Josua 4

Neue evangelistische Übersetzung

von Karl-Heinz Vanheiden
1 Als das ganze Volk den Jordan durchzogen hatte, sagte Jahwe zu Josua:2 „Nimm dir zwölf Männer, aus jedem Stamm einen,[1]3 und beauftrage sie, zwölf Steine mitten aus dem Jordan von der Stelle aufzuheben, wo die Priester stehen. Sie sollen die Steine mit euch hinüberschaffen und dort hinlegen, wo ihr die Nacht verbringen werdet.“4 Da rief Josua die zwölf Männer, die er dazu aus allen Stämmen bestimmt hatte,5 und sagte zu ihnen: „Geht jetzt bis vor die Lade Jahwes, eures Gottes, in den Jordan, und jeder von euch soll einen großen Stein auf die Schulter heben – so viel Steine, wie Israel Stämme hat.6 Die Steine sollen ein Denkmal für euch sein. Wenn später eure Kinder fragen, was es mit diesen Steinen auf sich hat,7 dann sollt ihr ihnen erzählen, wie das Wasser des Jordan abriss, als die Bundeslade Jahwes hindurchzog. Die Steine sollen euch in aller Zukunft daran erinnern.“8 Die Männer gehorchten Josua und hoben zwölf Steine aus dem Jordan, für jeden Stamm einen, wie Jahwe es befohlen hatte. Sie trugen sie bis zum Lagerplatz und legten sie dort nieder.9 Josua aber schichtete mitten im Jordan an der Stelle, wo die Priester mit der Bundeslade standen, ebenfalls zwölf Steine auf. Dort liegen sie heute[2] noch.10 Während der ganzen Zeit blieben die Priester mit der Bundeslade mitten im Jordan stehen, bis alles ausgeführt war, was Jahwe dem Volk durch Josua befohlen hatte, genauso wie es schon Mose Josua aufgetragen hatte. Das Volk beeilte sich, durch das trockene Flussbett zu kommen.11 Sobald alle den Fluss überquert hatten, kamen auch die Priester mit der Bundeslade Jahwes ans andere Ufer. Das ganze Volk sah zu.12 Die Männer von den Stämmen Ruben, Gad und vom halben Stamm Manasse waren in Fünfziger-Einheiten vor den Israeliten hergezogen, wie Mose es ihnen befohlen hatte.13 Insgesamt zogen etwa 40.000[3] Bewaffnete vor Jahwe zum Kampf in die Ebene von Jericho.14 An diesem Tag machte Jahwe Josua vor dem ganzen Volk groß. Die Israeliten hatten den gleichen Respekt vor ihm, wie sie ihn vor Mose gehabt hatten. Und so blieb es sein Leben lang.15 Dann sagte Jahwe zu Josua:16 „Befiehl den Priestern, mit der Bundeslade aus dem Jordan herauszukommen.“17 Josua gab den Befehl,18 und kaum hatten die Fußsohlen der Priester das trockene Ufer betreten, da kehrte das Wasser des Jordan in sein Bett zurück, und der Fluss trat wieder über seine Ufer.19 Es war am 10. April[4] als das Volk durch den Jordan zog und sein Lager bei Gilgal[5] an der Ostgrenze des Stadtgebietes von Jericho aufschlug.20 Dort richtete Josua die zwölf Steine auf,[6] die sie aus dem Jordan geholt hatten,21 und sagte zu den Israeliten: „Wenn eure Kinder später ihre Väter fragen, was diese Steine bedeuten,22 dann sollt ihr es ihnen so erklären: 'Diesen Jordan hat Israel trockenen Fußes durchquert.'23 Denn Jahwe, euer Gott, hat das Wasser des Jordan vor euch austrocknen lassen, bis ihr hindurchgezogen wart, genauso wie er auch das Schilfmeer vor uns austrocknete, damit wir durchziehen konnten.24 Alle Völker der Erde sollen daran erkennen, wie groß die Macht Jahwes ist, damit auch ihr eurem Gott Jahwe immer mit Ehrfurcht begegnet.“

Josua 4

Nueva Versión Internacional

von Biblica
1 Cuando todo el pueblo terminó de cruzar el río Jordán, el Señor le dijo a Josué:2 «Elijan a un hombre de cada una de las doce tribus de Israel,3 y ordénenles que tomen doce piedras del cauce, exactamente del lugar donde los sacerdotes permanecieron de pie. Díganles que las coloquen en el lugar donde hoy pasarán la noche.»4 Entonces Josué reunió a los doce hombres que había escogido de las doce tribus,5 y les dijo: «Vayan al centro del cauce del río, hasta donde está el arca del Señor su Dios, y cada uno cargue al hombro una piedra. Serán doce piedras, una por cada tribu de Israel,6 y servirán como señal entre ustedes. En el futuro, cuando sus hijos les pregunten: “¿Por qué están estas piedras aquí?”,7 ustedes les responderán: “El día en que el arca del pacto del Señor cruzó el Jordán, las aguas del río se dividieron frente a ella. Para nosotros los israelitas, estas piedras que están aquí son un recuerdo permanente de aquella gran hazaña.” »8 Los israelitas hicieron lo que Josué les ordenó, según las instrucciones del Señor. Tomaron las piedras del cauce del Jordán, conforme al número de las tribus, las llevaron hasta el campamento y las colocaron allí.9 Además, Josué colocó doce piedras en el cauce del río donde se detuvieron los sacerdotes que llevaban el arca del pacto. Esas piedras siguen allí hasta el día de hoy.10 Los sacerdotes que llevaban el arca permanecieron en medio del cauce hasta que los israelitas hicieron todo lo que el Señor le había ordenado a Josué. Todo se hizo según las instrucciones que Josué había recibido de Moisés. El pueblo se apresuró a cruzar el río,11 y cuando todos lo habían hecho, el arca del Señor y los sacerdotes cruzaron también en presencia del pueblo.12 Acompañaban al pueblo los guerreros de las tribus de Rubén, Gad y la media tribu de Manasés, según las órdenes que había dado Moisés.13 Unos cuarenta mil guerreros armados desfilaron en presencia del Señor y se dirigieron a la planicie de Jericó, listos para la guerra.14 Aquel mismo día, el Señor engrandeció a Josué ante todo Israel. El pueblo admiró a Josué todos los días de su vida, como lo había hecho con Moisés.15 Luego el Señor le dijo a Josué:16 «Ordénales a los sacerdotes portadores del arca del pacto que salgan del Jordán.»17 Josué les ordenó a los sacerdotes que salieran,18 y así lo hicieron, portando el arca del pacto. Tan pronto como sus pies tocaron tierra firme, las aguas del río regresaron a su lugar y se desbordaron como de costumbre.19 Así, el día diez del mes primero, el pueblo de Israel cruzó el Jordán y acampó en Guilgal, al este de Jericó.20 Entonces Josué erigió allí las piedras que habían tomado del cauce del Jordán,21 y se dirigió a los israelitas: «En el futuro, cuando sus hijos les pregunten: “¿Por qué están estas piedras aquí?”,22 ustedes les responderán: “Porque el pueblo de Israel cruzó el río Jordán en seco.”23 El Señor, Dios de ustedes, hizo lo mismo que había hecho con el Mar Rojo cuando lo mantuvo seco hasta que todos nosotros cruzamos.24 Esto sucedió para que todas las naciones de la tierra supieran que el Señor es poderoso, y para que ustedes aprendieran a temerlo para siempre.»