1En aquel día dirán: ―¡Alaben al SEÑOR! Estuvo airado conmigo, pero ahora me consuela.2¡Miren! ¡Dios ha acudido a salvarme! Estaré confiado y no temeré, porque el SEÑOR es mi fuerza y mi canción, ¡él es mi salvación!3¡Oh, qué gozo es beber hasta saciarse de la fuente de salvación!4En aquel admirable día dirán: ―¡Den gracias al SEÑOR! ¡Alaben su nombre! Cuéntenle al mundo de su maravilloso amor. ¡Cuán poderoso es!5¡Cántenle al SEÑOR, pues ha realizado maravillas! Den a conocer su alabanza en la redondez del mundo.6Cante jubiloso su canto de reconocimiento todo el pueblo de Jerusalén. Porque grande y poderoso es el Santo de Israel, que mora entre ustedes.
1En aquel día tú dirás: «Señor, yo te alabaré aunque te hayas enojado conmigo. Tu ira se ha calmado, y me has dado consuelo.2¡Dios es mi salvación! Confiaré en él y no temeré. El Señor es mi fuerza, el Señor es mi canción; ¡él es mi salvación!»3Con alegría sacarán ustedes agua de las fuentes de la salvación.4En aquel día se dirá: «Alaben al Señor, invoquen su nombre; den a conocer entre los pueblos sus obras; proclamen la grandeza de su nombre.5Canten salmos al Señor, porque ha hecho maravillas; que esto se dé a conocer en toda la tierra.6¡Canta y grita de alegría, habitante de Sión; realmente es grande, en medio de ti, el Santo de Israel!»