1Ein Maskil[1]. Von Asaf. Gott, warum hast du verworfen für immer, ⟨warum⟩ raucht dein Zorn gegen die Herde[2] deiner Weide? (Ps 50,1; Ps 77,8; Ps 79,13; Ps 85,6; Ps 95,7; Ps 100,3)2Gedenke deiner Gemeinde, die du erworben hast vor alters, erlöst zum Stamm deines Erbteils, ⟨gedenke⟩ des Berges Zion, auf dem du gewohnt hast! (5Mo 9,26; Ps 9,12; Ps 94,14; Apg 20,28)3Erhebe deine Schritte zu den ewigen Trümmern! Alles hat der Feind im Heiligtum verwüstet. (Dan 9,17)4Es brüllen deine Widersacher inmitten deiner Versammlungsstätte. Sie haben ihre Zeichen als Zeichen ⟨des Sieges⟩ gesetzt. (Kla 2,7)5[3] Es sieht aus, wie wenn man[4] Äxte emporhebt im Dickicht des Waldes.6Und jetzt – deine[5] Schnitzereien allesamt, mit Beilen und Brechstangen zerschlagen sie ⟨sie⟩.7Sie haben dein Heiligtum[6] in Brand gesteckt, bis auf den Grund entweiht die Wohnung deines Namens. (Jer 52,13)8Sie sprachen in ihrem Herzen:[7] Lasst sie uns allesamt niederzwingen![8] Sie haben alle Versammlungsstätten Gottes im Lande verbrannt. (Ps 83,5)9Zeichen für uns sehen wir nicht. Kein Prophet ist mehr da, und keiner bei uns ist da, der weiß, bis wann.10Bis wann, Gott, soll höhnen der Bedränger, soll der Feind deinen Namen verachten immerfort? (Ps 6,4; Jes 37,23)11Warum ziehst du deine Hand und deine Rechte zurück? ⟨Zieh sie⟩ hervor aus deinem Gewandbausch, mach ein Ende[9]! (Kla 2,3)12Doch Gott ist mein König von alters her, der Rettungen vollbringt auf der Erde. (Ps 5,3; Jer 10,10; Hab 1,12)13Du hast aufgestört das Meer durch deine Macht, hast zerschmettert die Häupter der Seeungeheuer auf dem Wasser. (2Mo 14,21; Jes 51,9)14Du hast zerschlagen die Köpfe des Leviatans[10], gabst ihn zur Speise den Haifischen des Meeres[11].15Du ließest Quelle und Bach hervorquellen[12], immerfließende Ströme trocknetest du aus. (2Mo 17,6; Ps 114,3)16Dein ist der Tag, dein auch die Nacht. Den Mond[13] und die Sonne hast du bereitet. (1Mo 1,16; Ps 104,19; Ps 136,8; Jer 33,25)17Du hast festgelegt alle Grenzen der Erde. Sommer und Winter, du hast sie geschaffen. (Apg 17,26)18Denk daran: Der Feind hat gehöhnt, HERR[14], und ein törichtes[15] Volk hat deinen Namen verachtet. (Jes 37,23)19Gib nicht den Raubtieren hin die Seele deiner Turteltaube! Das Leben deiner Elenden vergiss nicht für immer! (Ps 10,12)20Schaue hin auf den Bund! Denn die Schlupfwinkel des Landes sind voll von Stätten der Gewalttat.21Lass den Unterdrückten nicht beschämt davongehen! Den Elenden und Armen lass deinen Namen loben!22Stehe auf, Gott, führe deinen Rechtsstreit! Gedenke deiner Verhöhnung durch den Toren den ganzen Tag! (Ps 35,23)23Vergiss nicht die Stimme deiner Widersacher, das ständig aufsteigende Getöse derer, die sich gegen dich erheben. (Ps 2,1)
Psalm 74
Nueva Versión Internacional
von Biblica1¿Por qué, oh Dios, nos has rechazado para siempre? ¿Por qué se ha encendido tu ira contra las ovejas de tu prado?2Acuérdate del pueblo que adquiriste desde tiempos antiguos, de la tribu que redimiste para que fuera tu posesión. Acuérdate de este monte Sión, que es donde tú habitas.3Dirige tus pasos hacia estas ruinas eternas; ¡todo en el santuario lo ha destruido el enemigo!4Tus adversarios rugen en el lugar de tus asambleas y plantan sus banderas en señal de victoria.5Parecen leñadores en el bosque, talando árboles con sus hachas.6Con sus hachas y martillos destrozaron todos los adornos de madera.7Prendieron fuego a tu santuario; profanaron el lugar donde habitas.8En su corazón dijeron: «¡Los haremos polvo!», y quemaron en el país todos tus santuarios.9Ya no vemos