de Biblica1Dichosos los que van por caminos perfectos, los que andan conforme a la ley del SEÑOR.2Dichosos los que guardan sus estatutos y de todo corazón lo buscan.3Jamás hacen nada malo, sino que siguen los caminos de Dios.4Tú has establecido tus preceptos, para que se cumplan fielmente.5¡Cuánto deseo afirmar mis caminos para cumplir tus decretos!6No tendré que pasar vergüenzas cuando considere todos tus mandamientos.7Te alabaré con integridad de corazón, cuando aprenda tus justos juicios.8Tus decretos cumpliré; no me abandones del todo.9¿Cómo puede el joven llevar una vida íntegra? Viviendo conforme a tu palabra.10Yo te busco con todo el corazón; no dejes que me desvíe de tus mandamientos.11En mi corazón atesoro tus dichos para no pecar contra ti.12¡Bendito seas, SEÑOR! ¡Enséñame tus decretos!13Con mis labios he proclamado todos los juicios que has emitido.14Me regocijo en el camino de tus estatutos más que en[1] todas las riquezas.15En tus preceptos medito, y pongo mis ojos en tus sendas.16En tus decretos hallo mi deleite, y jamás olvidaré tu palabra.17Trata con bondad a este siervo tuyo; así viviré y obedeceré tu palabra.18Ábreme los ojos, para que contemple las maravillas de tu ley.19En esta tierra soy un extranjero; no escondas de mí tus mandamientos.20A toda hora siento un nudo en la garganta por el deseo de conocer tus juicios.21Tú reprendes a los insolentes; ¡malditos los que se apartan de tus mandamientos!22Aleja de mí el menosprecio y el desdén, pues yo cumplo tus estatutos.23Aun los poderosos se confabulan contra mí, pero este siervo tuyo medita en tus decretos.24Tus estatutos son mi deleite; son también mis consejeros.25Postrado estoy en el polvo; dame vida conforme a tu palabra.26Tú me respondiste cuando te hablé de mis caminos. ¡Enséñame tus decretos!27Hazme entender el camino de tus preceptos, y meditaré en tus maravillas.28De angustia se me derrite el alma: susténtame conforme a tu palabra.29Mantenme alejado de caminos torcidos; concédeme las bondades de tu ley.30He optado por el camino de la fidelidad, he escogido tus juicios.31Yo, SEÑOR, me apego a tus estatutos; no me hagas pasar vergüenza.32Corro por el camino de tus mandamientos, porque has ampliado mi modo de pensar.33Enséñame, SEÑOR, a seguir tus decretos, y los cumpliré hasta el fin.34Dame entendimiento para seguir tu ley, y la cumpliré de todo corazón.35Dirígeme por la senda de tus mandamientos, porque en ella encuentro mi solaz.36Inclina mi corazón hacia tus estatutos y no hacia las ganancias desmedidas.37Aparta mi vista de cosas vanas, dame vida conforme a tu palabra.[2]38Confirma tu promesa a este siervo, como lo has hecho con los que te temen.39Líbrame del oprobio que me aterra, porque tus juicios son buenos.40¡Yo amo tus preceptos! ¡Dame vida conforme a tu justicia!41Envíame, SEÑOR, tu gran amor y tu salvación, conforme a tu promesa.42Así responderé a quien me desprecie, porque yo confío en tu palabra.43No me quites de la boca la palabra de verdad, pues en tus juicios he puesto mi esperanza.44Por toda la eternidad obedeceré fielmente tu ley.45Viviré con toda libertad, porque he buscado tus preceptos.46Hablaré de tus estatutos a los reyes y no seré avergonzado,47pues amo tus mandamientos, y en ellos me regocijo.48Yo amo