1.Mose 38

Neue evangelistische Übersetzung

von Karl-Heinz Vanheiden
1 Damals trennte sich Juda von seinen Brüdern und zog zu einem Mann aus Adullam[1] namens Hira.2 Dort sah er die Tochter eines Kanaaniters namens Schua. Er heiratete sie und schlief mit ihr.3 Sie wurde schwanger und brachte einen Sohn zur Welt. Juda nannte ihn Er.4 Dann wurde sie wieder schwanger und gebar einen zweiten Sohn; den nannte sie Onan.5 Ihren dritten Sohn nannte sie Schela. Zur Zeit seiner Geburt wohnten sie in Kesib.[2]6 Juda verheiratete seinen ältesten Sohn Er mit einer Frau namens Tamar.7 Doch sein Erstgeborener tat, was Jahwe missfiel, und Jahwe ließ ihn sterben.8 Da sagte Juda zu Onan: „Schlafe mit der Frau deines Bruders und vollziehe die Schwagerehe mit ihr. Du bist verpflichtet, deinem Bruder Nachkommen zu verschaffen.“9 Weil Onan wusste, dass das Kind nicht ihm gehören würde, ließ er jedes Mal, wenn er mit Tamar schlief, den Samen auf die Erde ausfließen und verderben. Er wollte seinem Bruder keine Nachkommen verschaffen.10 Das missfiel Jahwe, und er ließ auch Onan sterben.11 Da sagte Juda zu seiner Schwiegertochter Tamar: „Bleib jetzt als Witwe im Haus deines Vaters, bis mein Sohn Schela alt genug ist.“ Denn er befürchtete, dass auch dieser sterben würde wie seine Brüder. So ging Tamar zur Familie ihres Vaters zurück.12 Jahre vergingen. Da starb Judas Frau, die Tochter Schuas. Als die Trauerzeit vorüber war, ging Juda mit seinem Freund Hira aus Adullam nach Timna[3] zu den Schafscherern.13 Als Tamar erfuhr, dass ihr Schwiegervater zur Schafschur nach Timna ging,14 legte sie ihre Witwenkleider ab, verhüllte sich mit einem Schleier und setzte sich an den Eingang von Enajim, das am Weg nach Timna liegt. Denn sie hatte bemerkt, dass Schela erwachsen geworden war und sie ihm doch nicht als Frau gegeben wurde.15 Als Juda sie so verschleiert erblickte, hielt er sie für eine Hure.16 Er ging zu ihr hin und sagte: „Lass mich mit dir schlafen!“ Denn er merkte nicht, dass es seine Schwiegertochter war. „Was gibst du mir, wenn ich dich lasse?“, erwiderte sie.17 „Ich schicke dir ein Ziegenböckchen von meiner Herde“, versprach er. „Gut“, sagte sie, „du musst mir nur ein Pfand dalassen.“18 „Was für ein Pfand willst du denn haben?“, fragte er. „Dein Rollsiegel mit Schnur[4] und den Stab[5] in deiner Hand“, erwiderte sie. Er gab ihr, was sie wollte, und kam zu ihr und schwängerte sie.19 Sie ging dann von dort weg, legte den Schleier ab und zog die Witwenkleider wieder an.20 Nun schickte Juda seinen Freund aus Adullam mit dem Ziegenböckchen los, um das Pfand einzulösen. Aber die Frau war nicht mehr zu finden.21 Er fragte die Leute im Ort: „Wo ist denn die Geweihte,[6] die hier in Enajim am Weg saß?“ – „Hier gibt es keine Geweihte“, sagten sie.22 Da kehrte er zu Juda zurück und sagte: „Ich habe sie nicht gefunden. Auch die Leute dort kennen keine Geweihte.“23 „Soll sie die Sachen behalten“, sagte Juda, „sonst machen wir uns noch zum Gespött. Ich habe ja das Böckchen geschickt, aber du hast sie nicht gefunden.“24 Etwa drei Monate später wurde Juda berichtet: „Deine Schwiegertochter Tamar hat sich mit einem Mann eingelassen und ist sogar schwanger geworden!“ – „Führt sie aus dem Ort hinaus!“, befahl Juda. „Sie soll verbrannt werden.“25 Als man sie hinausführen wollte, schickte sie jemand zu ihrem Schwiegervater und ließ ihm sagen: „Schau dir dieses Rollsiegel, die Schnur und den Stab genau an! Von dem Mann, dem das gehört, bin ich schwanger.“26 Juda sah sich die Sachen genau an und sagte: „Sie ist im Recht, die Schuld liegt bei mir. Ich hätte sie meinem Sohn Schela zur Frau geben müssen.“ Er nahm sie bei sich auf, schlief aber nicht wieder mit ihr.27 Kurz vor der Entbindung stellte sich heraus, dass Tamar Zwillinge bekam.28 Während der Geburt streckte einer seine Hand heraus. Die Hebamme band einen roten Faden um das Handgelenk und sagte: „Das ist der Erstgeborene.“29 Der zog seine Hand aber wieder zurück, und sein Bruder kam zuerst heraus. „Mit was für einem Riss hast du dir den Vortritt verschafft!“, sagte die Hebamme. Deshalb nannte man ihn Perez, Riss.30 Erst dann kam sein Bruder heraus, an dessen Handgelenk der rote Faden war. Ihn nannte man Serach, Rotglanz.

