Rut 4

Neue evangelistische Übersetzung

von Karl-Heinz Vanheiden
1 Boas war zum Stadttor gegangen und hatte sich dort hingesetzt. Da kam jener Löser vorbei, von dem er gesprochen hatte. „Komm her und setz dich!“, rief Boas ihm zu. Der Mann tat es.2 Dann holte Boas zehn Männer von den Ältesten der Stadt und sagte: „Setzt euch hierher zu uns!“ Nachdem sie saßen,3 sagte er zu dem Löser: „Noomi, die aus Moab zurückgekehrt ist, will das Feldstück verkaufen, das unserem Bruder Elimelech gehörte.4 Ich habe nun gedacht, dir folgenden Vorschlag zu machen: Erwirb es in Gegenwart der hier sitzenden Männer und Ältesten meines Volkes! Du hast das Vorkaufsrecht, weil du der nächste Verwandte bist. Ich komme erst nach dir. Wenn du es lösen willst, dann löse es, wenn nicht, dann teile es mir hier mit.“ – „Ja, ich löse es“, erwiderte dieser.5 Boas fuhr fort: „Wenn du das Feld von Noomi erwirbst, hast du auch die Verpflichtung übernommen, für die Moabiterin Rut zu sorgen und mit ihr einen Sohn zu zeugen, dem das Erbstück dann zufällt.“6 Da sagte der Löser: „Wenn das so ist, kann ich es nicht lösen, denn dann würde ich meinen eigenen Erbbesitz schädigen. Übernimm du mein Lösungsrecht, denn ich kann es nicht wahrnehmen.“7 Früher gab es in Israel den Brauch, bei einem Loskaufverfahren oder einem Tauschgeschäft den Schuh auszuziehen und ihn dem anderen als Bestätigung der Sache zu übergeben.8 Als nun der Löser zu Boas sagte: „Erwirb du es!“, zog er den Schuh aus.9 Da sagte Boas zu den Ältesten und dem anwesenden Volk: „Ihr seid heute Zeugen, dass ich von Noomi alles erworben habe, was Elimelech und seinen Söhnen Kiljon und Machlon gehörte.10 Damit habe ich auch Machlons Witwe, die Moabiterin Rut, als Frau erhalten. Ich verpflichte mich, an Machlons Stelle einen Sohn zu zeugen, dem Machlons Erbbesitz dann gehören wird. So wird der Name des Verstorbenen in seiner Sippe und in seinem Heimatort nicht vergessen. Dafür seid ihr Zeugen!“11 Das ganze Volk, das sich beim Tor versammelt hatte, und die Ältesten sagten: „Wir sind Zeugen! Jahwe mache die Frau, die in dein Haus kommt, so wie Rahel und Lea, von denen das Volk Israel abstammt. Schaff dir ein Vermögen in Efrata[1] und einen Namen in Bethlehem! (1Mo 35,23)12 Durch die Nachkommen, die Jahwe dir von dieser jungen Frau geben wird, soll deine Familie so werden wie die des Perez, dem Sohn von Tamar und Juda.“ (4Mo 26,21)13 So nahm Boas Rut zur Frau. Er schlief mit ihr, und Jahwe ließ sie schwanger werden. Als sie einen Sohn zur Welt brachte,14 sagten die Frauen zu Noomi: „Jahwe sei gepriesen! ‹Durch dieses Kind› hat er dir heute einen Löser geschenkt. Möge sein Name in Israel berühmt werden!15 Du wirst jemand haben, der dein Herz erfreut und dich im Alter versorgt. Er ist ja der Sohn deiner Schwiegertochter, die dich liebt. Ja, an ihr hast du mehr als an sieben Söhnen!“16 Noomi drückte das Kind an ihre Brust und wurde dessen Betreuerin.17 Die Nachbarinnen kamen dann zur Namensgebung. „Noomi ist ein Sohn geboren worden!“, sagten sie und nannten ihn Obed, Diener. Obed wurde der Vater Isais und Isai der Vater Davids.18 Es folgt das Verzeichnis der Nachkommen[2] von Perez. Perez zeugte Hezron,19 Hezron zeugte Ram, Ram zeugte Amminadab,20 Amminadab zeugte Nachschon, Nachschon zeugte Salmon,21 Salmon zeugte Boas, Boas zeugte Obed,[3] (Mt 1,5)22 Obed zeugte[4] Isai, und Isai zeugte David.

