2.Korinther 1

Neue evangelistische Übersetzung

von Karl-Heinz Vanheiden
1 Es schreiben Paulus, der nach dem Willen Gottes zum Apostel von Christus Jesus berufen ist, und der Bruder Timotheus.[1] An die Gemeinde Gottes in Korinth[2] und an alle Heiligen in Achaja[3]:2 Gnade und Frieden wünschen wir euch von Gott, unserem Vater, und von Jesus Christus, dem Herrn.3 Gepriesen sei Gott, der Vater unseres Herrn Jesus Christus. Er ist der Vater der Barmherzigkeit und ein Gott voller Trost.4 In allem Druck, unter dem wir stehen, ermutigt er uns, damit wir die ermutigen können, die irgendwie bedrückt sind. Weil Gott uns seinen Trost geschenkt hat, können wir andere trösten.5 Denn wie die Leiden, die Christus ertrug, sich reichlich über uns ergießen, so reich ergießt sich auch sein Trost über uns.6 Wenn wir also bedrängt werden, geschieht das, damit ihr Mut bekommt und gerettet werdet. Und wenn wir ermutigt werden, geschieht das, damit ihr den Mut bekommt, die gleichen Leiden wie wir geduldig zu ertragen.7 Wir sind voller Zuversicht für euch, denn wir sind sicher, dass ihr nicht nur an den Leiden Anteil habt, sondern auch an dem Trost.8 Denn wir wollen euch, Geschwister, nicht in Unkenntnis über die schlimme Lage lassen, die uns in der Asia[4] betroffen hat. Was uns dort passierte, war so übermächtig, so unerträglich schwer, dass wir sogar unser Leben verloren gaben.9 Tatsächlich fühlten wir uns schon dem Tod geweiht. Wir sollten eben lernen, unser Vertrauen nicht auf uns selbst zu setzen, sondern auf Gott, der die Toten lebendig macht.10 Und er hat uns ja vor dem sicheren Tod gerettet und tut es immer noch. Auf ihm ruht unsere Hoffnung: Er wird uns auch in Zukunft retten,11 wobei auch ihr durch eure Gebete mithelft. Dann werden viele Gott für das Gnadengeschenk danken, das wir erhalten haben.12 Denn wir sind stolz auf das, was unser Gewissen bezeugt: Überall in der Welt war unser Verhalten von der Aufrichtigkeit und Lauterkeit Gottes bestimmt, und besonders bei euch. Wir ließen uns nicht von eigener Klugheit leiten, sondern von Gottes Gnade.13 Und wenn wir euch schreiben, denken wir nichts anderes, als das, was ihr hier wiedererkennt. Ich hoffe aber, dass ihr ganz verstehen werdet,14 was ihr zum Teil ja schon verstanden habt; dass ihr beim Wiederkommen unseres Herrn Jesus auf uns stolz sein dürft – und wir auf euch.15 In dieser Überzeugung wollte ich zunächst zu euch kommen und euch zum zweiten Mal die Gnade Gottes bringen.16 Von euch aus wollte ich dann nach Mazedonien reisen und von dort wieder zu euch zurückkommen, damit ihr mich für die Reise nach Judäa ausstattet.17 War ich etwa leichtfertig, als ich mir das vorgenommen hatte? Plane ich denn so, wie gewisse Menschen planen, dass mein Ja auch Nein meinen könnte und mein Nein auch Ja?18 Gott ist treu, und er bürgt dafür, dass unser Wort euch gegenüber nicht Ja und Nein zugleich ist.19 Denn Jesus Christus, der Sohn Gottes, den Silvanus,[5] Timotheus und ich bei euch gepredigt haben, ist nicht als Ja und Nein gekommen: Nur das Ja ist in ihm verwirklicht.20 In ihm ist das Ja zu allen Zusagen Gottes. Darum sprechen wir durch ihn auch das Amen zur Ehre Gottes.21 Gott ist es, der uns mit euch in Christus festmacht. Er hat uns gesalbt,22 uns sein Siegel aufgedrückt und als Anzahlung seinen Geist in unser Herz gegeben.23 Ich rufe Gott als Zeugen gegen mich an: Nur um euch zu schonen, bin ich noch nicht nach Korinth gekommen.24 Wir sind nicht Herren über euren Glauben, sondern Helfer zu eurer Freude, denn im Glauben steht ihr ja fest.