tus mandamientos, y hacia ellos elevo mis manos; ¡quiero meditar en tus decretos!49Acuérdate de la palabra que diste a este siervo tuyo, palabra con la que me infundiste esperanza.50Este es mi consuelo en medio del dolor: que tu promesa me da vida.51Los insolentes me ofenden hasta el colmo, pero yo no me aparto de tu ley.52Me acuerdo, SEÑOR, de tus juicios de antaño, y encuentro consuelo en ellos.53Me llenan de indignación los impíos, que han abandonado tu ley.54Tus decretos han sido mis cánticos en el lugar de mi destierro.55SEÑOR, por la noche evoco tu nombre; ¡quiero cumplir tu ley!56Lo que a mí me corresponde es obedecer tus preceptos.[3]57¡Mi herencia eres tú, SEÑOR! Prometo obedecer tus palabras.58De todo corazón busco tu rostro; compadécete de mí conforme a tu promesa.59Me he puesto a pensar en mis caminos, y he orientado mis pasos hacia tus estatutos.60Me doy prisa, no tardo nada para cumplir tus mandamientos.61Aunque los lazos de los impíos me aprisionan, yo no me olvido de tu ley.62A medianoche me levanto a darte gracias por tus rectos juicios.63Soy amigo de todos los que te honran, de todos los que observan tus preceptos.64Enséñame, SEÑOR, tus decretos; ¡la tierra está llena de tu gran amor!65Tú, SEÑOR, tratas bien a tu siervo, conforme a tu palabra.66Impárteme conocimiento y buen juicio, pues yo creo en tus mandamientos.67Antes de sufrir anduve descarriado, pero ahora obedezco tu palabra.68Tú eres bueno, y haces el bien; enséñame tus decretos.69Aunque los insolentes me difaman, yo cumplo tus preceptos con todo el corazón.70El corazón de ellos es torpe e insensible, pero yo me regocijo en tu ley.71Me hizo bien haber sido afligido, porque así llegué a conocer tus decretos.72Para mí es más valiosa tu enseñanza que millares de monedas de oro y plata.73Con tus manos me creaste, me diste forma. Dame entendimiento para aprender tus mandamientos.74Los que te honran se regocijan al verme, porque he puesto mi esperanza en tu palabra.75SEÑOR, yo sé que tus juicios son justos, y que con justa razón me afliges.76Que sea tu gran amor mi consuelo, conforme a la promesa que hiciste a tu siervo.77Que venga tu compasión a darme vida, porque en tu ley me regocijo.78Sean avergonzados los insolentes que sin motivo me maltratan; yo, por mi parte, meditaré en tus preceptos.79Que se reconcilien conmigo los que te temen, los que conocen tus estatutos.80Sea mi corazón íntegro hacia tus decretos, para que yo no sea avergonzado.81Esperando tu salvación se me va la vida. En tu palabra he puesto mi esperanza.82Mis ojos se consumen esperando tu promesa, y digo: «¿Cuándo vendrás a consolarme?»83Parezco un odre ennegrecido por el humo, pero no me olvido de tus decretos.84¿Cuánto más vivirá este siervo tuyo? ¿Cuándo juzgarás a mis perseguidores?85Me han cavado trampas los insolentes, los que no viven conforme a tu ley.86Todos tus mandamientos son fidedignos; ¡ayúdame!, pues falsos son mis perseguidores.87Por poco me borran de la tierra, pero yo no abandono tus preceptos.88Por tu gran amor, dame vida y cumpliré tus estatutos.89Tu palabra, SEÑOR, es eterna, y está firme en los cielos.90Tu fidelidad permanece para siempre; estableciste la tierra, y quedó firme.91Todo subsiste hoy, conforme a tus decretos, porque todo está a tu