2.Samuel 11

Neue evangelistische Übersetzung

von Karl-Heinz Vanheiden
1 Als der Frühling kam, begann wieder die Zeit, in der die Könige ihre Feldzüge unternahmen. Auch David schickte Joab mit seinen Leuten und dem ganzen Heer Israels los. Sie verwüsteten das Land der Ammoniter und belagerten Rabba.[1] David selbst blieb in Jerusalem.2 Eines Tages, es war schon gegen Abend, erhob sich David von seiner langen Mittagsruhe und ging auf der Dachterrasse seines Palastes auf und ab. Da fiel sein Blick auf eine Frau, die badete. Sie war sehr schön.3 David schickte jemand hin und erkundigte sich nach der Frau. Man sagte ihm: „Das ist doch Batseba Bat-Eliam, die Frau des Hetiters Urija.“4 David schickte Boten und ließ sie holen. Sie kam zu ihm, und er schlief mit ihr. Sie hatte gerade die vorgeschriebene Reinigung nach ihrer Monatsblutung vorgenommen. Danach ging sie in ihr Haus zurück.5 Aber die Frau wurde schwanger. Sie schickte jemand zu David und ließ ihm ausrichten: „Ich bin schwanger.“6 Da schickte David eine Botschaft zu Joab: „Lass den Hetiter Urija zu mir kommen!“ Joab tat es.7 Als Urija zu David kam, erkundigte sich der König nach dem Ergehen Joabs und des Heeres und nach dem Stand des Krieges.8 Dann sagte er zu ihm: „Geh nach Hause und wasch dir die Füße!“ Als Urija den Palast verließ, wurde ein Geschenk des Königs hinter ihm hergetragen.9 Doch Urija ging nicht nach Hause, sondern übernachtete bei den Dienern seines Herrn am Palasteingang.10 Als David gemeldet wurde, dass Urija nicht nach Hause gegangen war, fragte er ihn: „Warum bist du nicht nach Hause gegangen? Du hast doch einen langen Weg hinter dir.“11 Urija erwiderte David: „Die Lade und die Männer von Israel und Juda wohnen in Zelten, selbst Joab, mein Herr, und seine Offiziere übernachten auf offenem Feld, und da sollte ich in mein Haus gehen, essen und trinken und mit meiner Frau schlafen? So wahr du lebst – bei deinem Leben, das werde ich nicht tun.“12 Da sagte David zu Urija: „So bleib auch heute noch hier, morgen lass ich dich gehen!“ Also blieb Urija an diesem und am folgenden Tag in Jerusalem.13 David lud ihn ein, bei ihm zu essen und zu trinken, und er machte ihn betrunken. Aber am Abend ging Urija wieder nicht nach Hause, sondern legte sich auf sein Lager bei den Dienern seines Herrn.14 Am nächsten Morgen schrieb David einen Brief an Joab und ließ ihn durch Urija überbringen.15 Darin stand: „Stellt Urija an die vorderste Front, wo der Kampf am härtesten ist, und zieht euch dann hinter ihm zurück, dass er getroffen wird und stirbt!“16 Joab hatte die Stadt ständig im Blick und wusste, wo ihre besten Kämpfer standen. Dort setzte er Urija ein.17 Als die Belagerten einen Ausfall machten und Joab ein Gefecht lieferten, fielen einige von Davids Leuten. Auch Urija, der Hetiter, fand dabei den Tod.18 Joab ließ David über den Verlauf des Kampfes genau unterrichten.19 Er sagte zu dem Boten: „Wenn du dem König alle Einzelheiten über den Kampf berichtet hast,20 wird er vielleicht wütend werden und dich fragen: 'Warum seid ihr beim Kampf so nahe an die Stadt gerückt? Habt ihr nicht gewusst, dass sie von der Mauer herabschießen?21 Wer hat denn Abimelech Ben-Jerubbeschet[2] erschlagen? War es nicht eine Frau, die den Mahlstein einer Handmühle von der Mauer herab auf ihn warf? So kam er vor Tebez um. Aus welchem Grund seid ihr so nah an die Mauer herangerückt?' Dann sollst du sagen: 'Auch dein Diener Urija, der Hetiter, ist tot.'“ (Ri 7,1; Ri 9,50; 2Sam 2,8; 2Sam 4,4)22 Der Bote ging zu David und berichtete ihm alles, was Joab ihm aufgetragen hatte.23 Er sagte: „Weil die Männer uns überlegen waren, machten sie einen Ausfall und griffen uns auf freiem Feld an. Doch wir drängten sie bis dicht ans Stadttor zurück.24 Da wurden wir von den Schützen auf der Mauer beschossen, und einige von deinen Leuten starben. Auch dein Diener Urija, der Hetiter, ist tot.“25 Da sagte David dem Boten: „Richte Joab aus: 'Nimm die Sache nicht so schwer, denn das Schwert frisst mal so und mal so! Verstärke deinen Kampf gegen die Stadt und zerstöre sie!' So sollst du ihm Mut machen.“26 Als Urijas Frau hörte, dass ihr Mann tot war, hielt sie die Totenklage für ihn.27 Nach Ablauf der Trauerzeit holte David sie zu sich in seinen Palast. Sie wurde seine Frau und gebar ihm einen Sohn. Doch Jahwe missfiel sehr, was David getan hatte.

