1David rief die besten Soldaten Israels zusammen, es waren 30.000 Mann.2Gemeinsam mit ihnen zog er nach Baala[1] im Stammesgebiet von Juda, um die Bundeslade von dort ´nach Jerusalem` zu holen – die Lade, die dem HERRN, dem allmächtigen Gott, geweiht war, der über den Kerub-Engeln thront. (Jos 15,9; 1Sam 7,1)3Sie holten die Lade aus Abinadabs Haus, das auf einem Hügel stand, und luden sie auf einen neuen, unbenutzten Wagen. Abinadabs Söhne Usa und Achjo lenkten den Wagen:4´Usa ging` neben der Bundeslade her, und Achjo führte das Rindergespann[2].[3]5David und die Männer Israels tanzten voller Freude vor dem HERRN ´und musizierten dazu` mit Schlaghölzern[4], Zithern und Harfen, mit Tamburinen, Rasseln und Zimbeln.6Als sie zu einem Dreschplatz kamen, der einem Mann namens Nachon gehörte, drohten die Rinder den Wagen umzuwerfen. Usa griff nach der Bundeslade und hielt sie fest.7Da wurde der HERR zornig auf ihn, weil er so vermessen war, ´die Bundeslade zu berühren`. Er ließ Usa an Ort und Stelle neben der Lade sterben.8David war entsetzt darüber, dass der HERR ihn so aus dem Leben gerissen hatte. Er nannte den Platz Perez Usa (»Entreißen Usas«), und so heißt er bis heute.9David bekam Angst vor dem HERRN. »Wie kann ich es jetzt noch wagen, die Bundeslade zu mir zu holen?«, fragte er sich.10Er beschloss, sie doch nicht in die Davidsstadt zu bringen, sondern im Haus Obed-Edoms abzustellen, der aus Gat stammte[5]. (Jos 21,24)11Dort blieb sie drei Monate lang, und der HERR segnete Obed-Edom und seine ganze Familie.12Das wurde König David berichtet. ´Man sagte ihm:` »Der HERR hat Obed-Edom, seine Familie und seinen ganzen Besitz reich gesegnet, weil die Lade Gottes bei ihm ist.« Da ging David zu Obed-Edoms Haus, um die Bundeslade zu holen. In einem Freudenzug brachte er sie in die Davidsstadt.13Als die Männer, die sie trugen, die ersten sechs Schritte zurückgelegt hatten, ´ließ` David ´sie anhalten und` opferte einen Stier und ein Mastkalb.14´Als der Zug sich wieder in Bewegung setzte`, tanzte David mit ganzer Hingabe vor dem HERRN ´und seiner Lade` her. Dabei war er nur mit einem leinenen Priesterschurz bekleidet.15So brachten David und die Israeliten die Lade des HERRN unter Jubel und dem Schall von Widderhörnern nach Jerusalem.16Als die Bundeslade in der Davidsstadt eintraf, schaute Davids Frau Michal, die Tochter Sauls, aus dem Fenster. Sie sah, wie König David vor dem HERRN hüpfte und tanzte, und sie verachtete ihn dafür.17Man trug die Lade in das Zelt, das David für sie errichtet hatte, und stellte sie an den vorgesehenen Platz. David brachte dem HERRN Brandopfer und Gemeinschaftsopfer dar.18Danach segnete er das Volk im Namen des HERRN, des allmächtigen Gottes.19Anschließend ließ er an alle ´versammelten` Israeliten, an Männer wie Frauen, je einen Laib Brot, einen Rosinen- und einen Dattelkuchen[6] verteilen. Danach machten sich alle auf den Heimweg.20Als David nach Hause zurückkehrte und seine Familie begrüßte[7], kam ihm Michal, die Tochter Sauls, entgegen und spottete: »Wie würdevoll ist er heute aufgetreten, der König von Israel! Vor den Frauen seiner Diener[8] hat er sich schamlos entblößt, wie es sonst nur das Gesindel tut.«21Doch David erwiderte: »Zur Ehre des HERRN habe ich getanzt. Er hat mich deinem Vater und allen seinen Nachkommen vorgezogen und mich zum Anführer seines Volkes Israel gemacht. Vor ihm will ich auch in Zukunft tanzen,22selbst wenn ich mich dadurch noch tiefer erniedrige als dieses Mal. Ich will mich selbst für gering halten; aber die Frauen, über die du ´so herablassend` gesprochen hast, die werden mir Ehre erweisen.«23Michal aber, die Tochter Sauls, blieb ihr Leben lang kinderlos.