servicio.92Si tu ley no fuera mi regocijo, la aflicción habría acabado conmigo.93Jamás me olvidaré de tus preceptos, pues con ellos me has dado vida.94¡Sálvame, pues te pertenezco y escudriño tus preceptos!95Los impíos me acechan para destruirme, pero yo me esfuerzo por entender tus estatutos.96He visto que aun la perfección tiene sus límites; ¡solo tus mandamientos son infinitos!97¡Cuánto amo yo tu ley! Todo el día medito en ella.98Tus mandamientos me hacen más sabio que mis enemigos porque me pertenecen para siempre.99Tengo más discernimiento que todos mis maestros porque medito en tus estatutos.100Tengo más entendimiento que los ancianos porque obedezco tus preceptos.101Aparto mis pies de toda mala senda para cumplir con tu palabra.102No me desvío de tus juicios porque tú mismo me instruyes.103¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! ¡Son más dulces que la miel a mi boca!104De tus preceptos adquiero entendimiento; por eso aborrezco toda senda de mentira.105Tu palabra es una lámpara a mis pies; es una luz en mi sendero.106Hice un juramento, y lo he confirmado: que acataré tus rectos juicios.107SEÑOR, es mucho lo que he sufrido; dame vida conforme a tu palabra.108SEÑOR, acepta la ofrenda que brota de mis labios; enséñame tus juicios.109Mi vida pende de un hilo,[4] pero no me olvido de tu ley.110Los impíos me han tendido una trampa, pero no me aparto de tus preceptos.111Tus estatutos son mi herencia permanente; son el regocijo de mi corazón.112Inclino mi corazón a cumplir tus decretos para siempre y hasta el fin.113Aborrezco a los hipócritas, pero amo tu ley.114Tú eres mi escondite y mi escudo; en tu palabra he puesto mi esperanza.115¡Malhechores, apartaos de mí, que quiero cumplir los mandamientos de mi Dios!116Sostenme conforme a tu promesa, y viviré; no defraudes mis esperanzas.117Defiéndeme, y estaré a salvo; siempre optaré por tus decretos.118Tú rechazas a los que se desvían de tus decretos, porque solo maquinan falsedades.119Tú desechas como escoria a los impíos de la tierra; por eso amo tus estatutos.120Mi cuerpo se estremece por el temor que me inspiras; siento reverencia por tus leyes.121Yo practico la justicia y el derecho; no me dejes en manos de mis opresores.122Garantiza el bienestar de tu siervo; que no me opriman los arrogantes.123Mis ojos se consumen esperando tu salvación, esperando que se cumpla tu justicia.124Trata a tu siervo conforme a tu gran amor; enséñame tus decretos.125Tu siervo soy: dame entendimiento y llegaré a conocer tus estatutos.126SEÑOR, ya es tiempo de que actúes, pues tu ley está siendo quebrantada.127Sobre todas las cosas amo tus mandamientos, más que el oro, más que el oro refinado.128Por eso tengo en cuenta todos tus preceptos[5] y aborrezco toda senda falsa.129Tus estatutos son maravillosos; por eso los obedezco.130La exposición de tus palabras nos da luz, y da entendimiento al sencillo.131Anhelante abro la boca porque ansío tus mandamientos.132Vuélvete a mí, y ten compasión como haces siempre con los que aman tu nombre.133Guía mis pasos conforme a tu promesa; no dejes que me domine la iniquidad.134Líbrame de la opresión humana, pues quiero obedecer tus preceptos.135Haz brillar tu rostro sobre tu siervo; enséñame tus decretos.136Ríos de lágrimas