Toda una vida

Pero Rut respondió: ―¡No insistas en que te abandone o en que me separe de ti! »Porque iré adonde tú vayas, y viviré donde tú vivas. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios será mi Dios.

Extiende tu amor a los que te conocen, y tu justicia a los rectos de corazón.

Este es el día en que el SEÑOR actuó; regocijémonos y alegrémonos en él.

Ni las muchas aguas pueden apagarlo, ni los ríos pueden extinguirlo. Si alguien ofreciera todas sus riquezas a cambio del amor, solo conseguiría el desprecio. El coro

Más bien, buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.

Así que ya no son dos, sino uno solo. Por tanto, lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre.

»Este mandamiento nuevo os doy: que os améis los unos a los otros. Así como yo os he amado, también vosotros debéis amaros unos a otros.

Alegraos en la esperanza, mostrad paciencia en el sufrimiento, perseverad en la oración.

Por tanto, aceptaos mutuamente, así como Cristo os aceptó a vosotros para gloria de Dios.

El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso.

Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.

Ahora, pues, permanecen estas tres virtudes: la fe, la esperanza y el amor. Pero la más excelente de ellas es el amor.

Someteos unos a otros, por reverencia a Cristo.

Y todo lo que hagáis, de palabra o de obra, hacedlo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios el Padre por medio de él.

Pero el Señor es fiel, y él os fortalecerá y os protegerá del maligno.

Preocupémonos los unos por los otros, a fin de estimularnos al amor y a las buenas obras.

Sobre todo, amaos los unos a los otros profundamente, porque el amor cubre multitud de pecados.

Cada uno ponga al servicio de los demás el don que haya recibido, administrando fielmente la gracia de Dios en sus diversas formas.