht Christi!22 Ihr Frauen euren Männern wie dem Herrn; (1Petr 3,1)23 denn der Mann ist das Haupt der Frau, wie auch Christus das Haupt der Kirche ist. Er selbst ist der Retter des Leibes. (1Kor 11,3)24 Wie aber die Kirche sich Christus unterordnet, so sollen sich auch die Frauen in allem den Männern unterordnen.25 Ihr Männer, liebt eure Frauen, wie auch Christus die Kirche geliebt und sich für sie hingegeben hat, (Eph 5,2; 1Tim 2,6; 1Petr 3,7)26 um sie zu heiligen, da er sie gereinigt hat durch das Wasserbad im Wort!27 So will er die Kirche herrlich vor sich hinstellen, ohne Flecken oder Falten oder andere Fehler; heilig soll sie sein und makellos.28 Darum sind die Männer verpflichtet, ihre Frauen so zu lieben wie ihren eigenen Leib. Wer seine Frau liebt, liebt sich selbst.29 Keiner hat je seinen eigenen Leib gehasst, sondern er nährt und pflegt ihn, wie auch Christus die Kirche.30 Denn wir sind Glieder seines Leibes. (Röm 12,5)31 Darum wird der Mann Vater und Mutter verlassen und sich an seine Frau binden und die zwei werden ein Fleisch sein. (1Mo 2,24; Mt 19,5)32 Dies ist ein tiefes Geheimnis; ich beziehe es auf Christus und die Kirche.33 Indessen sollt auch ihr, jeder Einzelne, seine Frau lieben wie sich selbst, die Frau aber ehre ihren Mann.

Epheser 5

La Biblia Textual

von Sociedad Bíblica Iberoamericana
1 Sed pues imitadores de Dios, como hijos amados,2 y andad en amor, como el Mesías también nos amó, y se entregó por nosotros en ofrenda y sacrificio a Dios para olor fragante.3 Pero fornicación y toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre vosotros, como conviene a santos;4 tampoco la conducta obscena, ni el necio hablar, ni chocarrerías, que no convienen, sino más bien acción de gracias.5 Porque esto lo sabéis con certeza, que ningún fornicario, o inmundo, o avaro, esto es, idólatra, tiene herencia en el reino del Mesías y de Dios.6 Nadie os engañe con palabras vanas, porque por medio de estas cosas viene la ira de Dios sobre los hijos de desobediencia.7 No lleguéis a ser pues partícipes con ellos,8 porque en un tiempo erais tinieblas, pero ahora sois luz en el Señor: andad como hijos de luz9 (porque el fruto de la luz consiste en toda bondad, justicia y verdad),10 poniendo a prueba qué es lo que agrada al Señor,11 no participando en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendiéndolas,12 porque vergonzoso es aun hablar las cosas que hacen en secreto.13 Pero todo lo que es reprendido, por la luz es manifiesto, porque todo es manifestado por la luz.14 Por lo cual dice: Despiértate, tú que duermes, Y levántate de entre los muertos, Y te alumbrará el Mesías.15 Mirad pues con diligencia cómo os comportáis, no como necios, sino como sabios;16 haciendo buen uso del tiempo, porque los días son malos.17 Por tanto, no seáis insensatos, sino entended cuál sea la voluntad del Señor.18 No os embriaguéis con vino, en el cual hay desenfreno, antes bien, sed llenos del Espíritu,19 hablando entre vosotros con salmos e himnos y cánticos espirituales, cantando y entonando salmos de todo corazón al Señor;20 dando siempre gracias por todas las cosas al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesús, el Mesías.21 Someteos unos a otros en el temor del Mesías.22 Las casadas: A sus propios maridos, como al Señor,23 porque el esposo es cabeza de la esposa, como también el Mesías cabeza de la iglesia, el mismo que es Salvador del cuerpo.24 Por tanto, como la iglesia está sometida al Mesías, así también las casadas a sus maridos en todo.25 Los esposos: Amad a las esposas así como el Mesías amó a la iglesia y se entregó a sí mismo por ella,26 para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua con la palabra,27 a fin de presentar la iglesia para sí mismo, gloriosa, sin que tenga mancha ni arruga, ni cosa semejante, sino que sea santa y sin mancha.28 Así los esposos deben amar a sus esposas como a sus mismos cuerpos. El que ama a su esposa, se ama a sí mismo,29 porque ninguno aborreció jamás su propio cuerpo, al contrario, lo sustenta y cuida, como también el Mesías a la iglesia,30 porque somos miembros de su cuerpo.31 Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos vendrán a ser una sola carne.32 Grande es este misterio, pero yo digo esto respecto al Mesías y la iglesia.33 Por lo demás, vosotros también, cada uno en particular, ame a su propia esposa de la misma manera que a sí mismo, y que la esposa respete al esposo.