brotan de mis ojos, porque tu ley no se obedece.137SEÑOR, tú eres justo, y tus juicios son rectos.138Justos son los estatutos que has ordenado, y muy dignos de confianza.139Mi celo me consume, porque mis adversarios pasan por alto tus palabras.140Tus promesas han superado muchas pruebas, por eso tu siervo las ama.141Insignificante y menospreciable como soy, no me olvido de tus preceptos.142Tu justicia es siempre justa; tu ley es la verdad.143He caído en la angustia y la aflicción, pero tus mandamientos son mi regocijo.144Tus estatutos son siempre justos; dame entendimiento para poder vivir.145Con todo el corazón clamo a ti, SEÑOR; respóndeme, y obedeceré tus decretos.146A ti clamo: «¡Sálvame!» Quiero cumplir tus estatutos.147Muy de mañana me levanto a pedir ayuda; en tus palabras he puesto mi esperanza.148En toda la noche pego ojo,[6] para meditar en tu promesa.149Conforme a tu gran amor, escucha mi voz; conforme a tus juicios, SEÑOR, dame vida.150Ya se acercan mis crueles perseguidores, pero andan muy lejos de tu ley.151Tú, SEÑOR, también estás cerca, y todos tus mandamientos son verdad.152Desde hace mucho conozco tus estatutos, los cuales estableciste para siempre.153Considera mi aflicción, y líbrame, pues no me he olvidado de tu ley.154Defiende mi causa, rescátame; dame vida conforme a tu promesa.155La salvación está lejos de los impíos, porque ellos no buscan tus decretos.156Grande es, SEÑOR, tu compasión; dame vida conforme a tus juicios.157Muchos son mis adversarios y mis perseguidores, pero yo no me aparto de tus estatutos.158Miro a esos renegados y me dan náuseas, porque no cumplen tus palabras.159Mira, SEÑOR, cuánto amo tus preceptos; conforme a tu gran amor, dame vida.160La suma de tus palabras es la verdad; tus rectos juicios permanecen para siempre.161Gente poderosa[7] me persigue sin motivo, pero mi corazón se asombra ante tu palabra.162Yo me regocijo en tu promesa como quien halla un gran botín.163Aborrezco y repudio la falsedad, pero amo tu ley.164Siete veces al día te alabo por tus rectos juicios.165Los que aman tu ley disfrutan de gran bienestar, y nada los hace tropezar.166Yo, SEÑOR, espero tu salvación y practico tus mandamientos.167Con todo mi ser cumplo tus estatutos. ¡Cuánto los amo!168Obedezco tus preceptos y tus estatutos, porque conoces todos mis caminos.169Que llegue mi clamor a tu presencia; dame entendimiento, SEÑOR, conforme a tu palabra.170Que llegue a tu presencia mi súplica; líbrame, conforme a tu promesa.171Que rebosen mis labios de alabanza, porque tú me enseñas tus decretos.172Que entone mi lengua un cántico a tu palabra, pues todos tus mandamientos son justos.173Que acuda tu mano en mi ayuda, porque he escogido tus preceptos.174Yo, SEÑOR, ansío tu salvación. Tu ley es mi regocijo.175Déjame vivir para alabarte; que vengan tus juicios a ayudarme.176Cual oveja perdida me he extraviado; ven en busca de tu siervo, porque no he olvidado tus mandamientos.
