1Moisés continuó su discurso y dijo: «Escuchen ahora con atención, israelitas, las leyes que les doy y obedézcanlas, si quieren vivir y entrar a poseer la tierra que les da el SEÑOR, Dios de sus padres.2No añadan otras leyes ni quiten ninguna de las que ahora les doy. Pónganlas en práctica, porque se las ha dado el SEÑOR su Dios.3»Ustedes mismos han sido testigos de lo que el SEÑOR hizo en Baal Peor, donde destruyó a los idólatras,4pero dejó con vida a los que de ustedes permanecieron fieles a él.5»Estas son las leyes que ustedes deberán obedecer cuando lleguen a la tierra donde vivirán. Han sido dadas por el SEÑOR mi Dios.6Si las obedecen, obtendrán reputación de sabiduría e inteligencia. Cuando las naciones que los rodeen oigan estas leyes, exclamarán: “¿Qué otra nación es tan sabia y prudente como Israel?”.7Porque ¿qué otra nación, grande o pequeña, tiene a Dios entre ellos como el SEÑOR nuestro Dios está entre nosotros siempre que lo invocamos?8¿Qué nación, no importa cuán grande sea, tiene leyes tan justas como las que les estoy dando hoy?9Pero ¡cuidado! No olviden jamás lo que Dios hace por ustedes. Cuenten a sus hijos y a sus nietos los gloriosos milagros que él ha hecho.10Cuéntenles especialmente acerca del día en que estuvieron delante del SEÑOR en el monte Horeb, y él me dijo: “Reúne al pueblo delante de mí, y yo les enseñaré, para que aprendan a obedecerme y también para que les enseñen estas leyes a sus hijos”.11Ustedes se reunieron al pie del monte y el monte ardía con fuego en medio de la oscuridad,12y el SEÑOR les habló desde el fuego. Ustedes oyeron sus palabras y nada más, pero ¡nunca lo vieron!13Esa fue la manera con la que Dios proclamó sus leyes que ustedes deben obedecer. Son los Diez Mandamientos, y los escribió en dos tablas de piedra.14En aquel tiempo el SEÑOR me ordenó que les entregara las leyes que deben obedecer tan pronto entren en la Tierra prometida.
Prohibición de la idolatría
15»Pero ¡cuidado! Ustedes no vieron la figura de Dios el día en que les habló desde el fuego en el monte Horeb,16-17de modo que no se corrompan tratando de hacer una imagen de Dios, sea en forma de hombre, de mujer, de animal, de ave,18de reptil que se arrastre sobre la tierra, o de pez.19No levanten la vista a los cielos para adorar al sol, la luna o las estrellas. El SEÑOR le ha tolerado esto a otras naciones, pero no a ustedes.20El SEÑOR los ha rescatado de Egipto (tan destructor como un horno) para que sean su pueblo escogido, su heredad. Esto es lo que ustedes son hoy.21El SEÑOR se enojó conmigo a causa de ustedes. Juró que yo no cruzaría el río Jordán para entrar a la buena tierra que él les ha dado a ustedes como heredad.22Ustedes la poseerán, pero yo moriré aquí, a este lado del río.23Cuídense de no quebrantar el pacto del SEÑOR su Dios. Si se fabrican ídolos, lo estarán quebrantando, porque el SEÑOR, el Dios de ustedes, lo ha prohibido.24Él es fuego devorador, Dios celoso.25»En el futuro, cuando los hijos y nietos de ustedes hayan nacido y hayan vivido en la tierra largo tiempo, si se corrompen haciendo ídolos y el SEÑOR su Dios se enoja con ustedes a causa de su pecado,26el cielo y la tierra son testigos de que pronto serán ustedes destruidos en la tierra. En poco tiempo cruzarán el río Jordán y conquistarán aquella tierra. Pero sus días en ella serán cortos; serán completamente destruidos.27El SEÑOR los esparcirá entre las naciones y serán muy pocos en número.28Allí, lejos de su tierra, servirán ídolos de madera y de piedra, hechos por la gente, ídolos que no ven ni oyen, no comen ni huelen.29»Pero entonces comenzarán a buscar otra vez al SEÑOR su Dios, y lo encontrarán si lo buscan con todo el corazón y toda el alma.30Cuando esos días amargos vengan sobre ustedes en los últimos tiempos, se volverán al SEÑOR su Dios y oirán lo que les dice.31Porque el SEÑOR su Dios es misericordioso; él no los abandonará ni los destruirá ni olvidará el pacto y las promesas hechas a sus antepasados.
