Richter 10

Einheitsübersetzung 2016

von Katholisches Bibelwerk
1 Nach Abimelech trat Tola auf, der Sohn Puwas, des Sohnes Dodos, um Israel zu retten, ein Mann aus Issachar. Er wohnte in Schamir auf dem Gebirge Efraim. (1Mo 46,13; 4Mo 26,23)2 Er richtete Israel dreiundzwanzig Jahre lang. Dann starb er und wurde in Schamir begraben.3 Nach ihm trat Jaïr aus Gilead auf; er richtete Israel zweiundzwanzig Jahre lang. (4Mo 32,41; 5Mo 3,14; Jos 13,30)4 Er hatte dreißig Söhne, die auf dreißig Eseln ritten und dreißig Städte besaßen. Man nennt sie bis auf den heutigen Tag die Zeltdörfer Jaïrs; sie liegen im Land Gilead.5 Jaïr starb und wurde in Kamon begraben.6 Die Israeliten taten wieder, was in den Augen des HERRN böse ist. Sie dienten den Baalen und Astarten, den Göttern Arams, den Göttern Sidons, den Göttern Moabs, den Göttern der Ammoniter und den Göttern der Philister. Sie verließen den HERRN und dienten ihm nicht.7 Deshalb entbrannte der Zorn des HERRN gegen Israel und er lieferte sie in die Hand der Philister und der Ammoniter aus.8 Sie zerschlugen und misshandelten die Israeliten in jener Zeit achtzehn Jahre lang, alle Israeliten jenseits des Jordan im Land der Amoriter, in Gilead.9 Dann kamen die Ammoniter über den Jordan, um auch gegen Juda, Benjamin und das Haus Efraim Krieg zu führen. Israel geriet in große Bedrängnis,10 und die Israeliten schrien zum HERRN: Wir haben gegen dich gesündigt; denn wir haben unseren Gott verlassen und den Baalen gedient.11 Der HERR erwiderte den Israeliten: Nicht wahr, von Ägypten an, auch von den Amoritern, Ammonitern und Philistern her,12 und als die Sidonier, Amalek und Maon euch unterdrückt haben und ihr zu mir geschrien habt, da habe ich euch aus ihrer Hand gerettet.13 Ihr aber habt mich verlassen und anderen Göttern gedient. Darum werde ich euch nicht mehr retten.14 Geht und schreit doch zu den Göttern, die ihr euch erwählt habt; sollen doch die euch retten in der Zeit eurer Not.15 Die Israeliten sagten zum HERRN: Wir haben gesündigt. Handle du an uns ganz so, wie es gut ist in deinen Augen, nur rette uns heute!16 Und sie entfernten die fremden Götter aus ihrer Mitte und dienten dem HERRN. Da wurde ihm die Mühsal Israels unerträglich.17 Die Ammoniter wurden aufgeboten und schlugen ihr Lager in Gilead auf. Auch die Israeliten versammelten sich; sie bezogen ihr Lager in Mizpa.18 Das Volk, die Obersten Gileads, sagten zueinander: Wer ist der Mann, der den Kampf gegen die Ammoniter aufnimmt? Er soll das Haupt aller Bewohner Gileads werden.

Richter 10

Nueva Versión Internacional (Castellano)

von Biblica
1 Después de Abimélec surgió un hombre de Isacar para salvar a Israel. Se llamaba Tola, y era hijo de Fuvá y nieto de Dodó. Vivía en Samir, en la región montañosa de Efraín,2 y gobernó a Israel durante veintitrés años; entonces murió, y fue sepultado en Samir.3 A Tola le sucedió Yaír de Galaad, que gobernó a Israel durante veintidós años.4 Tuvo treinta hijos, cada uno de los cuales montaba su propio asno y gobernaba su propia ciudad en Galaad. Hasta el día de hoy estas ciudades se conocen como«los poblados de Yaír».[1]5 Cuando murió Yaír, fue sepultado en Camón.6 Una vez más, los israelitas hicieron lo que ofende al SEÑOR. Adoraron a los ídolos de Baal y a las imágenes de Astarté; a los dioses de Aram, Sidón y Moab, y a los de los amonitas y los filisteos. Y, como los israelitas abandonaron al SEÑOR y no le sirvieron más,7 él se enfureció contra ellos. Los vendió a los filisteos y a los amonitas,8 los cuales, desde entonces y durante dieciocho años, destrozaron y agobiaron a todos los israelitas que vivían en Galaad, un territorio amorreo, al otro lado del Jordán.9 También los amonitas cruzaron el Jordán para luchar contra las tribus de Judá, Benjamín y Efraín, por lo que Israel se encontró en una situación de extrema angustia.10 Entonces los israelitas clamaron al SEÑOR: ―¡Hemos pecado contra ti, al abandonar a nuestro Dios y adorar a los ídolos de Baal!11 El SEÑOR respondió: ―Cuando los egipcios, los amorreos, los amonitas, los filisteos,12 los sidonios, los amalecitas y los madianitas[2] os oprimían y vosotros clamasteis a mí para que os ayudara, ¿acaso no os libré de su dominio?13 Pero vosotros me habéis abandonado y habéis servido a otros dioses; por lo tanto, no os volveré a salvar.14 Id y clamad a los dioses que habéis escogido. ¡Que ellos os libren en tiempo de angustia!15 Pero los israelitas le contestaron al SEÑOR: ―Hemos pecado. Haz con nosotros lo que mejor te parezca, pero te rogamos que nos salves en este día.16 Entonces se deshicieron de los dioses extranjeros que había entre ellos y sirvieron al SEÑOR. Y el SEÑOR no pudo soportar más el sufrimiento de Israel.17 Cuando los amonitas fueron convocados y acamparon en Galaad, los israelitas se reunieron y acamparon en Mizpa.18 Los jefes y el pueblo de Galaad se dijeron el uno al otro: «El que inicie el ataque contra los amonitas será el caudillo de todos los que viven en Galaad».