ondear nuestras banderas; ya no hay ningún profeta, y ni siquiera sabemos hasta cuándo durará todo esto.10¿Hasta cuándo, oh Dios, se burlará el adversario? ¿Por siempre insultará tu nombre el enemigo?11¿Por qué retraes tu mano, tu mano derecha? ¿Por qué te quedas cruzado de brazos?12Tú, oh Dios, eres mi rey desde tiempos antiguos; tú traes salvación sobre la tierra.13Tú dividiste el mar con tu poder; les rompiste la cabeza a los monstruos marinos.14Tú aplastaste las cabezas de Leviatán y lo diste por comida a las jaurías del desierto.15Tú hiciste que brotaran fuentes y arroyos; secaste ríos de inagotables corrientes.16Tuyo es el día, tuya también la noche; tú estableciste la luna y el sol;17trazaste los límites de la tierra, y creaste el verano y el invierno.18Recuerda, Señor, que tu enemigo se burla, y que un pueblo insensato ofende tu nombre.19No entregues a las fieras la vida de tu tórtola; no te olvides, ni ahora ni nunca, de la vida de tus pobres.20Toma en cuenta tu pacto, pues en todos los rincones del país abunda la violencia.21Que no vuelva humillado el oprimido; que alaben tu nombre el pobre y el necesitado.22Levántate, oh Dios, y defiende tu causa; recuerda que a todas horas te ofenden los necios.23No pases por alto el griterío de tus adversarios, el creciente tumulto de tus enemigos.
1Oh ’Elohim, ¿por qué nos has desechado para siempre? ¿Por qué humea tu ira contra las ovejas de tu prado?2Acuérdate de tu congregación, La que adquiriste desde tiempos antiguos, La que redimiste para hacerla tribu de tu heredad, Y de este monte Sión, donde has habitado.3Dirige tus pasos hacia estas ruinas perpetuas, Y considera todo el mal que hizo el enemigo en el Santuario.4Tus adversarios vociferan en medio de tu lugar de reunión, Pusieron sus propios estandartes por divisa.5Se asemejan a los que alzan el hacha en la espesura del bosque.6Y ahora, con hachas y con mazos, Hacen trizas sus entalladuras.7Han prendido fuego a tu Santuario, Y hasta los cimientos profanaron la morada de tu Nombre.8Dijeron en su corazón: ¡Destruyámoslos de una vez! Y quemaron todas las sinagogas de Dios en la tierra.9No vemos ya nuestras señales, No hay más profeta, Ni hay entre nosotros quien sepa hasta cuándo.10¿Hasta cuándo, ’Elohim, seguirá afrentándonos el adversario? ¿Seguirá blasfemando tu Nombre por siempre?11¿Por qué retraes tu mano? ¡Sí, tu diestra! ¡Extiéndela y destrúyelos!12Con todo, ’Elohim es mi Rey desde antaño, Que opera salvación en la tierra.13Tú dividiste el mar con tu poder, Quebrantaste en las aguas las cabezas de los monstruos marinos.14Tú aplastaste las cabezas de Leviatán, Y lo diste por comida a los moradores del desierto.15Tú abriste la fuente y el torrente, Tú secaste ríos impetuosos.16Tuyo es el día, tuya también la noche, Tú estableciste las luminarias y el sol.17Tú has establecido todos los términos de la tierra, Tú hiciste el verano y el invierno.18Acuérdate de cómo el enemigo ha injuriado a YHVH, Y cómo un pueblo vil ha blasfemado tu Nombre.19No entregues el alma de tu tórtola a las bestias salvajes, No te olvides para siempre de la congregación de tus afligidos.20Considera atentamente el pacto, Porque los lugares oscuros de la tierra están llenos de moradas de violencia.21No permitas que el oprimido se vuelva avergonzado, Haz que los afligidos y los menesterosos alaben tu Nombre.22¡Levántate, oh ’Elohim, y sustenta tu propia causa! Acuérdate de cómo el vil te injuria cada día.23No olvides el vocerío de tus adversarios, El tumulto de los que se levantan contra ti, que sube de continuo.