1Ein Psalm. Ein Lied zur Einweihung des Hauses[1]. Von David.2Ich will dich erheben, HERR, denn du hast mich emporgezogen und ließest meine Feinde sich nicht über mich freuen. (Ps 35,24; Ps 41,12; Ps 145,1)3HERR, mein Gott, zu dir habe ich geschrien, und du hast mich geheilt. (Jes 38,16)4HERR, du hast mein Leben[2] aus dem Scheol heraufgeholt, hast mich am Leben erhalten ⟨und bewahrt⟩ vor dem Hinabfahren zur Grube[3]. (Ps 28,1; Ps 86,13; Ps 107,20)5Spielt dem HERRN, ihr seine Getreuen, und preist seinen heiligen Namen[4]! (2Mo 3,15; Ps 47,7; Ps 97,12; Ps 145,10; Eph 5,19)6Denn einen Augenblick ⟨handelt er⟩ in seinem Zorn, ein Leben lang in seiner Gunst[5]; am Abend kehrt Weinen ein[6], und am Morgen ist Jubel. (Ps 126,6; Jes 54,7)7Ich zwar sagte in meiner Sorglosigkeit: »Ich werde nicht wanken – niemals.«8HERR, in deiner Gunst[7] hattest du mich auf feste Berge gestellt[8]. Du verbargst dein Angesicht, da wurde ich bestürzt.9Zu dir, HERR, rief ich, und zum Herrn flehte ich: (Ps 66,17)10»Was für Gewinn ⟨liegt⟩ in meinem Blut, in meinem Hinabfahren in die Grube? Wird der Staub dich preisen? Wird er deine Treue[10] verkünden? (Ps 6,6)11Höre, HERR, und sei mir gnädig! HERR, sei mein Helfer!« (Ps 27,7)12Meine Wehklage hast du mir in Reigen verwandelt, mein Sacktuch[11] hast du gelöst und mit Freude mich umgürtet, (Est 9,22; Jes 61,3)13damit meine Seele[12] dich besingt und nicht schweigt. HERR, mein Gott, in Ewigkeit will ich dich preisen. (Ps 57,8; Ps 145,2)
Psalm 30
Nueva Versión Internacional
von Biblica1Te exaltaré, Señor, porque me levantaste, porque no dejaste que mis enemigos se burlaran de mí.2Señor mi Dios, te pedí ayuda y me sanaste.3Tú, Señor, me sacaste del sepulcro; me hiciste revivir de entre los muertos.4Canten al Señor, ustedes sus fieles; alaben su santo nombre.5Porque sólo un instante dura su enojo, pero toda una vida su bondad. Si por la noche hay llanto, por la mañana habrá gritos de alegría.6Cuando me sentí seguro, exclamé: «Jamás seré conmovido.»7Tú, Señor, en tu buena voluntad, me afirmaste en elevado baluarte; pero escondiste tu rostro, y yo quedé confundido.8A ti clamo, Señor soberano; a ti me vuelvo suplicante.9¿Qué ganas tú con que yo muera,[1] con que descienda yo al sepulcro? ¿Acaso el polvo te alabará o proclamará tu verdad?10Oye, Señor; compadécete de mí. ¡Sé tú, Señor, mi ayuda!11Convertiste mi lamento en danza; me quitaste la ropa de luto y me vestiste de fiesta,12para que te cante y te glorifique, y no me quede callado. ¡Señor mi Dios, siempre te daré gracias!
Cántico para la dedicación de la Casa. Salmo de David.
1Te glorifico oh YHVH, porque me has levantado, Y no has dejado que mis enemigos se alegren de mí.2¡Oh YHVH, Dios mío! Clamé a ti, y me sanaste.3¡Oh YHVH, arrebataste mi alma del Seol, Cuando bajaba al sepulcro, hiciste que volviera a vivir.4Cantad salmos a YHVH, vosotros sus santos, Y celebrad la memoria de su santidad.5Porque por un momento es su ira, Pero su favor dura toda la vida. Por la noche dura el llanto, Pero al amanecer viene la alegría.6En medio de mi seguridad, me decía: No seré conmovido jamás,7Porque con tu favor, oh YHVH, Me habías afirmado como un monte fuerte. Escondiste tu rostro, fui turbado;8A ti clamé, oh YHVH, A Adonay dirigí mi súplica:9¿Que provecho hay en mi muerte cuando baje a la sepultura? ¿Te alabará el polvo? ¿Anunciará tu verdad?10Escucha, oh YHVH, y ten piedad de mí, ¡Oh YHVH, sé Tú mi ayudador!11Cambiaste mi lamento en baile, Desataste mi cilicio y me vestiste de alegría,12Para que mi lengua entone salmos y no calle más. ¡Oh YHVH, Dios mío, te alabaré para siempre!