1Wohl denen, die ohne Tadel leben, die im Gesetz des HERRN wandeln![1] (Sal 112:1)2Wohl denen, die sich an seine Zeugnisse halten, die ihn von ganzem Herzen suchen,3die auf seinen Wegen wandeln und kein Unrecht tun.4Du hast geboten, fleißig zu halten deine Befehle.5O dass mein Leben deine Gebote mit ganzem Ernst hielte.6Wenn ich schaue allein auf deine Gebote, so werde ich nicht zuschanden.7Ich danke dir mit aufrichtigem Herzen, dass du mich lehrst die Ordnungen deiner Gerechtigkeit.8Deine Gebote will ich halten; verlass mich nimmermehr!9Wie wird ein junger Mann seinen Weg unsträflich gehen? Wenn er sich hält an dein Wort.10Ich suche dich von ganzem Herzen; lass mich nicht abirren von deinen Geboten.11Ich behalte dein Wort in meinem Herzen, damit ich nicht wider dich sündige.12Gelobet seist du, HERR! Lehre mich deine Gebote!13Ich will mit meinen Lippen erzählen alle Urteile deines Mundes.14Ich freue mich über den Weg deiner Zeugnisse wie über allen Reichtum.15Ich will nachsinnen über deine Befehle und schauen auf deine Wege.16Ich habe Freude an deinen Satzungen und vergesse deine Worte nicht.17Tu wohl deinem Knecht, dass ich lebe und dein Wort halte.18Öffne mir die Augen, dass ich sehe die Wunder an deinem Gesetz.19Ich bin ein Gast auf Erden; verbirg deine Gebote nicht vor mir. (Sal 39:13)20Meine Seele verzehrt sich vor Verlangen nach deinen Ordnungen allezeit.21Du schiltst die Stolzen; verflucht sind, die von deinen Geboten abirren. (Dt 27:26; Gl 3:10)22Wende von mir Schmach und Verachtung; denn ich halte mich an deine Zeugnisse.23Fürsten sitzen da und reden wider mich; aber dein Knecht sinnt nach über deine Gebote.24Ich habe Freude an deinen Zeugnissen; sie sind meine Ratgeber.25Meine Seele liegt im Staube; erquicke mich nach deinem Wort.26Ich erzähle dir meine Wege, und du erhörst mich; lehre mich deine Gebote.27Lass mich verstehen den Weg deiner Befehle, so will ich nachsinnen über deine Wunder.28Meine Seele verschmachtet vor Gram; richte mich auf durch dein Wort.29Halte fern von mir den Weg der Lüge und gib mir in Gnaden dein Gesetz.30Ich habe erwählt den Weg der Wahrheit, deine Urteile habe ich vor mich gestellt.31Ich halte an deinen Zeugnissen fest; HERR, lass mich nicht zuschanden werden!32Ich laufe den Weg deiner Gebote; denn du tröstest mein Herz.33Zeige mir, HERR, den Weg deiner Gebote, dass ich sie bewahre bis ans Ende.34Unterweise mich, dass ich bewahre dein Gesetz und es halte von ganzem Herzen.35Führe mich auf dem Steig deiner Gebote; denn ich habe Gefallen daran.36Neige mein Herz zu deinen Zeugnissen und nicht zur Habsucht.37Wende meine Augen ab, dass sie nicht sehen nach unnützer Lehre, und erquicke mich auf deinem Wege.38Erfülle deinem Knecht dein Wort, dass man dich fürchte.39Wende meine Schmach, vor der mir graut; denn deine Urteile sind gut.40Siehe, ich begehre deine Befehle; erquicke mich mit deiner Gerechtigkeit.41HERR, lass mir deine Gnade widerfahren, deine Hilfe nach deinem Wort,42dass ich antworten kann dem, der mich schmäht; denn ich verlasse mich auf dein Wort.43Und nimm ja nicht von meinem Munde das Wort der Wahrheit; denn ich hoffe auf deine Urteile.44Ich will dein Gesetz halten allezeit, immer und ewiglich.45Und ich wandle in weitem Raum; denn ich suche deine Befehle.46Ich rede von deinen Zeugnissen vor Königen und schäme mich nicht. (Mt 10:18)47Ich habe meine Freude an deinen Geboten, sie sind mir sehr lieb,48und hebe meine Hände auf zu deinen Geboten, die mir lieb sind, und sinne nach über deine Weisungen.49Denk an das Wort für deinen Knecht, und lass mich darauf hoffen.50Das ist mein