1Una vez más, David reunió los treinta batallones de soldados escogidos de Israel,2y con todo su ejército partió hacia Balá de Judá para trasladar de allí el arca de Dios, sobre la que se invoca su nombre, el nombre del SEÑOR Todopoderoso que reina entre los querubines.3Colocaron el arca de Dios en una carreta nueva y se la llevaron de la casa de Abinadab, que estaba situada en una colina. Uza y Ajío, hijos de Abinadab, guiaban la carreta nueva4que llevaba el arca de Dios.[1] Ajío iba delante del arca,5mientras David y todo el pueblo de Israel danzaban ante el SEÑOR con gran entusiasmo y cantaban al son de arpas,[2] liras, panderetas, sistros y címbalos. (1Chr 13,8)6Al llegar a la parcela de Nacón, los bueyes tropezaron; pero Uza, extendiendo las manos, sostuvo el arca de Dios.7Entonces la ira del SEÑOR se encendió contra Uza por su atrevimiento y lo hirió de muerte ahí mismo, de modo que Uza cayó fulminado junto al arca.8David se enojó porque el SEÑOR había matado a Uza, así que llamó a aquel lugar Peres Uza,[3] nombre que conserva hasta el día de hoy.9Aquel día David se sintió temeroso del SEÑOR y exclamó: «¡Es mejor que no me lleve el arca del SEÑOR!»10Y, como ya no quería llevarse el arca del SEÑOR a la Ciudad de David, ordenó que la trasladaran a la casa de Obed Edom, oriundo de Gat.11Fue así como el arca del SEÑOR permaneció tres meses en la casa de Obed Edom de Gat, y el SEÑOR lo bendijo a él y a toda su familia.12En cuanto le contaron al rey David que por causa del arca el SEÑOR había bendecido a la familia de Obed Edom y toda su hacienda, David fue a la casa de Obed Edom y, en medio de gran algarabía, trasladó el arca de Dios a la Ciudad de David.13Apenas habían avanzado seis pasos los que llevaban el arca cuando David sacrificó un toro y un ternero engordado.14Vestido tan solo con un efod de lino, se puso a bailar ante el SEÑOR con gran entusiasmo.15Así que entre vítores y al son de cuernos de carnero, David y todo el pueblo de Israel llevaban el arca del SEÑOR.16Sucedió que, al entrar el arca del SEÑOR en la Ciudad de David, Mical hija de Saúl se asomó a la ventana; y, cuando vio que el rey David estaba saltando y bailando delante del SEÑOR, sintió por él un profundo desprecio.17El arca del SEÑOR fue llevada a la tienda de campaña que David le había preparado. La instalaron en su sitio, y David ofreció holocaustos y sacrificios de comunión en presencia del SEÑOR.18Después de ofrecer los holocaustos y los sacrificios de comunión, David bendijo al pueblo en el nombre del SEÑOR Todopoderoso,19y a cada uno de los israelitas que estaban allí congregados, que eran toda una multitud de hombres y mujeres, les repartió pan, una torta de dátiles y una torta de uvas pasas. Después de eso, todos regresaron a sus casas.20Cuando David volvió para bendecir a su familia, Mical, la hija de Saúl, le salió al encuentro y le reprochó: ―¡Qué distinguido se ha visto hoy el rey de Israel, desnudándose como un cualquiera en presencia de las esclavas de sus oficiales!21David le respondió: ―Lo hice en presencia del SEÑOR, quien, en vez de escoger a tu padre o a cualquier otro de su familia, me escogió a mí y me hizo gobernante de Israel, que es el pueblo del SEÑOR. De modo que seguiré bailando en presencia del SEÑOR,22y me rebajaré más todavía, hasta humillarme completamente. Sin embargo, esas mismas esclavas de quienes hablas me rendirán honores.23Y Mical hija de Saúl murió sin haber tenido hijos.