El Señor es Dios
32»Analicen la historia desde que Dios creó al ser humano sobre la tierra, y busquen desde un extremo del cielo al otro, para ver si pueden encontrar algo semejante a esto:33Que toda una nación oyó la voz de Dios hablándoles desde el fuego, como pasó con ustedes, y vivió.34¿Dónde se informa de que algún dios hubiera sacado a una nación de la esclavitud por medio de plagas terribles, milagros poderosos, guerra y terror? Sin embargo, eso es exactamente lo que el SEÑOR su Dios hizo por ustedes en Egipto ante sus mismos ojos.35Él hizo estas cosas para que ustedes comprendan que el SEÑOR es Dios; y que no hay ninguno como él.36Dios les permitió oír su voz dando órdenes desde el cielo, y les dejó ver la gran columna de fuego sobre la tierra; y oyeron sus palabras desde el centro del fuego.37»El SEÑOR los sacó a ustedes de Egipto con gran demostración de poder porque amó a sus antepasados y quiso bendecir a sus descendientes.38El SEÑOR desechó a otras naciones más poderosas y numerosas que ustedes, y la tierra que era de ellos se la dio a ustedes como heredad.39Piensen en esto hoy y reflexionen: El SEÑOR es Dios en el cielo y en la tierra, y no hay otro Dios sino solo el SEÑOR.40Deben obedecer las leyes que les doy en este día para que ustedes y sus hijos tengan bienestar y puedan vivir para siempre en la tierra que el SEÑOR su Dios les da».
Ciudades de refugio
41Entonces Moisés instruyó al pueblo de Israel para que apartaran tres ciudades al oriente del río Jordán42donde pudiera refugiarse cualquier persona que diera muerte a otra por accidente.43Estas ciudades eran Béser en la llanura del desierto para la tribu de Rubén; Ramot de Galaad para la tribu de Gad; y Golán de Basán para la de Manasés.
Introducción de la ley
44-46Estas son las leyes que Moisés entregó al pueblo de Israel cuando salieron de Egipto y estuvieron acampados al oriente del río Jordán cerca de la ciudad de Bet Peor. (Este había sido parte del territorio de Sijón, rey de los amorreos. Su capital era Hesbón; él y su pueblo fueron destruidos por Moisés y los israelitas.47Israel conquistó su tierra y la del rey Og de Basán. Ellos eran los dos reyes amorreos que estaban al oriente del Jordán.48Israel también conquistó el territorio que se extiende desde Aroer a orillas del río Arnón hasta el monte Sirión o monte Hermón, como se le llama a veces,49y todo el Arabá al oriente del Jordán hasta el Mar Salado, al pie de las laderas del Pisgá).
