2.Samuel 5

Neue evangelistische Übersetzung

von Karl-Heinz Vanheiden
1 Alle Stämme Israels kamen zu David nach Hebron und sagten zu ihm: „Wir sind doch dein Fleisch und Blut.2 Schon früher, als Saul noch unser König war, hast du Israels Heer in den Kampf geführt und wieder heimgebracht. Und Jahwe hat zu dir gesagt: 'Du sollst der Hirt meines Volkes Israel sein, du sollst Israels Fürst werden!'“3 Das sagten die Ältesten Israels, die zum König nach Hebron gekommen waren. Und König David schloss vor Jahwe einen Bund mit ihnen. Daraufhin salbten sie David zum König über Israel.4 David war 30 Jahre alt, als er König wurde, und regierte 40 Jahre,5 siebeneinhalb Jahre über Juda in Hebron und 33 Jahre über ganz Israel und Juda in Jerusalem.6 Der König zog nun mit seinen Männern nach Jerusalem. Die Jebusiter, die damals im Land wohnten, sagten zu ihm: „Hier wirst du nie hereinkommen! Selbst Blinde und Lahme würden dich vertreiben.“ Sie waren sich sicher, dass David nicht in die Stadt kommen könnte.7 Aber David nahm die Bergfestung Zion ein, und sie wurde zur Davidsstadt.8 Er hatte damals gesagt: „Wer die Jebusiter schlagen will, muss den Zinnor[1] erreichen, um diese Lahmen und Blinden zu überwältigen, die mir so verhasst sind. Deshalb sagt man: „Ein Blinder und ein Lahmer, die dürfen nicht ins Haus!“9 David machte die Bergfestung zu seinem Wohnsitz und nannte sie „Davidsstadt“. Er baute sie ringsum aus, vom Stadtwall an nach innen.10 So wurde David immer mächtiger, und Jahwe, Gott, der Allmächtige, stand ihm bei.11 König Hiram von Tyrus[2] schickte Boten mit Zedernholz zu David, dazu Zimmerleute und Steinmetze, die einen Palast für ihn bauen sollten.12 So erkannte David, dass Jahwe ihn als König über Israel bestätigte, denn er hatte sein Königtum zu hohem Ansehen gebracht und zwar aus Liebe zu seinem Volk Israel.13 In Jerusalem nahm David noch weitere Frauen und bekam noch mehr Söhne und Töchter.14 Seine in Jerusalem geborenen Söhne waren Schammua, Schobab, Natan und Salomo,15 Jibhar, Elischua, Nefeg und Jafia,16 Elischama, Eljada und Elifelet.17 Als die Philister hörten, dass David zum König über Israel gesalbt worden war, kamen sie mit ihrem ganzen Heer, um David zu stellen. Sobald David das erfuhr, verschanzte er sich in einer der Bergfestungen.18 Die Philister breiteten sich in der Ebene von Refaïm[3] aus.19 Da fragte David Jahwe: „Soll ich die Philister angreifen? Wirst du sie in meine Hand geben?“ Jahwe erwiderte David: „Greif sie an! Ich gebe sie in deine Gewalt!“20 Da zog David aus und besiegte die Philister bei Baal-Perazim. Er sagte: „Wie Wasser einen Damm durchbricht, hat Jahwe die Schlachtreihen meiner Feinde vor mir durchbrochen.“ Deshalb nannte man jenen Ort Baal-Perazim, Herr der Durchbrüche.21 Die fliehenden Philister ließen sogar ihre Götzenbilder zurück. David und seine Männer nahmen sie als Beute mit.22 Doch einige Zeit später kamen die Philister wieder und breiteten sich in der Ebene Refaïm aus.23 David fragte Jahwe, was er tun solle, und dieser antwortete: „Greif sie diesmal nicht direkt an, sondern umgehe sie und fall ihnen von den Baka-Sträuchern[4] her in den Rücken.24 Sobald du ein Geräusch hörst, so als ob jemand durch die Baka-Zweige schreitet, dann beeile dich! Denn Gott ist vor dir hergezogen, um das Heerlager der Philister zu schlagen.“25 David machte es so, wie Jahwe ihm befohlen hatte. Er schlug die Philister von Geba[5] bis in die Gegend von Geser[6].