Trost in meinem Elend, dass dein Wort mich erquickt.51Die Stolzen treiben ihren Spott mit mir; dennoch weiche ich nicht von deinem Gesetz.52HERR, wenn ich an deine ewigen Ordnungen denke, so werde ich getröstet.53Zorn erfasst mich über die Frevler, die dein Gesetz verlassen.54Deine Gebote sind mein Lied geworden im Haus, in dem ich Fremdling bin.55HERR, ich gedenke des Nachts an deinen Namen und halte dein Gesetz.56Das ist mein Schatz, dass ich mich an deine Befehle halte.57Ich habe gesagt: HERR, das soll mein Erbe sein, dass ich deine Worte halte.58Ich suche deine Gunst von ganzem Herzen; sei mir gnädig nach deinem Wort.59Ich bedenke meine Wege und lenke meine Füße zu deinen Zeugnissen.60Ich eile und säume nicht, zu halten deine Gebote.61Der Frevler Stricke umschlingen mich; aber dein Gesetz vergesse ich nicht.62Zur Mitternacht stehe ich auf, dir zu danken für die Ordnungen deiner Gerechtigkeit. (Sal 42:9)63Ich halte mich zu allen, die dich fürchten und deine Befehle halten.64HERR, die Erde ist voll deiner Güte; lehre mich deine Gebote.65Du tust Gutes deinem Knecht, HERR, nach deinem Wort.66Lehre mich heilsame Einsicht und Erkenntnis; denn ich glaube deinen Geboten.67Ehe ich gedemütigt wurde, irrte ich; nun aber halte ich dein Wort.68Du bist gütig und freundlich, lehre mich deine Gebote.69Die Stolzen erdichten Lügen über mich, ich aber halte von ganzem Herzen deine Befehle.70Träge wie Fett ist ihr Herz; ich aber habe Freude an deinem Gesetz.71Es ist gut für mich, dass ich gedemütigt wurde, damit ich deine Gebote lerne.72Das Gesetz deines Mundes ist mir lieber als viel tausend Stück Gold und Silber.73Deine Hände haben mich gemacht und bereitet; unterweise mich, dass ich deine Gebote lerne.74Die dich fürchten, sehen mich und freuen sich; denn ich hoffe auf dein Wort.75HERR, ich weiß, dass deine Urteile gerecht sind; in deiner Treue hast du mich gedemütigt.76Deine Gnade soll mein Trost sein, wie du deinem Knecht zugesagt hast.77Lass mir deine Barmherzigkeit widerfahren, dass ich lebe; denn ich habe Freude an deinem Gesetz.78Ach dass die Stolzen zuschanden würden, / die mich mit Lügen niederdrücken! Ich aber sinne nach über deine Befehle.79Ach dass sich zu mir hielten, die dich fürchten und deine Zeugnisse kennen!80Mein Herz bleibe rechtschaffen in deinen Geboten, damit ich nicht zuschanden werde.81Meine Seele verlangt nach deinem Heil; ich hoffe auf dein Wort.82Meine Augen sehnen sich nach deinem Wort und sagen: Wann tröstest du mich?83Ich bin wie ein Weinschlauch im Rauch; doch deine Gebote vergesse ich nicht.84Wie lange soll dein Knecht warten? Wann willst du Gericht halten über meine Verfolger?85Die Stolzen graben mir Gruben, sie, die nicht tun nach deinem Gesetz.86All deine Gebote sind Wahrheit; sie aber verfolgen mich mit Lügen; hilf mir!87Sie haben mich fast umgebracht auf Erden; ich aber verlasse deine Befehle nicht.88Erquicke mich nach deiner Gnade, dass ich halte das Zeugnis deines Mundes.89HERR, dein Wort bleibt ewiglich, so weit der Himmel reicht; (Is 40:8)90deine Wahrheit währet für und für. Du hast die Erde fest gegründet, und sie bleibt stehen.91Nach deinen Ordnungen bestehen sie bis heute; denn es muss dir alles dienen.92Wenn dein Gesetz nicht mein Trost gewesen wäre, so wäre ich vergangen