5.Mose 4
Nueva Versión Internacional (Castellano)
Exhortación a la obediencia
1»Ahora, israelitas, escuchad los preceptos y las normas que os enseñé, para que los pongáis en práctica. Así viviréis y podréis entrar en la tierra que el SEÑOR y Dios de vuestros antepasados os da en posesión.2No añadáis ni quitéis palabra alguna a esto que yo os ordeno. Más bien, cumplid los mandamientos del SEÑOR vuestro Dios.3»Vosotros visteis con vuestros propios ojos lo que el SEÑOR hizo en Baal Peor, y cómo el SEÑOR vuestro Dios destruyó de entre vosotros a todos los que siguieron al dios de ese lugar.4Pero vosotros, los que os mantuvisteis fieles al SEÑOR vuestro Dios, todavía estáis vivos.5»Mirad, yo os he enseñado los preceptos y las normas que me ordenó el SEÑOR mi Dios, para que vosotros los pongáis en práctica en la tierra de la que ahora vais a tomar posesión.6Obedecedlos y ponedlos en práctica; así demostraréis vuestra sabiduría e inteligencia ante las naciones. Ellas oirán todos estos preceptos, y dirán: “En verdad, este es un pueblo sabio e inteligente; ¡esta es una gran nación!”7¿Qué otra nación hay tan grande como la nuestra? ¿Qué nación tiene dioses tan cerca de ella como lo está de nosotros el SEÑOR nuestro Dios cada vez que lo invocamos?8¿Y qué nación hay tan grande que tenga normas y preceptos tan justos, como toda esta ley que hoy os expongo?9»¡Pero tened cuidado! Prestad atención y no olvidéis las cosas que han visto vuestros ojos, ni las apartéis de vuestro corazón mientras viváis. Contádselas a vuestros hijos y a vuestros nietos.10El día que estuvisteis ante el SEÑOR vuestro Dios en Horeb, él me dijo: “Convoca al pueblo para que se presente ante mí y oiga mis palabras, para que aprenda a temerme todo el tiempo que viva en la tierra, y para que enseñe esto mismo a sus hijos”.11Vosotros os acercasteis al pie de la montaña, y allí permanecisteis, mientras la montaña ardía en llamas que llegaban hasta el cielo mismo, entre negros nubarrones y densa oscuridad.12Entonces el SEÑOR os habló desde el fuego, y vosotros oísteis el sonido de las palabras, pero no visteis forma alguna; solo se oía una voz.13El SEÑOR os dio a conocer su pacto, los diez mandamientos, los cuales escribió en dos tablas de piedra y os ordenó que los pusierais en práctica.14En aquel tiempo el SEÑOR me ordenó que os enseñara los preceptos y normas que deberéis poner en práctica en la tierra que vais a poseer al cruzar el Jordán.
Prohibición de la idolatría
15»El día que el SEÑOR os habló en Horeb, en medio del fuego, no visteis ninguna figura. Por lo tanto, tened mucho cuidado16de no corromperos haciendo ídolos o figuras que tengan forma o imagen de hombre o de mujer,17o de animales que caminan sobre la tierra, o de aves que vuelan por el aire,18o de reptiles que se arrastran por la tierra, o de peces que viven en las aguas debajo de la tierra.19De lo contrario, cuando levantéis los ojos y veáis todo el ejército del cielo —es decir, el sol, la luna y las estrellas—, podéis sentiros tentados a postraros ante ellos y adorarlos. Esos astros se los ha dado vuestro SEÑOR y Dios a todas las naciones que están debajo del cielo.20Pero a vosotros el SEÑOR os tomó y os sacó de Egipto, de ese horno donde se funde el hierro, para que fuerais el pueblo de su propiedad, como lo sois ahora.21»Sin embargo, por vuestra culpa el SEÑOR se enojó conmigo y juró que yo no cruzaría el Jordán ni entraría en la buena tierra que el SEÑOR vuestro Dios os da en posesión.22Yo moriré en esta tierra sin haber cruzado el Jordán, pero vosotros sí lo cruzaréis y tomaréis posesión de esa buena tierra.23Tened, pues, cuidado de no olvidar el pacto que el SEÑOR vuestro Dios ha hecho con vosotros. No os fabriquéis ídolos de ninguna figura que el SEÑOR vuestro Dios os haya prohibido,24porque el SEÑOR vuestro Dios es fuego consumidor y Dios celoso.25»Si después de haber tenido hijos y nietos, y de haber vivido en la tierra mucho tiempo, os corrompéis y os fabricáis ídolos y toda clase de figuras, haciendo así lo malo ante el SEÑOR vuestro Dios y provocándolo a ira,26hoy pongo al cielo y a la tierra por testigos contra vosotros, de que muy pronto desapareceréis de la tierra que vais a poseer al cruzar el Jordán. No viviréis allí mucho tiempo, sino que seréis destruidos por completo.27El SEÑOR os dispersará entre las naciones, y entre todas ellas solo quedaréis esparcidos unos pocos.28Allí adoraréis a dioses de madera y de piedra, hechos por seres humanos: dioses que no pueden ver ni oír, ni comer ni oler.29»Pero, si desde allí buscas al SEÑOR tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, lo encontrarás.30Y al cabo del tiempo, cuando hayas vivido en medio de todas esas angustias y dolores, volverás al SEÑOR tu Dios y escucharás su voz.31Porque el SEÑOR tu Dios es un Dios compasivo, que no te abandonará ni te destruirá, ni se olvidará del pacto que mediante juramento hizo con tus antepasados.
