2.Mose 36

Neue evangelistische Übersetzung

von Karl-Heinz Vanheiden
1 Bezalel und Oholiab und alle begabten Männer, denen Jahwe Weisheit und Einsicht gegeben hat, sollen alle Arbeiten zum Bau des Heiligtums ausführen, wie es Jahwe befohlen hat.“2 Mose berief also Bezalel und Oholiab und jeden begabten Mann, dem Jahwe Weisheit und Einsicht gegeben hatte und den sein Herz antrieb, sich ans Werk zu machen.3 Sie nahmen von Mose alle freiwilligen Gaben der Israeliten entgegen, die für den Bau des Heiligtums gegeben worden waren. Auch weiterhin brachten die Leute Morgen für Morgen freiwillige Gaben.4 Da ließen die Kunsthandwerker, die das Heiligtum errichten sollten, ihre Arbeit liegen,5 gingen zu Mose und sagten: „Die Leute bringen zu viel. Es ist mehr da, als für die Arbeit benötigt wird, die uns Jahwe aufgetragen hat.“6 Darauf ließ Mose im Lager ausrufen: „Ihr Männer und Frauen, ihr braucht nichts mehr für den Bau des Heiligtums herzustellen!“ So hörte das Volk auf, noch mehr zu bringen.7 Es war bereits mehr als genug Material für alle Arbeiten vorhanden.8 So machten sich alle, die etwas davon verstanden, an die Arbeit. Sie stellten die Wohnung aus zehn Zeltdecken her. Die Zeltbahnen waren aus gezwirnten Leinenfäden gewebt und künstlerisch mit Cherubim aus blauen, roten und karmesinroten Fäden bestickt.9 Jede dieser Zeltbahnen war vierzehn Meter lang und zwei Meter breit.10 Je fünf Zeltdecken vernähte man an den Längsseiten miteinander.11 An den beiden Längsseiten der so entstandenen Stücke brachte man Schlaufen aus blauem Purpur an,12 je fünfzig, die sich genau gegenüberstanden, wenn man die Stücke nebeneinanderlegte.13 Dann wurden fünfzig Haken aus Gold hergestellt, mit denen man beide Zeltdecken verbinden konnte, sodass es ein Ganzes wurde.14 Die Männer webten elf Zeltbahnen aus Ziegenhaar.15 Jede einzelne Bahn war fünfzehn Meter lang und zwei Meter breit.16 Sie verbanden einmal fünf und einmal sechs dieser Zeltbahnen miteinander.17 Am Ende der beiden großen Stücke brachten sie je fünfzig Schlaufen an.18 Dann stellten sie fünfzig Bronzehaken her und fügten sie in die Schlaufen ein, sodass es ein Ganzes wurde.19 Sie fertigten schließlich noch eine Decke aus rot gefärbten Fellen von Schafböcken an und oben darüber eine Decke aus Tachasch-Häuten.20 Die Bretter für die Wohnung machten sie aus Akazienholz. Sie standen aufrecht.21 Jedes Brett war fünf Meter lang, dreiviertel Meter breit22 und hatte unten zwei nebeneinanderstehende Zapfen.23 Zwanzig Bretter bildeten die Südseite der Wohnung.24 Unter jedem Brett waren zwei Bodenplatten aus Silber angebracht, für jeden Zapfen eine, also insgesamt vierzig.25 Auch die andere Längsseite der Wohnung, die Nordseite, bestand aus zwanzig Brettern26 mit ihren vierzig silbernen Bodenplatten, je zwei unter einem Brett.27 Für die Rückwand nach Westen machten sie sechs Bretter,28 dazu die zwei Bretter für die Ecken an der Rückseite.29 Sie verbanden die Rückwand mit den Seitenwänden.30 Es waren also acht Bretter mit sechzehn silbernen Bodenplatten, zwei unter jedem Brett.31 Dann fertigten sie Riegel aus Akazienholz an, um die Bretter der Wohnung zusammenzuhalten,32 je fünf für die beiden Längsseiten und fünf für die nach Westen gerichtete Rückseite.33 Der jeweils mittlere Riegel lief in der Mitte der Bretter von einem Ende bis zum anderen durch.34 Die Bretter selbst wurden mit Gold überzogen, ebenso die Riegel. Die Ösen für die Riegel wurden aus Gold hergestellt.35 Dann fertigten sie den Vorhang aus gezwirntem Leinen an. Er war kunstvoll mit Cherubim aus blauen, roten und karmesinroten Fäden bestickt.36 Dazu machten sie vier Säulen aus Akazienholz und überzogen sie mit Gold. Auch ihre Haken waren aus Gold. Die Sockel wurden aus Silber gegossen.37 Für den Eingang des Zeltes fertigten sie einen Vorhang aus gezwirntem Leinen, worin blaue, rote und karmesinrote Fäden eingewebt waren.38 Er wurde an fünf Säulen aus Akazienholz gehängt, deren Köpfe und Bindestäbe mit Gold überzogen waren. Die Sockel waren hier aus Bronze.

