1Dem Chorleiter. Von den Söhnen Korachs. Ein Maskil[1]. (Ps 42,1)2Gott, mit unseren Ohren haben wir gehört, unsere Väter haben uns erzählt die Großtat, die du gewirkt hast in ihren Tagen, in den Tagen der Vorzeit.3Du, du hast mit deiner Hand Nationen ausgetrieben, aber sie hast du eingepflanzt, Völkerschaften hast du Schaden zugefügt[2], aber sie hast du ausgebreitet. (Ps 78,55; Ps 80,9)4Denn nicht durch ihr Schwert haben sie das Land in Besitz genommen, und nicht ihr Arm hat sie gerettet; sondern deine Rechte und dein Arm und das Licht deines Angesichts, weil du Wohlgefallen an ihnen hattest. (2Mo 15,6; 5Mo 7,8; Ps 111,6; Apg 7,45)5Du selbst bist mein König, Gott; gebiete die Rettungen Jakobs! (Ps 5,3; Jes 33,22)6Durch dich werden wir niederstoßen unsere Bedränger; durch deinen Namen werden wir zertreten, die gegen uns aufstehen. (Ps 60,14)7Denn nicht auf meinen Bogen vertraue ich, und mein Schwert wird mich nicht retten. (Hos 1,7)8Denn du rettest uns von unseren Bedrängern, und unsere Hasser machst du zuschanden. (Ps 106,10; Lk 1,71)9In Gott rühmen wir uns den ganzen Tag, und deinen Namen werden wir ewig preisen. // (Jer 9,24)10Doch du hast ⟨uns⟩[3] verworfen und in Schande gebracht und ziehst nicht aus mit unseren Heeren. (4Mo 14,42; Ps 60,12; Ps 89,39)11Du lässt uns zurückweichen vor dem Bedränger, und die uns hassen, haben für sich geraubt. (Ri 2,14)12Du gibst uns hin wie Schlachtvieh, und unter die Nationen hast du uns zerstreut. (5Mo 4,27)13Du verkaufst dein Volk um ein Geringes und hast keinen Gewinn gemacht durch ihren Kaufpreis.14Du machst uns unseren Nachbarn zum Hohn, zu Spott und Schimpf denen, die uns umgeben. (Ps 79,4; Ps 123,3)15Du machst uns zum Sprichwort unter den Nationen, zum Kopfschütteln unter den Völkerschaften. (1Kön 9,7; Kla 2,15)16Den ganzen Tag ist meine Schande vor mir, und Scham hat mir mein Gesicht bedeckt17wegen der Stimme des Schmähers und Lästerers, angesichts des Feindes und des Rachgierigen.18Dieses alles ist über uns gekommen, doch wir hatten dich nicht vergessen, noch verraten deinen Bund.19Unser Herz ist nicht zurückgewichen, noch sind unsere Schritte abgebogen von deinem Pfad, (Hi 23,11)20dass du uns ⟨so⟩ zermalmt hast am Ort der Schakale und uns bedeckt mit Finsternis. (Ps 63,11)21Hätten wir den Namen unseres Gottes vergessen und unsere Hände zu einem fremden Gott ausgestreckt,22würde Gott das nicht erforschen? Denn er erkennt die Geheimnisse des Herzens. (Ps 94,11; Ps 139,2; Jer 17,10; Apg 15,8)23Ja, deinetwegen werden wir umgebracht den ganzen Tag, als Schlachtvieh werden wir angesehen. (Röm 8,36)24Erwache! Warum schläfst du, Herr? Wache auf! Verwirf ⟨uns⟩ nicht auf ewig! (Ps 35,23)25Warum verbirgst du dein Angesicht, vergisst unser Elend und unsere Bedrückung? (Hi 13,24; Ps 10,1; Ps 88,15; Mk 4,38)26Denn unsere Seele ist in den Staub gebeugt, unser Bauch klebt an der Erde. (Ps 119,25)27Stehe auf, uns zur Hilfe, und erlöse uns um deiner Güte willen! (Ps 80,3; Ps 115,1)
Psalm 44
Nueva Versión Internacional
von Biblica1Oh Dios, nuestros oídos han oído y nuestros padres nos han contado las proezas que realizaste en sus días, en aquellos tiempos pasados:2Con tu mano echaste fuera a las naciones y en su lugar estableciste a nuestros padres; aplastaste a aquellos pueblos, y a nuestros padres los hiciste prosperar.