Psalm 79

Elberfelder Bibel

von SCM Verlag
1 Ein Psalm. Von Asaf. Gott! Nationen sind in dein Erbteil gekommen, haben deinen heiligen Tempel verunreinigt, haben Jerusalem zu Trümmerhaufen gemacht. (2Kön 25,9; Ps 50,1; Kla 1,10; Mi 3,12; Lk 21,24)2 Die Leichen deiner Knechte haben sie den Vögeln des Himmels zum Fraß gegeben, das Fleisch deiner Getreuen den wilden Tieren des Feldes. (Jer 7,33)3 Sie haben ihr Blut wie Wasser vergossen rings um Jerusalem, und niemand war da, der begraben hätte. (Jer 14,16; Zef 1,17; Offb 11,9)4 Wir sind ein Hohn geworden unseren Nachbarn, ein Spott und Schimpf denen, die uns umgeben. (Ps 44,14)5 Bis wann, HERR, willst du immerfort zürnen, soll wie Feuer brennen dein Eifer? (Ps 80,5; Ps 89,47)6 Schütte deinen Zorn aus über die Nationen, die dich nicht erkennen, auf die Königreiche, die deinen Namen nicht anrufen! (Jer 10,25; 2Thess 1,8)7 Denn sie haben Jakob aufgezehrt[1], sein Weidegebiet haben sie verwüstet. (Jes 64,9)8 Rechne uns nicht an die Schuld der Vorfahren[2]; lass uns dein Erbarmen eilends entgegenkommen! Denn wir sind sehr gering[3] geworden.9 Hilf uns, Gott unseres Heils[4], um der Ehre[5] deines Namens willen. Rette uns und vergib unsere Sünden um deines Namens willen! (Hes 20,44)10 Warum sollen die Nationen sagen: Wo ist ihr Gott? Lass unter den Nationen vor unseren Augen kundwerden,[6] dass du das vergossene Blut deiner Knechte rächst[7]! (5Mo 32,43; Ps 42,4)11 Lass vor dich kommen das Seufzen des Gefangenen; nach der Größe deines Armes lass übrig bleiben die Kinder des Todes! (Ps 102,21)12 Und gib unseren Nachbarn siebenfach in ihren Schoß zurück ihren Hohn, mit dem sie dich gehöhnt haben, Herr! (Ps 89,52)13 Wir aber sind dein Volk und die Herde deiner Weide. Wir wollen dich ewig preisen, von Generation zu Generation dein Lob erzählen! (Ps 74,1; Jes 43,21)

Psalm 79

Nueva Versión Internacional

von Biblica
1 Oh Dios, los pueblos paganos han invadido tu herencia; han profanado tu santo templo, han dejado en ruinas a Jerusalén.2 Han entregado los cadáveres de tus siervos como alimento de las aves del cielo; han destinado los cuerpos de tus fieles para comida de los animales salvajes.3 Por toda Jerusalén han derramado su sangre, como si derramaran agua, y no hay quien entierre a los muertos.4 Nuestros vecinos hacen mofa de nosotros; somos blanco de las burlas de quienes nos rodean.5 ¿Hasta cuándo, Señor? ¿Vas a estar enojado para siempre? ¿Arderá tu celo como el fuego?6 ¡Enójate con las naciones que no te reconocen, con los reinos que no invocan tu nombre!7 Porque a Jacob se lo han devorado, y al país lo han dejado en ruinas.8 No nos tomes en cuenta los pecados de ayer; ¡venga pronto tu misericordia a nuestro encuentro, porque estamos totalmente abatidos!9 Oh Dios y salvador nuestro, por la gloria de tu nombre, ayúdanos; por tu nombre, líbranos y perdona nuestros pecados.10 ¿Por qué van a decir las naciones: «¿Dónde está su Dios?» Permítenos ver, y muéstrales a los pueblos paganos cómo tomas venganza de la sangre de tus siervos.11 Que lleguen a tu presencia los gemidos de los cautivos, y por la fuerza de tu brazo salva a los condenados a muerte.12 Señor, haz que sientan nuestros vecinos, siete veces y en carne propia, el oprobio que han lanzado contra ti.13 Y nosotros, tu pueblo y ovejas de tu prado, te alabaremos por siempre; de generación en generación cantaremos tus alabanzas.

Psalm 79

La Biblia Textual

von Sociedad Bíblica Iberoamericana
1 ¡Oh ’Elohim, los gentiles han invadido tu heredad, Han profanado tu Santuario y reducido Jerusalem a escombros!2 Dieron los cuerpos de tus siervos por comida a las aves del cielo; La carne de tus santos a las bestias de la tierra.3 Han derramado su sangre como agua en torno a Jerusalem, Y no hay quien los sepulte.4 Hemos venido a ser oprobio de nuestros vecinos, Escarnio y burla de quienes nos rodean.5 ¿Hasta cuándo, oh YHVH? ¿Estarás airado para siempre? ¿Arderá tu celo como fuego?6 Derrama tu ira sobre las naciones que no te conocen, Y sobre los reinos que no invocan tu Nombre.7 Porque han consumido a Jacob, y han desolado su morada.8 No tengas en memoria contra nosotros las iniquidades de nuestros antepasados, ¡Apresúrate!, y vengan a nuestro encuentro tus misericordias; Porque estamos abatidos en extremo.9 ¡Oh Dios de nuestra salvación, Ayúdanos, por la gloria de tu Nombre! ¡Haznos libres y expía nuestros pecados, por amor de tu Nombre!10 ¿Por qué han de decir los gentiles: Dónde está su Dios? ¡Sea conocida entre las naciones, a nuestra vista, la venganza de la sangre derramada de tus siervos!11 ¡Llegue ante ti el gemido del cautivo! Conforme a la grandeza de tu brazo, preserva a los sentenciados a muerte,12 Y devuelve a nuestros vecinos en su mismo seno, siete veces la afrenta con que te han afrentado, ¡oh Adonay!13 Así nosotros, pueblo tuyo y ovejas de tu prado, Te alabaremos para siempre, De generación en generación contaremos de tu alabanza.