1Nach Abimelech trat Tola auf, der Sohn Puwas, des Sohnes Dodos, um Israel zu retten, ein Mann aus Issachar. Er wohnte in Schamir auf dem Gebirge Efraim. (1Mo 46,13; 4Mo 26,23)2Er richtete Israel dreiundzwanzig Jahre lang. Dann starb er und wurde in Schamir begraben.3Nach ihm trat Jaïr aus Gilead auf; er richtete Israel zweiundzwanzig Jahre lang. (4Mo 32,41; 5Mo 3,14; Jos 13,30)4Er hatte dreißig Söhne, die auf dreißig Eseln ritten und dreißig Städte besaßen. Man nennt sie bis auf den heutigen Tag die Zeltdörfer Jaïrs; sie liegen im Land Gilead.5Jaïr starb und wurde in Kamon begraben.
DER RICHTER JIFTACH
Israels Unterdrückung durch die Philister und die Ammoniter
6Die Israeliten taten wieder, was in den Augen des HERRN böse ist. Sie dienten den Baalen und Astarten, den Göttern Arams, den Göttern Sidons, den Göttern Moabs, den Göttern der Ammoniter und den Göttern der Philister. Sie verließen den HERRN und dienten ihm nicht.7Deshalb entbrannte der Zorn des HERRN gegen Israel und er lieferte sie in die Hand der Philister und der Ammoniter aus.8Sie zerschlugen und misshandelten die Israeliten in jener Zeit achtzehn Jahre lang, alle Israeliten jenseits des Jordan im Land der Amoriter, in Gilead.9Dann kamen die Ammoniter über den Jordan, um auch gegen Juda, Benjamin und das Haus Efraim Krieg zu führen. Israel geriet in große Bedrängnis,10und die Israeliten schrien zum HERRN: Wir haben gegen dich gesündigt; denn wir haben unseren Gott verlassen und den Baalen gedient.11Der HERR erwiderte den Israeliten: Nicht wahr, von Ägypten an, auch von den Amoritern, Ammonitern und Philistern her,12und als die Sidonier, Amalek und Maon euch unterdrückt haben und ihr zu mir geschrien habt, da habe ich euch aus ihrer Hand gerettet.13Ihr aber habt mich verlassen und anderen Göttern gedient. Darum werde ich euch nicht mehr retten.14Geht und schreit doch zu den Göttern, die ihr euch erwählt habt; sollen doch die euch retten in der Zeit eurer Not.15Die Israeliten sagten zum HERRN: Wir haben gesündigt. Handle du an uns ganz so, wie es gut ist in deinen Augen, nur rette uns heute!16Und sie entfernten die fremden Götter aus ihrer Mitte und dienten dem HERRN. Da wurde ihm die Mühsal Israels unerträglich.
Jiftachs Einsetzung zum Haupt und Anführer der Gileaditer
17Die Ammoniter wurden aufgeboten und schlugen ihr Lager in Gilead auf. Auch die Israeliten versammelten sich; sie bezogen ihr Lager in Mizpa.18Das Volk, die Obersten Gileads, sagten zueinander: Wer ist der Mann, der den Kampf gegen die Ammoniter aufnimmt? Er soll das Haupt aller Bewohner Gileads werden.
1Después de Abimélec surgió un hombre de Isacar para salvar a Israel. Se llamaba Tola, y era hijo de Fuvá y nieto de Dodó. Vivía en Samir, en la región montañosa de Efraín,2y gobernó a Israel durante veintitrés años; entonces murió, y fue sepultado en Samir.
Yaír
3A Tola le sucedió Yaír de Galaad, que gobernó a Israel durante veintidós años.4Tuvo treinta hijos, cada uno de los cuales montaba su propio asno y gobernaba su propia ciudad en Galaad. Hasta el día de hoy estas ciudades se conocen como«los poblados de Yaír».[1]5Cuando murió Yaír, fue sepultado en Camón.
Jefté
6Una vez más, los israelitas hicieron lo que ofende al SEÑOR. Adoraron a los ídolos de Baal y a las imágenes de Astarté; a los dioses de Aram, Sidón y Moab, y a los de los amonitas y los filisteos. Y, como los israelitas abandonaron al SEÑOR y no le sirvieron más,7él se enfureció contra ellos. Los vendió a los filisteos y a los amonitas,8los cuales, desde entonces y durante dieciocho años, destrozaron y agobiaron a todos los israelitas que vivían en Galaad, un territorio amorreo, al otro lado del Jordán.9También los amonitas cruzaron el Jordán para luchar contra las tribus de Judá, Benjamín y Efraín, por lo que Israel se encontró en una situación de extrema angustia.10Entonces los israelitas clamaron al SEÑOR: ―¡Hemos pecado contra ti, al abandonar a nuestro Dios y adorar a los ídolos de Baal!11El SEÑOR respondió: ―Cuando los egipcios, los amorreos, los amonitas, los filisteos,12los sidonios, los amalecitas y los madianitas[2] os oprimían y vosotros clamasteis a mí para que os ayudara, ¿acaso no os libré de su dominio?13Pero vosotros me habéis abandonado y habéis servido a otros dioses; por lo tanto, no os volveré a salvar.14Id y clamad a los dioses que habéis escogido. ¡Que ellos os libren en tiempo de angustia!15Pero los israelitas le contestaron al SEÑOR: ―Hemos pecado. Haz con nosotros lo que mejor te parezca, pero te rogamos que nos salves en este día.16Entonces se deshicieron de los dioses extranjeros que había entre ellos y sirvieron al SEÑOR. Y el SEÑOR no pudo soportar más el sufrimiento de Israel.17Cuando los amonitas fueron convocados y acamparon en Galaad, los israelitas se reunieron y acamparon en Mizpa.18Los jefes y el pueblo de Galaad se dijeron el uno al otro: «El que inicie el ataque contra los amonitas será el caudillo de todos los que viven en Galaad».