Rut 4

Nueva Versión Internacional

von Biblica
1 Booz, por su parte, subió hasta la puerta de la ciudad y se sentó allí. En eso pasó el pariente redentor que él había mencionado. —Ven acá, amigo mío, y siéntate —le dijo Booz. El hombre fue y se sentó.2 Entonces Booz llamó a diez de los ancianos de la ciudad, y les dijo: —Siéntense aquí. Y ellos se sentaron.3 Booz le dijo al pariente redentor: —Noemí, que ha regresado de la tierra de Moab, está vendiendo el terreno que perteneció a nuestro hermano Elimélec.4 Consideré que debía informarte del asunto y sugerirte que lo compres en presencia de estos testigos y de los ancianos de mi pueblo. Si vas a redimir el terreno, hazlo. Pero si no vas[1] a redimirlo, házmelo saber, para que yo lo sepa. Porque ningún otro tiene el derecho de redimirlo sino tú, y después de ti, yo tengo ese derecho. —Yo lo redimo —le contestó.5 Pero Booz le aclaró: —El día que adquieras el terreno de Noemí, adquieres también a Rut la moabita, viuda del difunto,[2] a fin de conservar su nombre junto con su heredad.6 —Entonces no puedo redimirlo —respondió el pariente redentor—, porque podría perjudicar mi propia herencia. Redímelo tú; te cedo mi derecho. Yo no puedo ejercerlo.7 En aquellos tiempos, para ratificar la redención o el traspaso de una propiedad en Israel, una de las partes contratantes se quitaba la sandalia y se la daba a la otra. Así se acostumbraba legalizar los contratos en Israel.8 Por eso el pariente redentor le dijo a Booz: —Cómpralo tú. Y se quitó la sandalia.9 Entonces Booz proclamó ante los ancianos y ante todo el pueblo: —Hoy son ustedes testigos de que le he comprado a Noemí toda la propiedad de Elimélec, Quilión y Majlón,10 y de que he tomado como esposa a Rut la moabita, viuda de Majlón, a fin de preservar el nombre del difunto con su heredad, para que su nombre no desaparezca de entre su familia ni de los registros del pueblo. ¡Hoy son ustedes testigos!11 Los ancianos y todos los que estaban en la puerta respondieron: —Somos testigos. »¡Que el Señor haga que la mujer que va a formar parte de tu hogar sea como Raquel y Lea, quienes juntas edificaron el pueblo de Israel! »¡Que seas un hombre ilustre en Efrata, y que adquieras renombre en Belén!12 »¡Que por medio de esta joven el Señor te conceda una descendencia tal que tu familia sea como la de Fares, el hijo que Tamar le dio a Judá!13 Así que Booz tomó a Rut y se casó con ella. Cuando se unieron, el Señor le concedió quedar embarazada, de modo que tuvo un hijo.14 Las mujeres le decían a Noemí: «¡Alabado sea el Señor, que no te ha dejado hoy sin un redentor! ¡Que llegue a tener renombre en Israel!15 Este niño renovará tu vida y te sustentará en la vejez, porque lo ha dado a luz tu nuera, que te ama y es para ti mejor que siete hijos.»16 Noemí tomó al niño, lo puso en su regazo y se encargó de criarlo.17 Las vecinas decían: «¡Noemí ha tenido un hijo!» Y lo llamaron Obed. Éste fue el padre de Isaí, padre de David.18 Así que éste es el linaje de Fares: Fares fue el padre de Jezrón;19 Jezrón, el padre de Ram; Ram, el padre de Aminadab;20 Aminadab, el padre de Naasón; Naasón, el padre de Salmón;[3]21 Salmón, el padre de Booz; Booz, el padre de Obed;22 Obed, el padre de Isaí; e Isaí, el padre de David.