1.Mose 38

La Biblia Textual

von Sociedad Bíblica Iberoamericana
1 Había ya acontecido en este tiempo, que separándose Judá de sus hermanos, se relacionó con un adulamita cuyo nombre era Hira.2 Y Judá vio allí a la hija de un hombre cananeo, cuyo nombre era Súa, y la tomó, y se llegó a ella,3 y concibió, y dio a luz un hijo. Y él llamó su nombre Er.4 Y concibió otra vez, y dio a luz un hijo, y llamó su nombre Onán.5 Y volvió de nuevo a dar a luz un hijo, y llamó su nombre Sela. Y él estaba en Kezib cuando lo dio a luz.6 Entonces Judá tomó mujer para Er su primogénito, cuyo nombre era Tamar.7 Pero Er, el primogénito de Judá, era perverso ante los ojos de YHVH, y YHVH hizo que muriera.8 Y Judá dijo a Onán: Llégate a la mujer de tu hermano, despósate con ella y levanta descendencia a tu hermano.9 Pero Onán, sabiendo que la descendencia no sería suya, sucedía que cuando se llegaba a la mujer de su hermano, vertía en tierra, a fin de no dar descendencia a su hermano.10 Y lo que hacía pareció malo ante los ojos de YHVH, y también a él lo hizo morir.11 Entonces dijo Judá a su nuera Tamar: Vive como viuda en casa de tu padre, hasta que crezca mi hijo Sela. Pues temía que muriera también él como sus hermanos. Así que Tamar fue y permaneció en casa de su padre.12 Pasaron muchos días, y murió la hija de Súa, mujer de Judá. Terminado el luto, Judá subió con su asociado, Hira, el adulamita, a Timná, donde estaban los trasquiladores de sus ovejas.13 Y fue dado aviso a Tamar, diciendo: Mira, tu suegro sube a Timná a trasquilar sus ovejas.14 Entonces ella, viendo que Sela había crecido y no había sido dada a él por mujer, se quitó las ropas de su viudez, se cubrió con un velo, y, disfrazada, se sentó en la puerta de Enáyim, que está junto al camino de Timná.15 Cuando Judá la vio, la consideró ramera, pues ella tenía cubierto su rostro.16 Y se desvió del camino hacia ella, y le dijo: Vamos ahora, y me llegaré a ti (pues no sabía que era su nuera). Y dijo: ¿Qué me darás para que te llegues a mí?17 Y él dijo: Yo mismo te enviaré un cabrito de las cabras del rebaño. Y ella dijo: ¿Me das alguna prenda hasta que lo envíes?18 Él dijo: ¿Cuál prenda te he de dar? Y ella respondió: Tu sello, tu cordón y la vara que tienes en tu mano. Entonces él se los dio, y se llegó a ella, y ella concibió de él.19 Luego se levantó y se fue. Se quitó el velo de encima de ella y vistió las ropas de su viudez.20 Y envió Judá el cabrito de las cabras por medio de su amigo el adulamita, para tomar la prenda de mano de la mujer, pero no la halló.21 Y preguntó a los varones del lugar de ella, diciendo: ¿Dónde está la prostituta de Enáyim, que estaba junto al camino? Y ellos le dijeron: Ninguna prostituta ha estado por aquí.22 Entonces regresó a Judá, y le dijo: No la he encontrado. Además, unos varones del lugar dijeron: Ninguna prostituta ha estado por aquí.23 Y Judá dijo: Que se quede con ellas para que no seamos menospreciados. Ya ves que envié este cabrito y tú mismo no la encontraste.24 Y sucedió como a los tres meses, que se le dio aviso a Judá, diciendo: Tu nuera Tamar se ha hecho ramera, y además, hasta ha quedado encinta por su prostitución. Y Judá dijo: ¡Sacadla y que sea quemada!25 Pero mientras era sacada, envió a decir a su suegro: ¡Del varón a quien pertenecen estas cosas estoy embarazada! Y dijo: Reconoced ahora, ¿de quién es este sello, el cordón y la vara?26 Entonces Judá los reconoció, y dijo: Es más justa que yo, porque no le di a mi hijo Sela. Pero nunca más la conoció.27 Y sucedió que en el tiempo de dar a luz, he aquí había mellizos en su vientre.28 Y al dar a luz salió una mano, y la partera tomó y ató a su mano un hilo de grana, diciendo: Éste salió primero.29 Pero cuando él retiró su mano, he aquí salió su hermano. Y ella dijo: ¡Qué brecha has abierto! Por tanto fue llamado su nombre Fares.30 Y después salió su hermano, el que tenía en su mano el hilo de grana, y fue llamado su nombre Zara.