Psalm 36

Neue Genfer Übersetzung

von Genfer Bibelgesellschaft
1 Für den Dirigenten[1]. Von David, dem Diener des HERRN. (Ps 4,1)2 Die Sünde sitzt tief im Herzen des Gottlosen und flüstert ihm zu, was er tun soll.[2] Sich Gott in Ehrfurcht zu unterstellen, käme ihm nie in den Sinn.[3]3 Er gefällt sich darin, Schuld auf sich zu laden und andere zu hassen.4 Über seine Lippen kommt nichts als Lug und Trug; es liegt ihm nichts mehr daran, vernünftig zu handeln und Gutes zu tun.5 Selbst wenn er im Bett liegt, schmiedet er noch unheilvolle Pläne. Er hat den Weg betreten, der alles andere als gut ist. Das Böse verabscheut er nicht.6 HERR, bis an den Himmel reicht deine Gnade, bis zu den Wolken deine Treue.7 Deine Gerechtigkeit ist so beständig wie die Berge, die du geschaffen hast, deine Urteile gründen tief wie das Meer.[4] Ja, du, HERR, hilfst Menschen und Tieren.8 Wie kostbar, o Gott, ist deine Gnade! Menschen suchen Zuflucht im Schatten deiner Flügel.9 Sie dürfen den Reichtum deines Hauses genießen, und aus einem Strom der Freude gibst du ihnen zu trinken.10 Bei dir ist die Quelle allen Lebens, in deinem Licht sehen wir das Licht.11 Lass deine Gnade für immer bei denen bleiben, die dich kennen, und deine Treue[5] bei denen, die von Herzen aufrichtig sind.12 Bewahre mich vor den Fußtritten hochmütiger Menschen; den Gottlosen soll es nicht gelingen, mich mit ihren Händen wegzustoßen.13 Der Augenblick wird kommen, an dem diese niederträchtigen Leute zu Boden stürzen; sie werden niedergestoßen und können nicht mehr aufstehen.[6]

Psalm 36

Nueva Versión Internacional

von Biblica
1 Dice el pecador: «Ser impío lo llevo en el corazón.»[1] No hay temor de Dios delante de sus ojos.2 Cree que merece alabanzas y no halla aborrecible su pecado.3 Sus palabras son inicuas y engañosas; ha perdido el buen juicio y la capacidad de hacer el bien.4 Aun en su lecho trama hacer el mal; se aferra a su mal camino y persiste en la maldad.5 Tu amor, Señor, llega hasta los cielos; tu fidelidad alcanza las nubes.6 Tu justicia es como las altas montañas;[2] tus juicios, como el gran océano. Tú, Señor, cuidas de hombres y animales;7 ¡cuán precioso, oh Dios, es tu gran amor! Todo ser humano halla refugio a la sombra de tus alas.8 Se sacian de la abundancia de tu casa; les das a beber de tu río de deleites.9 Porque en ti está la fuente de la vida, y en tu luz podemos ver la luz.10 Extiende tu amor a los que te conocen, y tu justicia a los rectos de corazón.11 Que no me aplaste el pie del orgulloso, ni me desarraigue la mano del impío.12 Vean cómo fracasan los malvados: ¡caen a tierra, y ya no pueden levantarse!

Psalm 36

La Biblia Textual

von Sociedad Bíblica Iberoamericana
1 El oráculo de iniquidad del impío me dice al corazón: No hay temor de Dios delante de sus ojos.2 Se ilusiona de que su culpa no será descubierta ni aborrecida.3 Las palabras de su boca son de maldad y engaño, Ha dejado de actuar con sensatez para hacer el bien.4 Trama iniquidad sobre su cama, Se mantiene en camino no bueno, Pues lo malo no aborrece.5 Oh YHVH, tu misericordia llega hasta los cielos, Y hasta las nubes tu fidelidad.6 Tu justicia es semejante a los montes de Dios, Tus juicios, al inmenso abismo. Tú, oh YHVH, preservas al hombre y la bestia.7 ¡Oh ’Elohim, cuán preciosa es tu misericordia! Por eso los hombres se amparan bajo la sombra de tus alas.8 Serán completamente saciados con la grosura de tu Casa, Y los abrevarás del torrente de tus delicias.9 Porque contigo está el manantial de la vida, En tu luz veremos la luz.10 Extiende tu misericordia a los que te conocen, Y tu justicia a los rectos de corazón.11 No me alcance el pie de la soberbia, Ni me mueva la mano del malvado.12 Entonces caerán los que obran iniquidad, Serán derribados, y no podrán levantarse.