Psalm 32

Schlachter 2000

von Genfer Bibelgesellschaft
1 Von David. Ein Maskil. Wohl dem, dessen Übertretung vergeben, dessen Sünde zugedeckt ist! (Ps 1,1; Ps 41,1; Spr 28,13; Röm 4,8; Eph 1,7; 1Joh 1,7)2 Wohl dem Menschen, dem der HERR keine Schuld anrechnet, und in dessen Geist keine Falschheit ist! (Ps 32,11; Lk 7,47; Joh 1,47; 2Kor 5,19)3 Als ich es verschwieg, da verfielen meine Gebeine durch mein Gestöhn den ganzen Tag. (1Mo 3,8; Hi 3,24; Kla 3,4; Hos 7,14)4 Denn deine Hand lag schwer auf mir Tag und Nacht, sodass mein Saft vertrocknete, wie es im Sommer dürr wird. (Sela.) (1Sam 5,6; 1Sam 5,9; 1Sam 5,11; Ps 38,3)5 Da bekannte ich dir meine Sünde und verbarg meine Schuld nicht; ich sprach: »Ich will dem HERRN meine Übertretungen bekennen!« Da vergabst du mir meine Sündenschuld. (Sela.) (2Sam 12,13; Ps 38,19; Spr 28,13; Mt 6,14; Mt 9,2; 1Tim 1,15; 1Joh 1,9)6 Darum soll jeder Getreue dich bitten zu der Zeit, da du zu finden bist; wenn dann große Wasser einherfluten, werden sie ihn gewiss nicht erreichen. (Jes 43,2; Jes 55,6; Joh 14,13; Joh 16,23; 2Kor 6,2)7 Du bist mein Schutz, du behütest mich vor Bedrängnis, du umgibst mich mit Rettungsjubel! (Sela.) (Ps 30,12; Ps 31,21; Ps 91,1; Ps 91,4; Jes 61,3)8 — »Ich will dich unterweisen und dir den Weg zeigen, auf dem du wandeln sollst; ich will dir raten, mein Auge auf dich richten. (2Chr 16,9; Ps 33,18; Ps 139,24; Spr 2,6; Jes 30,21; Jes 42,16; Jer 32,19; Joh 14,6)9 Seid nicht wie das Ross und das Maultier, die keinen Verstand haben; mit Zaum und Gebiss, ihrem Geschirr, muss man sie bändigen, weil sie sonst nicht zu dir nahen!« — (Hi 33,14; Spr 26,3; Eph 5,17)10 Der Gottlose hat viele Plagen; wer aber dem HERRN vertraut, den wird er mit Gnade umgeben. (Ps 11,5; Ps 40,5; Spr 12,21; Spr 13,21; Jer 17,7)11 Freut euch an dem HERRN und seid fröhlich, ihr Gerechten, und jubelt alle, die ihr aufrichtigen Herzens seid! (Ps 97,11; Phil 4,4)

Psalm 32

Nueva Versión Internacional

von Biblica
1 Dichoso aquel a quien se le perdonan sus transgresiones, a quien se le borran sus pecados.2 Dichoso aquel a quien el Señor no toma en cuenta su maldad y en cuyo espíritu no hay engaño.3 Mientras guardé silencio, mis huesos se fueron consumiendo por mi gemir de todo el día.4 Mi fuerza se fue debilitando como al calor del verano, porque día y noche tu mano pesaba sobre mí. Selah5 Pero te confesé mi pecado, y no te oculté mi maldad. Me dije: «Voy a confesar mis transgresiones al Señor», y tú perdonaste mi maldad y mi pecado. Selah6 Por eso los fieles te invocan en momentos de angustia;[1] caudalosas aguas podrán desbordarse, pero a ellos no los alcanzarán.7 Tú eres mi refugio; tú me protegerás del peligro y me rodearás con cánticos de liberación. Selah8 El Señor dice: «Yo te instruiré, yo te mostraré el camino que debes seguir; yo te daré consejos y velaré por ti.9 No seas como el mulo o el caballo, que no tienen discernimiento, y cuyo brío hay que domar con brida y freno, para acercarlos a ti.»10 Muchas son las calamidades de los malvados, pero el gran amor del Señor envuelve a los que en él confían.11 ¡Alégrense, ustedes los justos; regocíjense en el Señor! ¡canten todos ustedes, los rectos de corazón!

Psalm 32

La Biblia Textual

von Sociedad Bíblica Iberoamericana
1 ¡Cuán bienaventurado es aquel cuya trasgresión ha sido quitada, Y cubierto su pecado!2 ¡Cuán bienaventurado es el hombre a quien YHVH no le imputa iniquidad, Y en cuyo espíritu no hay engaño!3 Mientras callé, se consumieron mis huesos, En mi gemir todo el día.4 Porque de día y de noche tu mano se agravaba sobre mí, Hasta que mi vigor se convirtió en sequedades de verano. Selah5 Mi pecado te hice saber y no encubrí mi iniquidad. Dije: Confesaré mis transgresiones a YHVH, Y Tú mismo cargaste con la maldad de mi pecado. Selah6 Por esto orará a ti todo santo en el tiempo en que puedas ser hallado. Ciertamente en la inundación de muchas aguas, Éstas no llegarán a él.7 Tú eres mi refugio, me guardarás de la angustia, Me rodearás con cánticos de liberación. Selah8 Te haré entender y te enseñaré el camino en que debes andar, Sobre ti fijaré mis ojos, y te aconsejaré.9 No seáis como el caballo o el mulo, sin entendimiento. Cuya boca ha de ser frenada con bozal y freno, Para que se acerquen a ti.10 Muchos dolores habrá para el impío, Pero al que confía en YHVH lo rodea la misericordia.11 ¡Alegraos, oh justos, en YHVH, y regocijaos! ¡Cantad con júbilo todos vosotros, los rectos de corazón!