Josua 9

Neue evangelistische Übersetzung

von Karl-Heinz Vanheiden
1 Alle Könige im Westjordanland hörten von den Siegen Israels, ob sie im Gebirge, in der Schefela[1] oder in der Küstenebene des Mittelmeeres bis zum Libanon hin lebten, die Hetiter, die Amoriter, die Kanaaniter, die Perisiter, die Hiwiter und die Jebusiter.2 Da taten sie sich zusammen, um gemeinsam gegen Josua und Israel zu kämpfen.3 Als die Einwohner von Gibeon[2] jedoch hörten, was Josua mit Jericho und Ai gemacht hatte,4 griffen sie zu einer List. Sie wollten sich als Boten ausgeben. Deshalb nahmen sie abgenutzte Säcke für ihre Esel und abgenutzte und geflickte Weinschläuche5 und zogen zerschlissene und geflickte Schuhe und abgetragene Kleidung an. Das Brot, das sie als Wegzehrung bei sich hatten, war vertrocknet und zerbröselt.6 So kamen sie ins Lager nach Gilgal. „Wir kommen aus einem fernen Land“, sagten sie zu Josua und den Männern von Israel, „und möchten, dass ihr einen Bund mit uns schließt.“7 Da sagten die Israeliten zu den Hiwitern[3]: „Wir können doch nicht einfach ein Bündnis mit euch schließen. Vielleicht wohnt ihr ja ganz in unserer Nähe.“8 „Wir sind deine Diener“, sagten sie zu Josua. Der fragte: „Wer seid ihr und woher kommt ihr?“9 „Deine Diener kommen aus einem sehr weit entfernten Land, weil der Ruhm von Jahwe, deinem Gott, bis zu uns gedrungen ist. Wir haben alles gehört, was er in Ägypten getan hat,10 und auch das, was er mit den beiden Amoriterkönigen im Ostjordanland gemacht hat, mit König Sihon von Heschbon[4] und König Og von Baschan,[5] der in Aschtarot[6] lebte.11 Da sagten unsere Ältesten und alle Bewohner des Landes zu uns: 'Nehmt Verpflegung mit auf den Weg, zieht ihnen entgegen und sagt zu ihnen: Wir sind eure Diener, schließt einen Bund mit uns!'12 Hier, seht euch das Brot an! Es war noch warm, als wir von zu Hause aufbrachen. Jetzt ist es vertrocknet und zerbröselt.13 Und diese zerrissenen Weinschläuche hier waren neu, als wir sie füllten. Auch unsere Kleidung und die Schuhe sind durch die lange Reise verschlissen.“14 Die Israeliten untersuchten das Brot, aber sie versäumten es, Jahwe zu befragen.15 So gewährte Josua ihnen Frieden und sicherte zu, sie am Leben zu lassen. Die Führer des Volkes bekräftigten den Vertrag mit einem Eid.16 Drei Tage später kam es heraus, dass sie ganz in ihrer Nähe wohnten.17 Die Israeliten waren nämlich weitergezogen und auf die Städte gestoßen, aus denen die Boten gekommen waren: Gibeon, Kefira, Beërot und Kirjat-Jearim.18 Doch sie konnten ihnen nichts antun, weil die Führer des Volkes ihnen im Namen Jahwes Frieden geschworen hatten. Da murrte die ganze Volksversammlung über ihre Führer.19 Diese erwiderten dem Volk: „Wir haben ihnen im Namen Jahwes Frieden geschworen und können sie jetzt nicht antasten.20 Wir müssen sie am Leben lassen, damit kein Gotteszorn wegen unseres Eids über uns kommt.21 Wir werden sie aber zu Holzhauern und Wasserträgern für ganz Israel machen.“22 Dann bestellte Josua die Boten aus Gibeon zu sich und sagte zu ihnen: „Warum habt ihr uns getäuscht und behauptet, von sehr weit her zu kommen, wo ihr doch ganz in unserer Nähe wohnt?23 Darum sollt ihr verflucht und für alle Zeit Sklaven für das Haus meines Gottes sein – Holzhauer und Wasserträger!“24 Sie antworteten Josua: „Deinen Dienern wurde zuverlässig berichtet, dass Jahwe, dein Gott, seinem Diener Mose geboten habe, euch das ganze Land zu geben und alle seine Bewohner zu töten. Darum fürchteten wir sehr um unser Leben.25 Nun, wir sind in deiner Hand; mach mit uns, was du für richtig hältst.“26 Josua stand zu seinem Wort und bewahrte die Gibeoniten davor, von den Männern Israels getötet zu werden.27 Doch verpflichtete er sie noch an diesem Tag zum Dienst als Holzhauer und Wasserträger für die Gemeinschaft und den Altar Jahwes. Das gilt ‹jeweils› an dem Ort, den er erwählen wird, bis heute.