2.Samuel 5

Nueva Versión Internacional (Castellano)

von Biblica
1 Todas las tribus de Israel fueron a Hebrón para hablar con David. Le dijeron: «Nosotros somos de tu misma sangre.2 Ya desde antes, cuando Saúl era nuestro rey, tú dirigías a Israel en sus campañas. El SEÑOR te dijo: “Tú pastorearás a mi pueblo Israel y lo gobernarás”».3 Así pues, todos los ancianos de Israel fueron a Hebrón para hablar con el rey David, y allí el rey hizo un pacto con ellos en presencia del SEÑOR. Después de eso, ungieron a David para que fuera rey sobre Israel.4 David tenía treinta años cuando comenzó a reinar, y reinó cuarenta años.5 Durante siete años y seis meses fue rey de Judá en Hebrón; luego reinó en Jerusalén sobre todo Israel y Judá durante treinta y tres años.6 El rey y sus soldados marcharon sobre Jerusalén para atacar a los jebuseos, que vivían allí. Los jebuseos, pensando que David no podría entrar en la ciudad, le dijeron a David: «Aquí no entrarás; para ponerte en retirada, nos bastan los ciegos y los cojos».7 Pero David logró capturar la fortaleza de Sión, que ahora se llama la Ciudad de David.8 Aquel día David dijo: «Todo el que vaya a matar a los jebuseos, que suba por el acueducto, para alcanzar a los cojos y a los ciegos. ¡Los aborrezco!» De ahí viene el dicho: «Los ciegos y los cojos no entrarán en el palacio».9 David se instaló en la fortaleza y la llamó Ciudad de David. También construyó una muralla alrededor, desde el terraplén[1] hasta el palacio,10 y se fortaleció más y más, porque el SEÑOR Dios Todopoderoso estaba con él.11 Hiram, rey de Tiro, envió una embajada a David, y también le envió madera de cedro, carpinteros y canteros, para construirle un palacio.12 Con esto David se dio cuenta de que el SEÑOR, por amor a su pueblo, lo había establecido a él como rey sobre Israel y había engrandecido su reino.13 Cuando David se trasladó de Hebrón a Jerusalén, tomó más concubinas y esposas, con las cuales tuvo otros hijos y otras hijas.14 Los hijos que allí tuvo fueron Samúa, Sobab, Natán, Salomón,15 Ibjar, Elisúa, Néfeg, Jafía,16 Elisama, Eliadá y Elifelet.17 Al enterarse los filisteos de que David había sido ungido rey de Israel, subieron todos ellos contra él; pero David lo supo de antemano y bajó a la fortaleza.18 Los filisteos habían avanzado, desplegando sus fuerzas en el valle de Refayin,19 así que David consultó al SEÑOR: ―¿Debo atacar a los filisteos? ¿Los entregarás en mi poder? ―Atácalos —respondió el SEÑOR—; te aseguro que te los entregaré.20 Entonces David fue a Baal Perasín, y allí los derrotó. Por eso aquel lugar se llama Baal Perasín,[2] pues David dijo: «El SEÑOR ha abierto brechas a mi paso entre mis enemigos, así como se abren brechas en el agua».21 Allí los filisteos dejaron abandonados sus ídolos, y David y sus soldados se los llevaron.22 Pero los filisteos volvieron a avanzar contra David, y desplegaron sus fuerzas en el valle de Refayin,23 así que David volvió a consultar al SEÑOR. ―No los ataques todavía —le respondió el SEÑOR—; rodéalos hasta llegar a los árboles de bálsamo, y entonces atácalos por la retaguardia.24 Tan pronto como oigas un ruido como de pasos sobre las copas de los árboles, lánzate al ataque, pues eso quiere decir que el SEÑOR va al frente de ti para derrotar al ejército filisteo.25 Así lo hizo David, tal como el SEÑOR se lo había ordenado, y derrotó a los filisteos desde Gabaón[3] hasta Guézer. (1Chr 14,16)