2.Mose 36

Nueva Versión Internacional (Castellano)

von Biblica
1 »Así pues, Bezalel y Aholiab llevarán a cabo los trabajos para el servicio del santuario, tal y como el SEÑOR lo ha ordenado, junto con todos los que tengan ese mismo espíritu artístico, y a quienes el SEÑOR haya dado pericia y habilidad para realizar toda la obra del servicio del santuario».2 Moisés llamó a Bezalel y a Aholiab, y a todos los que tenían el mismo espíritu artístico, y a quienes el SEÑOR había dado pericia y habilidad y se sentían movidos a venir y hacer el trabajo,3 y les entregó todas las ofrendas que los israelitas habían llevado para realizar la obra del servicio del santuario. Pero, como día tras día el pueblo seguía llevando ofrendas voluntarias,4 todos los artesanos y expertos que estaban ocupados en la obra del santuario suspendieron su trabajo5 para ir a decirle a Moisés: «La gente está trayendo más de lo que se necesita para llevar a cabo la obra que el SEÑOR mandó hacer».6 Entonces Moisés ordenó que corriera la voz por todo el campamento: «¡Que nadie, ni hombre ni mujer, haga más labores ni traiga más ofrendas para el santuario!» De ese modo, los israelitas dejaron de llevar más ofrendas,7 pues lo que ya habían hecho era más que suficiente para llevar a cabo toda la obra.8 Todos los obreros con espíritu artístico hicieron el santuario con diez cortinas de lino fino y de lana púrpura, carmesí y escarlata, con querubines artísticamente bordados en ellas.9 Todas las cortinas medían lo mismo, es decir, doce metros y medio de largo por un metro con ochenta centímetros de ancho.[1]10 Cosieron cinco cortinas una con otra, e hicieron lo mismo con las otras cinco.11 En el borde de la cortina, en el extremo del primer conjunto, hicieron presillas de lana púrpura; lo mismo hicieron con la cortina que estaba en el extremo del otro conjunto.12 También hicieron cincuenta presillas en una cortina, y otras cincuenta presillas en la cortina del extremo del otro conjunto, quedando las presillas unas frente a las otras.13 Después hicieron cincuenta ganchos de oro y los usaron para sujetar los dos conjuntos de cortinas, de modo que el santuario tenía unidad de conjunto.14 Hicieron un total de once cortinas de pelo de cabra para cubrir el santuario a la manera de una tienda de campaña.15 Las once cortinas tenían las mismas medidas, es decir, trece metros y medio de largo por un metro con ochenta centímetros de ancho.[2]16 Cosieron dos conjuntos de cortinas, uno de cinco y otro de seis;17 hicieron cincuenta presillas en el borde de la cortina del extremo de uno de los conjuntos, y también en el borde de la cortina del extremo del otro conjunto,18 e hicieron cincuenta ganchos de bronce para unir la tienda en un solo conjunto.19 Luego hicieron para la tienda un toldo de pieles de carnero teñidas de rojo, y sobre ese toldo pusieron otro de pieles de delfín.20 Hicieron tablones de madera de acacia para el santuario, y los colocaron en posición vertical.21 Cada tablón medía cuatro metros y medio de largo por setenta centímetros de ancho,[3]22 con dos ranuras paralelas entre sí. Todos los tablones del santuario los hicieron así:23 Veinte tablones para el lado sur del santuario,24 con cuarenta bases de plata que iban debajo de ellos, dos por cada tablón, una debajo de cada ranura;25 veinte tablones para el lado opuesto, el lado norte del santuario,26 con cuarenta bases de plata que iban debajo de ellos, dos por cada tablón, una debajo de cada ranura;27 seis tablones para el extremo occidental del santuario, que era el más distante, y28 dos tablones más para las esquinas del santuario en el extremo opuesto.29 En estas dos esquinas, los tablones eran dobles de abajo hacia arriba, pero quedaban unidos por un solo anillo. En ambas esquinas se hizo lo mismo,30 de modo que había ocho tablones y dieciséis bases de plata, dos debajo de cada tablón.31 También hicieron travesaños de madera de acacia: cinco para los tablones de un costado del santuario,32 cinco para los tablones del costado opuesto, y cinco para los tablones del costado occidental, en la parte posterior del santuario.33 El travesaño central lo hicieron de tal modo que pasaba de un extremo al otro, a media altura de los tablones.34 Recubrieron de oro los tablones, e hicieron unos anillos de oro para que los travesaños pasaran por ellos. También recubrieron de oro los travesaños.35 La cortina la hicieron de lana púrpura, carmesí y escarlata, y de lino fino, con querubines artísticamente bordados en ella.36 Le hicieron cuatro postes de madera de acacia y los recubrieron de oro, les pusieron ganchos de oro, y fundieron para ellos cuatro bases de plata.37 Para la entrada de la tienda hicieron una cortina de lana teñida de púrpura, carmesí y escarlata, y de lino fino, recamada artísticamente,38 y cinco postes con ganchos, para los que hicieron cinco bases de bronce; también recubrieron de oro los capiteles y los empalmes de los postes.