2.Samuel 11

La Biblia Textual

von Sociedad Bíblica Iberoamericana
1 Aconteció en la primavera del año, al tiempo que los reyes suelen salir a campaña, que David envió a Joab y con él a sus siervos y todo Israel, los cuales destruyeron a los amonitas y sitiaron a Rabá; pero David permaneció en Jerusalem.2 Y sucedió que a la hora de la tarde, David se levantó de su lecho y se paseaba por el terrado de la casa real, y desde el terrado vio a una mujer bañándose, y la mujer era muy hermosa.3 Y David envió a indagar acerca de la mujer, y uno dijo: ¿No es ésta Betsabé hija de Eliam, mujer de Urías heteo?4 Y envió David mensajeros y la tomó; y cuando ella fue a él, él se acostó con ella, pues acababa de purificarse de su impureza. Después ella volvió a su casa.5 Y la mujer concibió y mandó a informar a David, diciendo: He concebido.6 Entonces David encargó a Joab: ¡Tráeme a Urías heteo! Así que Joab envió a Urías a David.7 Cuando Urías llegó ante la presencia de David, éste le preguntó por la salud de Joab, por la salud de la gente y por el estado de la guerra.8 Después dijo David a Urías: Desciende a tu casa y lava tus pies. Y saliendo Urías de la casa real, le fue enviado un presente del rey.9 Pero Urías durmió a la entrada de la casa del rey con todos los siervos de su señor, y no bajó a su casa.10 Cuando se lo refirieron a David, diciendo: Urías no bajó a su casa, David preguntó a Urías: ¿Acaso no has venido de un viaje? ¿Por qué no bajas a tu casa?11 Y Urías respondió a David: El Arca, Israel y Judá permanecen en tiendas, y mi señor Joab con los siervos de mi señor acampan a campo abierto. ¿Y yo he de ir a mi casa a comer y a beber y acostarme con mi mujer? ¡Por tu vida, y por la vida de tu alma, que no haré tal cosa!12 Y David dijo a Urías: Quédate aquí hoy también, que mañana te dejaré ir. Así pues, Urías se quedó en Jerusalem aquel día y el siguiente.13 Después David lo mandó a llamar, y comió y bebió ante él. Y él hizo que se embriagara, pero al anochecer fue a acostarse en su cama con los siervos de su señor, y no bajó a su casa.14 Llegada la mañana, David escribió una carta a Joab que envió por mano de Urías.15 Y en la carta escribió diciendo: Poned a Urías al frente, en lo más recio de la batalla, y retiraos de él, para que sea herido y muera.16 Así fue que cuando Joab asediaba la ciudad, asignó a Urías el lugar donde sabía que estaban los hombres más valientes.17 Y los hombres de la ciudad salieron y lucharon contra Joab y cayeron algunos del pueblo, de los siervos de David, y Urías heteo también murió.18 Y Joab hizo comunicar a David todos los sucesos de la guerra,19 y le encomendó al mensajero, diciendo: Cuando termines de contar al rey todos los sucesos de la guerra,20 si sucede que sube la ira del rey y te pregunta: ¿Por qué os acercasteis tanto a la ciudad para luchar? ¿Es que no sabéis lo que arrojan desde el muro?21 ¿Quién hirió a Abimelec ben Jeroboset? ¿No fue una mujer que arrojó desde el muro un pedazo de rueda de molino, y murió en Tebes? ¿Por qué os acercasteis tanto al muro? Entonces tú responderás: También tu siervo Urías heteo ha muerto.22 El mensajero fue pues, y llegando ante David, le declaró todo lo que Joab le había encargado.23 Y el mensajero dijo a David: Los hombres prevalecieron contra nosotros y salieron hacia nosotros al campo, pero los acometimos hasta la entrada de la puerta.24 Entonces los arqueros tiraron contra tus siervos desde lo alto del muro y murieron algunos de los siervos del rey, y también tu siervo Urías heteo ha muerto.25 Y David dijo al mensajero: Así dirás a Joab: Que esto no te desagrade, porque la espada devora tanto a uno como a otro. Refuerza tu ataque contra la ciudad y destrúyela. Y tú, aliéntale.26 Al oír la mujer de Urías que su marido Urías había muerto, hizo duelo por su señor.27 Y cuando pasó el luto, David la hizo traer a su casa, y ella fue su mujer y le dio un hijo. Pero lo que David había hecho fue desagradable ante los ojos de YHVH.