1Ich, der Gefangene im Herrn, ermahne euch, ein Leben zu führen, das des Rufes würdig ist, der an euch erging. (Eph 3,1; 1Thess 2,12)2Seid demütig, friedfertig und geduldig, ertragt einander in Liebe (Kol 3,12)3und bemüht euch, die Einheit des Geistes zu wahren durch das Band des Friedens! (Kol 3,14)4Ein Leib und ein Geist, wie ihr auch berufen seid zu einer Hoffnung in eurer Berufung: (Röm 12,5; 1Kor 12,12)5ein Herr, ein Glaube, eine Taufe, (1Kor 8,6)6ein Gott und Vater aller, der über allem und durch alles und in allem ist.
Die Gnadengaben im Dienst der Einheit der Kirche
7Aber jeder von uns empfing die Gnade in dem Maß, wie Christus sie ihm geschenkt hat.8Deshalb heißt es: Er stieg hinauf zur Höhe und erbeutete Gefangene, er gab den Menschen Geschenke. (Ps 68,19)9Wenn es heißt: Er stieg aber hinauf, was bedeutet dies anderes, als dass er auch zur Erde herabstieg?10Derselbe, der herabstieg, ist auch hinaufgestiegen über alle Himmel, um das All zu erfüllen. (Kol 1,20)11Und er setzte die einen als Apostel ein, andere als Propheten, andere als Evangelisten, andere als Hirten und Lehrer,[1] (1Kor 12,28)12um die Heiligen für die Erfüllung ihres Dienstes zuzurüsten, für den Aufbau des Leibes Christi,13bis wir alle zur Einheit im Glauben und der Erkenntnis des Sohnes Gottes gelangen, zum vollkommenen Menschen, zur vollen Größe, die der Fülle Christi entspricht. (Kol 1,28)14Wir sollen nicht mehr unmündige Kinder sein, ein Spiel der Wellen, geschaukelt und getrieben von jedem Widerstreit der Lehrmeinungen, im Würfelspiel der Menschen, in Verschlagenheit, die in die Irre führt. (1Kor 14,20; Jak 1,6)15Wir aber wollen, von der Liebe geleitet, die Wahrheit bezeugen und in allem auf ihn hin wachsen. Er, Christus, ist das Haupt.16Von ihm her wird der ganze Leib zusammengefügt und gefestigt durch jedes Gelenk. Jedes versorgt ihn mit der Kraft, die ihm zugemessen ist. So wächst der Leib und baut sich selbst in Liebe auf. (Kol 2,19)
Der alte und der neue Mensch
17Das also sage ich und beschwöre euch im Herrn: Lebt nicht mehr wie die Heiden in ihrem nichtigen Denken!18Sie sind verfinstert in ihrem Sinn. Sie sind dem Leben Gottes entfremdet durch die Unwissenheit, in der sie befangen sind, durch die Verhärtung ihres Herzens. (Kol 1,21)19In ihrer Haltlosigkeit gaben sie sich der Ausschweifung hin, um jede Art von Unreinheit in Habgier zu vollführen.20Ihr aber habt Christus nicht so kennengelernt.21Ihr habt doch von ihm gehört und seid unterrichtet worden, wie es Wahrheit ist in Jesus.22Legt den alten Menschen des früheren Lebenswandels ab, der sich in den Begierden des Trugs zugrunde richtet, (Kol 3,9)23und lasst euch erneuern durch den Geist in eurem Denken! (Röm 12,2)24Zieht den neuen Menschen an, der nach dem Bild Gottes geschaffen ist in wahrer Gerechtigkeit und Heiligkeit! (1Mo 1,26; Kol 3,10)
Mahnungen zum Miteinander im Geist Christi
25Legt deshalb die Lüge ab und redet die Wahrheit, jeder mit seinem Nächsten; denn wir sind als Glieder miteinander verbunden. (Sach 8,16; Kol 3,9)26Wenn ihr zürnt, sündigt nicht! Die Sonne soll über eurem Zorn nicht untergehen. (Ps 4,5)27Gebt dem Teufel keinen Raum! (Eph 6,11)28Der Dieb soll nicht mehr stehlen, vielmehr soll er sich abmühen und mit seinen Händen etwas verdienen, damit er den Notleidenden davon geben kann.29Über eure Lippen komme kein böses Wort, sondern nur ein gutes, das den, der es braucht, auferbaut und denen, die es hören, Nutzen bringt!30Betrübt nicht den Heiligen Geist Gottes, den ihr als Siegel empfangen habt für den Tag der Erlösung!31Jede Art von Bitterkeit und Wut und Zorn und Geschrei und Lästerung mit allem Bösen verbannt aus eurer Mitte! (Kol 3,8; Jak 3,14)32Seid gütig zueinander, seid barmherzig, vergebt einander, wie auch Gott euch in Christus vergeben hat. (Kol 3,12)