2.Korinther 1

La Biblia Textual

von Sociedad Bíblica Iberoamericana
1 Pablo, un apóstol de Jesús el Mesías por voluntad de Dios, y el hermano Timoteo, a la iglesia de Dios que está en Corinto, junto con todos los santos que estáis en toda Acaya:2 Gracia a vosotros y paz, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesús, el Mesías.3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesús, el Mesías, Padre de las misericordias y Dios de toda consolación,4 que nos consuela en toda nuestra tribulación, para que nosotros podamos consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros mismos somos consolados por Dios.5 Porque así como abundan en nosotros las aflicciones del Mesías, así abunda también por medio del Mesías nuestra consolación.6 Pues si somos atribulados, es para vuestra consolación y salvación, y si somos consolados, es para vuestra consolación, la cual opera en la paciencia de los mismos padecimientos que padecemos también nosotros.7 Y nuestra esperanza acerca de vosotros es firme, sabiendo que como sois copartícipes de los sufrimientos, así también lo sois de la consolación.8 Porque, hermanos, no queremos que ignoréis acerca de la tribulación que nos ocurrió en Asia, donde fuimos abrumados mucho más allá de nuestras fuerzas, hasta el punto que perdimos aun la esperanza de sobrevivir.9 Pero tuvimos en nosotros mismos la respuesta de la muerte, para que no estemos confiados en nosotros mismos, sino en Dios, que resucita a los muertos;10 el cual nos libró de tan gran muerte, y nos librará; en quien hemos esperado, y aún nos librará;11 ayudándonos también vosotros con la oración por nosotros, para que de parte de muchas personas sean dadas gracias por nosotros, por el don que nos fue concedido por medio de muchos.12 Porque nuestra gloria es ésta: el testimonio de nuestra conciencia, que con sencillez y sinceridad de Dios, no con sabiduría humana, sino con la gracia de Dios, nos condujimos en el mundo, y mucho más hacia vosotros.13 Porque no os escribimos otras cosas que las que leéis y entendéis, y espero que las entenderéis completamente;14 como también en parte habéis entendido que somos vuestra gloria, como también vosotros la nuestra en el día del Señor Jesús.15 Y con esta confianza quería ir primero a vosotros, para que tuvierais una segunda gracia;16 y por medio de vosotros pasar a Macedonia, y de Macedonia volver a vosotros, y por vosotros ser encaminado a Judea.17 Así que, al proponerme esto, ¿acaso fui veleidoso? ¿O las cosas que planifico, las planifico en la carne, para que en mí haya el sí, sí, y el no, no?18 Pero fiel es Dios, que nuestra palabra para con vosotros no es sí y no.19 Porque el Hijo de Dios, Jesús el Mesías, que por nosotros fue predicado entre vosotros; por mí, por Silvano y Timoteo, no fue sí y no; sino que ha sido sí en Él.20 Porque todas las promesas de Dios en Él son sí; por eso también por medio de Él, decimos amén a Dios, para su gloria por medio de nosotros.21 Y el que nos confirma con vosotros en el Mesías y el que nos ungió, es Dios;22 quien también nos selló y nos dio como garantía al Espíritu en nuestros corazones.23 Pero yo invoco a Dios como testigo sobre mi alma, de que por consideración a vosotros no he ido aún a Corinto.24 Porque no nos enseñoreamos de vuestra fe, sino que somos colaboradores de vuestro gozo, porque estáis firmes por la fe.