El Señor es Dios
32»Investiga los tiempos pasados, desde el día que Dios creó al ser humano en la tierra, y examina la tierra de un extremo a otro del cielo. ¿Ha sucedido algo así de grandioso, o se ha sabido alguna vez de algo semejante?33¿Qué pueblo ha oído a Dios[1] hablarle en medio del fuego, como lo has oído tú, y ha vivido para contarlo?34¿Qué dios ha intentado entrar en una nación y tomarla para sí mediante pruebas, señales, milagros, guerras, actos portentosos y gran despliegue de fuerza y de poder,[2] como hizo por ti el SEÑOR tu Dios en Egipto, ante tus propios ojos?35»A ti se te ha mostrado todo esto para que sepas que el SEÑOR es Dios, y que no hay otro fuera de él.36Desde el cielo te permitió escuchar su voz, para instruirte. Y en la tierra te permitió ver su gran fuego, desde el cual te habló.37El SEÑOR amó a tus antepasados y escogió a la descendencia de ellos; por eso él mismo personalmente te sacó de Egipto con gran poder,38y ante tus propios ojos desalojó a naciones más grandes y más fuertes que tú, para hacerte entrar en su tierra y dártela en posesión, como sucede hoy.39»Reconoce y considera seriamente hoy que el SEÑOR es Dios arriba en el cielo y abajo en la tierra, y que no hay otro.40Obedece sus preceptos y normas que hoy te mando cumplir. De este modo, a ti y a tus descendientes os irá bien, y permaneceréis mucho tiempo en la tierra que el SEÑOR vuestro Dios os da para siempre».
Ciudades de refugio
41Entonces Moisés reservó tres ciudades al este del Jordán,42para que en alguna de ellas pudiera refugiarse el que, sin premeditación ni rencor alguno, hubiera matado a su prójimo. De este modo tendría a dónde huir para ponerse a salvo.43Para los rubenitas designó Béser en el desierto, en la planicie; para los gaditas, Ramot de Galaad; y para los manasesitas, Golán de Basán.
Introducción a la ley
44Esta es la ley que Moisés expuso a los israelitas.45Estos son los mandatos, preceptos y normas que Moisés les dictó después de que salieron de Egipto,46cuando todavía estaban al este del Jordán, en el valle cercano a Bet Peor. Era la tierra de Sijón, rey de los amorreos, que vivía en Hesbón y que había sido derrotado por Moisés y los israelitas cuando salieron de Egipto.47Los israelitas tomaron posesión de su tierra y de la tierra de Og, rey de Basán, es decir, de los dos reyes amorreos cuyos territorios estaban al este del Jordán.48Este territorio se extendía desde Aroer, a la orilla del arroyo Arnón, hasta el monte Sirión,[3] es decir, el monte Hermón. (5Mo 3,9)49Incluía además todo el Arabá al este del Jordán, hasta el mar del Arabá, en las laderas del monte Pisgá.