in meinem Elend. (Jer 15:16)93Ich will deine Befehle nimmermehr vergessen; denn du erquickst mich damit.94Ich bin dein, hilf mir; denn ich suche deine Befehle.95Frevler lauern mir auf, dass sie mich umbringen; ich aber merke auf deine Zeugnisse.96Ich habe gesehen, dass alles Vollkommene ein Ende hat, aber dein Gebot bleibt bestehen.97Wie habe ich dein Gesetz so lieb! Täglich sinne ich ihm nach. (Sal 1:2)98Du machst mich mit deinem Gebot weiser, als meine Feinde sind; denn es ist ewiglich mein Schatz.99Ich habe mehr Einsicht als alle meine Lehrer; denn über deine Zeugnisse sinne ich nach.100Ich bin klüger als die Alten; denn ich halte deine Befehle.101Ich verwehre meinem Fuß alle bösen Wege, dass ich dein Wort halte.102Ich weiche nicht von deinen Ordnungen; denn du lehrest mich.103Dein Wort ist meinem Munde süßer als Honig.104Dein Wort macht mich klug; darum hasse ich alle falschen Wege. (Sal 29:1)105Dein Wort ist meines Fußes Leuchte und ein Licht auf meinem Wege. (2 P 1:19)106Ich schwöre und will’s halten: Die Ordnungen deiner Gerechtigkeit will ich bewahren.107Ich bin sehr gedemütigt; HERR, erquicke mich nach deinem Wort!108Lass dir gefallen, HERR, das Opfer meines Mundes, und lehre mich deine Ordnungen. (Sal 19:15)109Mein Leben ist immer in Gefahr; aber dein Gesetz vergesse ich nicht.110Frevler legen mir Schlingen; ich aber irre nicht ab von deinen Befehlen.111Deine Zeugnisse sind mein ewiges Erbe; denn sie sind meines Herzens Wonne.112Ich neige mein Herz, zu tun deine Gebote immer und ewiglich.113Ich hasse die Wankelmütigen und liebe dein Gesetz. (1 R 18:21; Sal 31:7)114Du bist mein Schutz und mein Schild; ich hoffe auf dein Wort.115Weichet von mir, ihr Übeltäter! Ich will halten die Gebote meines Gottes.116Erhalte mich nach deinem Wort, dass ich lebe, und lass mich nicht zuschanden werden in meiner Hoffnung.117Stärke mich, dass ich gerettet werde, so will ich stets Freude haben an deinen Geboten.118Du verwirfst alle, die von deinen Geboten abirren; denn ihr Tun ist Lug und Trug.119Du schaffst alle Frevler auf Erden weg wie Schlacken, darum liebe ich deine Zeugnisse. (Is 1:25)120Ich fürchte mich vor dir, dass mir die Haut schaudert, und ich entsetze mich vor deinen Urteilen.121Ich übe Recht und Gerechtigkeit; übergib mich nicht denen, die mir Gewalt antun wollen.122Tritt ein für deinen Knecht und tröste ihn, dass mir die Stolzen nicht Gewalt antun!123Meine Augen sehnen sich nach deinem Heil und nach dem Wort deiner Gerechtigkeit.124Handle mit deinem Knechte nach deiner Gnade und lehre mich deine Gebote.125Ich bin dein Knecht: Unterweise mich, dass ich verstehe deine Zeugnisse.126Es ist Zeit, dass der HERR handelt; sie haben dein Gesetz zerbrochen.127Darum liebe ich deine Gebote mehr als Gold und feines Gold.128Darum halte ich alle deine Befehle für recht, ich hasse alle falschen Wege. (Sal 29:1)129Deine Zeugnisse sind Wunderwerke; darum hält sie meine Seele.130Wenn dein Wort offenbar wird, so erleuchtet es und macht klug die Unverständigen.131Ich tue meinen Mund weit auf und lechze, denn mich verlangt nach deinen Geboten.132Wende dich zu mir und sei mir gnädig, wie du pflegst zu tun denen, die deinen Namen lieben.133Lass meinen Gang in deinem Wort fest sein und lass kein Unrecht über mich herrschen.134Erlöse