Josua 9

La Biblia Textual

von Sociedad Bíblica Iberoamericana
1 Sucedió que cuando todos los reyes que estaban al otro lado del Jordán, en la serranía y en la planicie, y en toda la costa del Mar Grande frente al Líbano: el heteo, el amorreo, el cananeo, el ferezeo, el heveo, y el jebuseo supieron lo acontecido,2 se reunieron para luchar juntos contra Josué y contra Israel bajo un solo mando.3 Sin embargo, cuando los habitantes de Gabaón oyeron lo que Josué había hecho a Jericó y a Hai,4 ellos, al contrario, procedieron astutamente y fueron como embajadores, poniendo costales viejos sobre sus asnos, y odres de vino viejos, rotos y remendados,5 y sandalias viejas y recosidas en los pies, con vestidos viejos sobre sí, y todo el pan de su provisión seco y mohoso.6 Así llegaron al campamento en Gilgal ante Josué, y le dijeron a él y a los israelitas: Venimos de una tierra lejana; concertad ahora un pacto con nosotros.7 Pero los israelitas respondieron a aquellos heveos: Quizás vosotros habitáis en medio de nosotros, ¿cómo, pues, haremos alianza con vosotros?8 Y dijeron a Josué: Somos siervos tuyos. Entonces Josué les dijo: ¿Quiénes sois vosotros? ¿De dónde venís?9 A lo que ellos respondieron: De una tierra lejana tus siervos han venido por causa del nombre de YHVH tu Dios, pues hemos oído la fama de Él, y todo lo que Él hizo en Egipto.10 Y todo lo que Él hizo a los dos reyes de los amorreos que estaban allende el Jordán: a Sehón rey de Hesbón, y Og rey de Basán, que habitaba en Astarot.11 Por lo cual nuestros ancianos y todos los moradores de nuestra tierra nos hablaron, diciendo: Tomad en vuestras manos provisión para el camino, e id al encuentro de ellos, y decidles: Nosotros somos vuestros siervos, concertad ahora un pacto con nosotros.12 Este pan estaba caliente cuando lo tomamos de nuestras casas como provisión para el camino el día que salimos para venir a vosotros, pero ahora, helo aquí seco y mohoso.13 Y estos odres de vino los llenamos nuevos, y helos aquí rotos, y nuestros vestidos y nuestro calzado desgastado por lo largo del camino.14 Entonces los varones tomaron de sus provisiones, sin consultar la palabra de YHVH.15 Y Josué hizo paz con ellos, y concertó un pacto con ellos para dejarlos vivir, y los jefes de la comunidad les hicieron juramento.16 Y sucedió que al cabo de tres días después de haber concertado el pacto con ellos, oyeron decir que eran sus vecinos, y que habitaban en medio de ellos.17 Entonces los hijos de Israel levantaron el campamento, y al tercer día llegaron a las ciudades de aquéllos. Y sus ciudades eran Gabaón, Cafira, Beerot, y Quiriat-jearim.18 Y los hijos de Israel no los hirieron porque los jefes de la comunidad les habían hecho juramento por YHVH, Dios de Israel. Y toda la comunidad murmuró contra los jefes,19 pero todos los jefes respondieron a toda la comunidad: Hemos jurado por YHVH, Dios de Israel, por tanto, ahora no los podemos tocar.20 Esto haremos con ellos para dejarlos vivir, para que la ira no recaiga sobre nosotros a causa del juramento que les hicimos.21 Y los jefes dijeron con respecto a ellos: Dejadlos vivir. Y fueron leñadores y aguadores para toda la comunidad, según les habían prometido los jefes.22 Josué entonces los llamó y les habló, diciendo: ¿Por qué nos habéis engañado, diciendo: Habitamos muy lejos de vosotros, siendo que habitáis en medio de nosotros?23 Ahora pues, malditos sois, y nunca dejará de haber siervos entre vosotros, así como leñadores y aguadores para la Casa de mi Dios.24 Y ellos respondieron a Josué, y dijeron: Porque tus siervos fueron informados con precisión que YHVH tu Dios había ordenado a su siervo Moisés que os diera toda esta tierra, y destruyera a todos los habitantes de esta tierra ante vosotros. De manera que tuvimos temor en gran manera por nuestras vidas a causa de vosotros, y hemos hecho esto.25 Ahora pues, henos en tu mano. Haz con nosotros como te parezca bien y justo.26 Y él lo hizo así, y los libró de la mano de los hijos de Israel, para que no los mataran.27 Y aquel día Josué los designó como leñadores y aguadores para la comunidad y para el altar de YHVH hasta el día presente, en el lugar que Él habría de escoger.