[1]3Porque no fue su espada la que conquistó la tierra, ni fue su brazo el que les dio la victoria: fue tu brazo, tu mano derecha; fue la luz de tu rostro, porque tú los amabas.4Sólo tú eres mi rey y mi Dios. ¡Decreta las victorias de Jacob!5Por ti derrotamos a nuestros enemigos; en tu nombre aplastamos a nuestros agresores.6Yo no confío en mi arco, ni puede mi espada darme la victoria;7tú nos das la victoria sobre nuestros enemigos, y dejas en vergüenza a nuestros adversarios.8¡Por siempre nos gloriaremos en Dios! ¡Por siempre alabaremos tu nombre! Selah9Pero ahora nos has rechazado y humillado; ya no sales con nuestros ejércitos.10Nos hiciste retroceder ante el enemigo; nos han saqueado nuestros adversarios.11Cual si fuéramos ovejas nos has entregado para que nos devoren, nos has dispersado entre las naciones.12Has vendido a tu pueblo muy barato, y nada has ganado con su venta.13Nos has puesto en ridículo ante nuestros vecinos; somos la burla y el escarnio de los que nos rodean.14Nos has hecho el hazmerreír de las naciones; todos los pueblos se burlan de nosotros.15La ignominia no me deja un solo instante; se me cae la cara de vergüenza16por las burlas de los que me injurian y me ultrajan, por culpa del enemigo que está presto a la venganza.17Todo esto nos ha sucedido, a pesar de que nunca te olvidamos ni faltamos jamás a tu pacto.18No te hemos sido infieles, ni nos hemos apartado de tu senda.19Pero tú nos arrojaste a una cueva de chacales; ¡nos envolviste en la más densa oscuridad!20Si hubiéramos olvidado el nombre de nuestro Dios, o tendido nuestras manos a un dios extraño,21¿acaso Dios no lo habría descubierto, ya que él conoce los más íntimos secretos?22Por tu causa, siempre nos llevan a la muerte; ¡nos tratan como a ovejas para el matadero!23¡Despierta, Señor! ¿Por qué duermes? ¡Levántate! No nos rechaces para siempre.24¿Por qué escondes tu rostro y te olvidas de nuestro sufrimiento y opresión?25Estamos abatidos hasta el polvo; nuestro cuerpo se arrastra por el suelo.26Levántate, ven a ayudarnos, y por tu gran amor, ¡rescátanos!
Al director del coro. Maskil de los hijos de Coré.
1Oh ’Elohim, hemos oído con nuestros oídos, Nuestros padres nos lo han dicho: Una obra portentosa hiciste en sus días, En los días de la antigüedad.2Para plantarlos, expulsaste con tu mano a las naciones, Abatiste a los pueblos, para hacerlos arraigar.3Aunque no por su espada heredaron la tierra, ni su brazo les dio la victoria, Sino tu diestra, tu brazo, y la luz de tu rostro, Porque te complacías en ellos.4Tú eres mi rey y mi Dios. ¡Ordena la salvación de Jacob!5Contigo derribaremos a nuestros enemigos, En tu Nombre hollaremos a nuestros adversarios.6No confiaré en mi arco, Ni mi espada me hará vencedor,7Porque eres Tú el que nos libras de nuestros opresores, Y el que avergüenzas a los que nos aborrecen.8En ’Elohim nos gloriaremos todo el día, Y alabaremos tu Nombre para siempre. Selah9Pero ahora nos has desechado y confundido; No sales ya con nuestros ejércitos.10Nos haces retroceder ante el adversario, Y los que nos aborrecen nos saquean.11Nos entregaste como ovejas al matadero, Y nos has esparcido entre las naciones.12Has vendido a tu pueblo de balde, Sin exigir ningún precio por ellos.13Nos convertiste en el oprobio de nuestros vecinos; En escarnio y burla de cuantos nos rodean.14Nos pusiste como refrán entre las naciones; Como objeto de burla en medio de los pueblos.15Cada día mi vergüenza está delante de mí, Y la confusión ha cubierto mi rostro,16Por el grito del que me vitupera y me deshonra; Por causa del enemigo y del vengativo.17Todo esto nos ha sobrevenido, pero no nos hemos olvidado de ti, ni hemos sido infieles a tu pacto.18Nuestro corazón no se ha vuelto atrás, Ni nuestros pasos se han desviado de tu senda,19Aun así, nos has quebrantado en sitio de chacales, Y nos has cubierto con la sombra de la muerte.20Si nos hubiéramos olvidado del nombre de nuestro Dios, O alzado nuestras palmas a dioses extraños,21¿Acaso ’Elohim no demandaría esto? Porque Él conoce los secretos del corazón.22Pero por causa de ti somos muertos cada día, Somos contados como ovejas para el degüello.23¡Despierta Adonay! ¿Por qué duermes? Desvélate, no nos abandones para siempre.24¿Por qué escondes tu rostro, y te olvidas de la aflicción, Y de la opresión nuestra?25Porque nuestra alma está agobiada hasta el polvo, Y nuestro cuerpo postrado en la tierra.26¡Levántate, oh Ayuda nuestra, Y redímenos por tu misericordia!