mich von der Bedrückung durch Menschen, so will ich halten deine Befehle.135Lass dein Antlitz leuchten über deinen Knecht, und lehre mich deine Gebote.136Wasserbäche fließen aus meinen Augen, weil man dein Gesetz nicht hält.137HERR, du bist gerecht, und deine Urteile sind richtig.138Du hast deine Zeugnisse geboten in Gerechtigkeit und großer Treue.139Ich habe mich fast zu Tode geeifert, weil meine Widersacher deine Worte vergessen. (Sal 69:10)140Dein Wort ist ganz durchläutert, und dein Knecht hat es lieb.141Ich bin gering und verachtet; ich vergesse aber nicht deine Befehle.142Deine Gerechtigkeit ist eine ewige Gerechtigkeit, und dein Gesetz ist Wahrheit.143Angst und Not haben mich getroffen; ich habe aber Freude an deinen Geboten.144Deine Zeugnisse sind gerecht in Ewigkeit; unterweise mich, so lebe ich.145Ich rufe von ganzem Herzen; erhöre mich, HERR; ich will deine Gebote halten.146Ich rufe zu dir, hilf mir, so will ich deine Zeugnisse halten.147Ich komme in der Frühe und rufe um Hilfe; auf dein Wort hoffe ich.148Ich wache auf, wenn’s noch Nacht ist, nachzusinnen über dein Wort.149Höre meine Stimme nach deiner Gnade; HERR, erquicke mich nach deinen Ordnungen.150Meine arglistigen Verfolger nahen; sie sind fern von deinem Gesetz.151HERR, du bist nahe, und alle deine Gebote sind Wahrheit.152Längst weiß ich aus deinen Zeugnissen, dass du sie für ewig gegründet hast.153Sieh doch mein Elend und errette mich; denn ich vergesse dein Gesetz nicht.154Führe meine Sache und erlöse mich; erquicke mich durch dein Wort.155Das Heil ist fern von den Gottlosen; denn sie achten deine Gebote nicht.156HERR, deine Barmherzigkeit ist groß; erquicke mich nach deinen Ordnungen.157Meiner Verfolger und Widersacher sind viele; ich weiche aber nicht von deinen Zeugnissen.158Ich sehe die Verächter und es tut mir wehe, dass sie dein Wort nicht halten.159Siehe, ich liebe deine Befehle; HERR, erquicke mich nach deiner Gnade.160Dein Wort ist nichts als Wahrheit, alle Ordnungen deiner Gerechtigkeit währen ewiglich. (Jn 17:17)161Fürsten verfolgen mich ohne Grund; aber mein Herz fürchtet sich nur vor deinen Worten.162Ich freue mich über dein Wort wie einer, der große Beute macht.163Lügen bin ich feind, und sie sind mir ein Gräuel; aber dein Gesetz habe ich lieb.164Ich lobe dich des Tages siebenmal um deiner gerechten Ordnungen willen.165Großen Frieden haben, die dein Gesetz lieben; sie werden nicht straucheln.166HERR, ich warte auf dein Heil und tue nach deinen Geboten.167Meine Seele hält deine Zeugnisse und liebt sie sehr.168Ich halte deine Befehle und deine Zeugnisse; denn alle meine Wege liegen offen vor dir.169HERR, lass mein Klagen vor dich kommen; unterweise mich nach deinem Wort.170Lass mein Flehen vor dich kommen; errette mich nach deinem Wort.171Meine Lippen sollen dich loben; denn du lehrst mich deine Gebote.172Meine Zunge soll singen von deinem Wort; denn alle deine Gebote sind gerecht.173Lass deine Hand mir beistehen; denn ich habe erwählt deine Befehle.174HERR, mich verlangt nach deinem Heil, und an deinem Gesetz habe ich Freude.175Lass meine Seele leben, dass sie dich lobe, und deine Ordnungen mir helfen.176Ich bin wie ein verirrtes und verlorenes Schaf; suche deinen Knecht, denn ich vergesse deine Gebote nicht.