von Karl-Heinz Vanheiden1Da kamen die Männer von Kirjat-Jearim und holten die Lade Jahwes zu sich hinauf. Sie brachten sie ins Haus Abinadabs, das auf einem Hügel stand. Seinen Sohn Eleasar weihten sie zum Wächter über die Lade Jahwes.
Samuel als Richter
2Nachdem die Bundeslade nach Kirjat-Jearim gekommen war, verging viel Zeit. Zwanzig Jahre wurden daraus. Als dann das ganze Volk Israel Jahwe seine Not klagte,3sagte Samuel zu ihnen: „Wenn ihr mit eurem ganzen Herzen zu Jahwe umkehren wollt, dann schafft die fremden Götter und Astarten[1] fort! Wendet euer Herz Jahwe zu und dient ihm allein. Dann wird er euch aus der Gewalt der Philister befreien.“4Da schafften die Israeliten die Baale[2] und Astarten fort und verehrten Jahwe allein.5Dann sagte Samuel: „Holt alle Männer Israels nach Mizpa[3] zusammen! Dort will ich Jahwe um Hilfe für euch bitten.“6Sie kamen alle, schöpften Wasser und gossen es vor Jahwe aus.[4] An diesem Tag fasteten sie auch und bekannten: „Wir haben uns an Jahwe versündigt.“ In Mizpa schlichtete Samuel auch die Streitfälle der Israeliten.7Die Philister erfuhren, dass die Männer Israels sich in Mizpa versammelt hatten. Da zogen die Fürsten der Philister los, um gegen Israel zu kämpfen. Als die Israeliten davon hörten, bekamen sie Angst.8Sie sagten zu Samuel: „Hör du nicht auf, für uns zu Jahwe, unserem Gott, zu schreien, dass er uns aus der Gewalt der Philister befreit!“9Samuel nahm ein Milchlamm und brachte es Jahwe als vollständiges Brandopfer dar. Dabei schrie er zu Jahwe um Hilfe für Israel. Jahwe hörte auf ihn.10Es geschah, während Samuel noch opferte und die Philister zum Kampf gegen Israel anrückten. Da ließ Jahwe es über den Philistern so schrecklich donnern, dass sie in Panik gerieten und sich schon von Israel besiegt sahen.11Die Männer Israels rückten aus und verfolgten sie von Mizpa bis unterhalb von Bet-Kar.[5]12‹Zur Erinnerung an dieses Geschehen› stellte Samuel einen Stein zwischen Mizpa und Schen[6] auf. „Bis hierher hat uns Jahwe geholfen“, sagte er und nannte ihn Eben-Eser, Stein der Hilfe.13Nachdem die Philister so gedemütigt worden waren, kamen sie nicht mehr in das Gebiet Israels. Solange Samuel lebte, stellte Jahwe sich gegen die Philister.14Alle Städte zwischen Ekron und Gat, die die Philister Israel abgenommen hatten, fielen wieder an Israel zurück, auch das ganze Gebiet, das dazu gehörte. Mit den Amoritern[7] lebte Israel ebenfalls in Frieden.15Sein Leben lang war Samuel der Richter Israels.16Einmal im Jahr besuchte er die Orte Bet-El,[8] Gilgal[9] und Mizpa, um den Israeliten dort Recht zu sprechen.17Die übrige Zeit richtete er Israel in seiner Heimatstadt Rama. Dort baute er auch einen Altar für Jahwe.
1.Samuel 7
Nueva Versión Internacional (Castellano)
von Biblica1Los de Quiriat Yearín fueron a Bet Semes y se llevaron el arca del SEÑOR a la casa de Abinadab, que estaba en una loma. Luego consagraron a su hijo Eleazar para que estuviera a cargo de ella.
Samuel derrota a los filisteos en Mizpa
2El arca permaneció en Quiriat Yearín durante mucho tiempo. Pasaron veinte años, y todo el pueblo de Israel buscaba con ansiedad al SEÑOR.3Por eso Samuel le dijo al pueblo: «Si vosotros deseáis volveros al SEÑOR de todo corazón, deshaceos de los dioses extranjeros y de las imágenes de Astarté. Dedicaos totalmente a servir solo al SEÑOR, y él os librará del poder de los filisteos».4Así que los israelitas echaron fuera los ídolos de Baal y las imágenes de Astarté, y sirvieron solo al SEÑOR.5Luego Samuel ordenó: «Reunid a todo Israel en Mizpa para que yo ruegue al SEÑOR por vosotros».6Cuando los israelitas se reunieron en Mizpa, sacaron agua y la derramaron ante el SEÑOR. También ayunaron durante el día, y públicamente confesaron: «Hemos pecado contra el SEÑOR». Fue en Mizpa donde Samuel comenzó a gobernar a los israelitas.7Cuando los filisteos se enteraron de que los israelitas se habían reunido en Mizpa, los jefes filisteos marcharon contra Israel. Al darse cuenta de esto, los israelitas tuvieron miedo de los filisteos8y le dijeron a Samuel: «No dejes de clamar al SEÑOR por nosotros, para que nos salve del poder de los filisteos».9Samuel tomó entonces un cordero pequeño y lo ofreció en holocausto al SEÑOR. Luego clamó al SEÑOR en favor de Israel, y el SEÑOR le respondió.10Mientras Samuel ofrecía el sacrificio, los filisteos avanzaron para atacar a Israel. Pero aquel día el SEÑOR lanzó grandes truenos contra los filisteos. Esto creó confusión entre ellos, y cayeron derrotados ante los israelitas.11Entonces los israelitas persiguieron a los filisteos desde Mizpa hasta más allá de Bet Car, matándolos por el camino.12Después Samuel tomó una piedra, la colocó entre Mizpa y Sen, y la llamó Ebenezer,[1] «El SEÑOR no ha dejado de ayudarnos».13Durante toda la vida de Samuel, el SEÑOR manifestó su poder sobre los filisteos. Estos fueron subyugados por los israelitas y no volvieron a invadir su territorio.14Fue así como los israelitas recuperaron las ciudades que los filisteos habían capturado anteriormente, desde Ecrón hasta Gat, y libraron todo ese territorio del dominio de los filisteos. También hubo paz entre Israel y los amorreos.15Samuel siguió gobernando a Israel toda su vida.16Todos los años recorría las ciudades de Betel, Guilgal y Mizpa, y atendía los asuntos del país en esas regiones.17Luego regresaba a Ramá, donde residía, y desde allí gobernaba a Israel. También allí erigió un altar al SEÑOR.