1Yo, pues, el prisionero del Señor, os exhorto que andéis como es digno del llamamiento con que fuisteis llamados:2Con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con longanimidad unos a otros en amor,3solícitos por guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz.4Un solo cuerpo y un solo Espíritu, como también fuisteis llamados con una misma esperanza de vuestro llamamiento:5Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo,6un solo Dios y Padre de todos, quien está sobre todos, a través de todos, y en todos.7A cada uno, entonces, nos fue dada la gracia según la medida del don del Mesías;8por lo cual dice: Subiendo a lo alto, tomó cautiva la cautividad, Dio dones a los hombres.9(Y eso de que subió, ¿qué significa, sino que también había descendido a las profundidades de la tierra?10El que descendió es el mismo que también ascendió por encima de todos los cielos para llenar todas las cosas.)11Y Él mismo dio: unos, apóstoles; otros, profetas; otros, evangelistas; y otros, pastores y maestros;12a fin de adiestrar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo del Mesías,13hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento pleno del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud del Mesías.14Para que ya no seamos niños fluctuantes, zarandeados por las olas, llevados a la deriva por todo viento de doctrina, por la astucia de hombres que emplean con maestría las artimañas del error;15sino que hablando la verdad en amor, crezcamos en todas las cosas en Aquel que es la cabeza: El Mesías,16de Él viene que el cuerpo entero, bien ajustado y unido por todos los ligamentos, según la función propia de cada uno de sus miembros, crezca y se edifique en el amor.
Una vida nueva
17Esto pues digo y requiero en el Señor: que ya no viváis como viven los gentiles, en la futilidad de su mente,18teniendo el entendimiento entenebrecido, totalmente ajenos a la vida de Dios a causa de la ignorancia que hay en ellos, por la dureza de su corazón;19los cuales, después que llegaron a ser insensibles, se entregaron a sí mismos a la sensualidad, para practicar con avidez toda clase de impureza.20Pero vosotros no aprendisteis así al Mesías,21si en verdad lo oísteis y fuisteis enseñados en Él, conforme a la verdad que está en Jesús.22En cuanto a la antigua manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está corrompido por los deseos engañosos,23renovaos en el espíritu de vuestra mente,24vestidos ya del nuevo hombre, que fue creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.25Por tanto, desechando la mentira, cada uno hable verdad con su prójimo, porque somos miembros los unos de los otros.26Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo,27ni deis lugar al diablo.28El que hurtaba no hurte más, sino trabaje, haciendo con las propias manos lo bueno, para que tenga qué compartir con el que tiene necesidad.29Ninguna palabra dañina salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, que comunique gracia a los oyentes.30Y no entristezcáis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.31Sea quitada de vosotros toda amargura y enojo, e ira, y grito airado y maledicencia, junto con toda maldad.32Sed bondadosos los unos con los otros, compasivos, perdonándoos los unos a los otros como también Dios os perdonó en el Mesías.