von Katholisches Bibelwerk1Das Volk, das in der Finsternis ging, / sah ein helles Licht;
über denen, die im Land des Todesschattens wohnten, / strahlte ein Licht auf. (Jes 60,2)2Du mehrtest die Nation, / schenktest ihr große Freude.
Man freute sich vor deinem Angesicht, / wie man sich freut bei der Ernte, / wie man jubelt, wenn Beute verteilt wird.3Denn sein drückendes Joch und den Stab auf seiner Schulter, / den Stock seines Antreibers zerbrachst du wie am Tag von Midian. (Ri 7,1; Jes 10,27; Jes 14,25)4Jeder Stiefel, der dröhnend daherstampft, / jeder Mantel, im Blut gewälzt, / wird verbrannt, wird ein Fraß des Feuers.5Denn ein Kind wurde uns geboren, / ein Sohn wurde uns geschenkt.
Die Herrschaft wurde auf seine Schulter gelegt. / Man rief seinen Namen aus: Wunderbarer Ratgeber, Starker Gott, / Vater in Ewigkeit, Fürst des Friedens.6Die große Herrschaft / und der Frieden sind ohne Ende auf dem Thron Davids und in seinem Königreich, / es zu festigen und zu stützen durch Recht und Gerechtigkeit, / von jetzt an bis in Ewigkeit.
Der Eifer des HERRN der Heerscharen / wird das vollbringen.
Gerichtsankündigung über das Nordreich
7Ein Wort hat der Herr gegen Jakob gesandt, / es fiel nieder in Israel.8Das ganze Volk sollte erkennen, / Efraim und die Bewohner von Samaria, / die in Anmaßung und Größenwahn sagten:9Ziegelmauern sind gefallen, / jetzt bauen wir mit Quadersteinen auf;
Maulbeerbäume wurden gefällt, / Zedern lassen wir nachwachsen!10Da machte der HERR die Gegner Rezins gegen es stark / und stachelte seine Feinde an:11Aram vom Osten, die Philister vom Westen / und sie fraßen Israel mit gierigem Maul.
Bei alldem hat sich sein Zorn nicht gewendet / und noch ist seine Hand ausgestreckt. (Jes 5,25; Jes 9,16)12Aber das Volk kehrte nicht um zu dem, der es schlug; / den HERRN der Heerscharen suchten sie nicht.13Da schnitt der HERR Kopf und Schwanz von Israel ab, / Sprosse und Binse an einem Tag. (Jes 19,15)14Die Ältesten und Angesehenen, sie sind der Kopf; / der Prophet und Lügenlehrer, er ist der Schwanz.15Die diesem Volk die Schritte vorgaben, / leiteten in die Irre, / verwirrt waren, die diese Schritte gingen. (Jes 3,12)16Deshalb freut sich der Herr nicht über seine jungen Männer / und über seine Waisen und Witwen erbarmt er sich nicht.
Denn ein jeder ist gottlos und tut Böses / und jeder Mund redet Schändliches.
Bei alldem hat sich sein Zorn nicht gewendet / und noch bleibt seine Hand ausgestreckt.17Denn der Frevel brannte wie Feuer, / Dornen und Disteln fraß er.
Er entzündete das Dickicht des Waldes / und es wirbelte in Rauchschwaden auf.18Durch den Grimm des HERRN der Heerscharen ist das Land versengt; / das Volk wurde ein Raub der Flammen. / Keiner verschonte den andern:19Man schlang zur Rechten und blieb hungrig, / man fraß zur Linken und wurde nicht satt. / Jeder frisst das Fleisch seines eigenen Armes:20Manasse den Efraim und Efraim den Manasse / und beide zusammen gegen Juda.
Bei alldem hat sich sein Zorn nicht gewendet / und noch bleibt seine Hand ausgestreckt.
1A pesar de todo, no habrá más penumbra para la que estuvo angustiada. En el pasado Dios humilló a la tierra de Zabulón y a la tierra de Neftalí; pero en el futuro honrará a Galilea, tierra de paganos, en el camino del mar, al otro lado del Jordán.2El pueblo que andaba en la oscuridad ha visto una gran luz; sobre los que vivían en densas tinieblas la luz ha resplandecido.3Tú has hecho que la nación crezca; has aumentado su alegría. Y se alegran ellos en tu presencia como cuando recogen la cosecha, como cuando reparten el botín.4Ciertamente tú has quebrado, como en la derrota de Madián, el yugo que los oprimía, la barra que pesaba sobre sus hombros, el bastón de mando que los subyugaba.5Todas las botas guerreras que resonaron en la batalla, y toda la ropa teñida en sangre serán arrojadas al fuego, serán consumidas por las llamas.6Porque nos ha nacido un niño, se nos ha concedido un hijo; la soberanía reposará sobre sus hombros, y se le darán estos nombres: Consejero admirable, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz.7Se extenderán su soberanía y su paz, y no tendrán fin. Gobernará sobre el trono de David y sobre su reino, para establecerlo y sostenerlo con justicia y rectitud desde ahora y para siempre. Esto lo llevará a cabo el celo del Señor Todopoderoso.
El enojo del Señor contra Israel
8El Señor ha enviado su palabra; la ha enviado contra Jacob, ¡ya cae sobre Israel!9De esto se entera todo el pueblo —Efraín y los habitantes de Samaria—, todos los que dicen con orgullo y con altivez de corazón:10«Si se caen los ladrillos, recostruiremos con piedra tallada; si se caen las vigas de higuera, las repondremos con vigas de cedro.»11Pero el Señor ha fortalecido a los adversarios de Rezín; ha incitado a sus enemigos.12Los sirios en el este y los filisteos en el oeste se comieron a Israel de un solo bocado. A pesar de todo esto, la ira de Dios no se ha aplacado; ¡su mano aún sigue extendida!13Pero el pueblo no ha querido reconocer al que lo ha castigado; no ha buscado al Señor Todopoderoso.14Por eso en un mismo día el Señor le cortará a Israel la cabeza y la cola, la palmera y el junco.15La cabeza son los ancianos y la gente de alto rango; la cola son los profetas, maestros de mentiras.16Los guías de este pueblo lo han extraviado; los que se dejan guiar son confundidos.17Por eso no se complacerá el Señor en los jóvenes, ni se apiadará de huérfanos y viudas, porque todos ellos son impíos y malvados; sus labios profieren necedades. A pesar de todo esto, la ira de Dios no se ha aplacado; ¡su mano aún sigue extendida!18La maldad arde como un fuego que consume zarzas y espinos, que incendia la espesura del bosque y sube luego, como torbellino, en una columna de humo.19Por la ira del Señor Todopoderoso arderá en fuego la tierra. Y el pueblo será el combustible: ¡Nadie se compadecerá de su hermano!20Unos comerán lo que esté a su mano derecha, pero se quedarán con hambre; otros comerán lo que esté a su izquierda, pero no quedarán satisfechos. ¡Se comerán a sus propios hijos![1]21Manasés se comerá a Efraín, y Efraín a Manasés, y los dos juntos atacarán a Judá. A pesar de todo esto, la ira de Dios no se ha aplacado; ¡su mano aún sigue extendida!