1.Mose 50

Einheitsübersetzung 2016

von Katholisches Bibelwerk
1 Josef fiel auf das Angesicht des Vaters, weinte über ihn und küsste ihn.2 Darauf befahl Josef seinen Dienern, den Ärzten, seinen Vater einzubalsamieren. Die Ärzte balsamierten also Israel ein.3 Darüber vergingen vierzig volle Tage, denn so lange dauerte die Einbalsamierung. Die Ägypter beweinten ihn siebzig Tage lang.4 Als die Tage der Trauer vorüber waren, sagte Josef zu den Hofleuten des Pharao: Wenn ich euer Wohlwollen genieße, dann tragt vor den Ohren des Pharao Folgendes vor:5 Mein Vater hat mich schwören lassen: Siehe, ich werde sterben; in dem Grab, das ich mir im Land Kanaan ausgehauen habe, dort begrabt mich! Jetzt also möchte ich hinaufziehen und meinen Vater begraben; dann komme ich wieder zurück.6 Da sagte der Pharao: Zieh hinauf, begrabe deinen Vater, wie er dich hat schwören lassen!7 Josef zog hinauf, um seinen Vater zu begraben. Mit ihm zogen alle Diener des Pharao, die Ältesten seines Hauses und alle Ältesten des Landes Ägypten,8 das ganze Haus Josef, seine Brüder und das Haus seines Vaters. Nur ihre Kinder, ihre Schafe und Rinder ließen sie im Land Goschen zurück.9 Mit ihm zogen auch Streitwagen sowie Pferdegespanne hinauf, sodass es ein sehr würdiger Zug wurde.10 Als sie nach Goren-Atad jenseits des Jordan gekommen waren, hielten sie dort eine sehr große, würdige Totenklage; sieben Tage hielt er um seinen Vater Trauer.11 Die Bewohner des Landes, die Kanaaniter, beobachteten die Trauerfeier in Goren-Atad und sagten: Eine würdige Trauerfeier ist das für die Ägypter. Darum gab man dem Ort den Namen Abel-Mizrajim - Ägyptentrauer -; er liegt jenseits des Jordan.[1]12 Seine Söhne handelten an ihm so, wie er ihnen aufgetragen hatte.13 Seine Söhne brachten ihn ins Land Kanaan und begruben ihn in der Höhle des Feldes von Machpela. Abraham hatte das Feld gegenüber von Mamre als eigene Grabstätte von dem Hetiter Efron erworben.14 Nachdem Josef seinen Vater begraben hatte, kehrte er nach Ägypten zurück, er, seine Brüder und alle, die mit ihm hinaufgezogen waren, um seinen Vater zu begraben.15 Als Josefs Brüder sahen, dass ihr Vater tot war, sagten sie: Wenn sich Josef nun feindselig gegen uns stellt und uns tatsächlich alles Böse vergilt, das wir ihm getan haben.16 Deshalb ließen sie Josef wissen: Dein Vater hat uns, bevor er starb, aufgetragen:17 So sagt zu Josef: Ach, vergib doch deinen Brüdern ihre Untat und Sünde, denn Schlimmes haben sie dir angetan. Nun also vergib doch die Untat der Knechte des Gottes deines Vaters! Als man ihm diese Worte überbrachte, weinte Josef.18 Seine Brüder gingen dann auch selbst hin, fielen vor ihm nieder und sagten: Hier sind wir als deine Knechte.19 Josef aber antwortete ihnen: Fürchtet euch nicht! Stehe ich denn an Gottes Stelle?20 Ihr habt Böses gegen mich im Sinne gehabt, Gott aber hatte dabei Gutes im Sinn, um zu erreichen, was heute geschieht: viel Volk am Leben zu erhalten.21 Nun also fürchtet euch nicht! Ich selbst will für euch und eure Kinder sorgen. So tröstete er sie und redete ihnen zu Herzen.22 Josef blieb in Ägypten, er und das Haus seines Vaters. Josef wurde hundertzehn Jahre alt.23 Er sah von Efraim noch Söhne der dritten Generation. Auch die Söhne Machirs, des Sohnes Manasses, wurden auf Josefs Knien geboren.[2]24 Dann sprach Josef zu seinen Brüdern: Ich sterbe. Gott wird sich gewiss euer annehmen, er wird euch aus diesem Land heraus- und in jenes Land hinaufführen, das er Abraham, Isaak und Jakob mit einem Eid zugesichert hat.25 Josef ließ die Söhne Israels schwören: Gott wird sich euer gewiss annehmen. Dann bringt meine Gebeine von hier mit hinauf!26 Josef starb im Alter von hundertzehn Jahren. Man balsamierte ihn ein und legte ihn in Ägypten in einen Sarg.

1.Mose 50

Nueva Versión Internacional

von Biblica
1 Entonces José se abrazó al cuerpo de su padre y, llorando, lo besó.2 Luego ordenó a los médicos a su servicio que embalsamaran el cuerpo, y así lo hicieron.3 El proceso para embalsamarlo tardó unos cuarenta días, que es el tiempo requerido. Los egipcios, por su parte, guardaron luto por Israel durante setenta días.4 Pasados los días de duelo, José se dirigió así a los miembros de la corte del faraón: —Si me he ganado el respeto de la corte, díganle por favor al faraón5 que mi padre, antes de morirse, me hizo jurar que yo lo sepultaría en la tumba que él mismo se preparó en la tierra de Canaán. Por eso le ruego encarecidamente me permita ir a sepultar a mi padre, y luego volveré.6 El faraón le respondió: —Ve a sepultar a tu padre, conforme a la promesa que te pidió hacerle.7 José fue a sepultar a su padre, y lo acompañaron los servidores del faraón, es decir, los ancianos de su corte y todos los ancianos de Egipto.8 A éstos se sumaron todos los familiares de José, es decir, sus hermanos y los de la casa de Jacob. En la región de Gosén dejaron únicamente a los niños y a los animales.9 También salieron con él carros y jinetes, formando así un cortejo muy grande.10 Al llegar a la era de Hatad, que está cerca del río Jordán, hicieron grandes y solemnes lamentaciones. Allí José guardó luto por su padre durante siete días.11 Cuando los cananeos que vivían en esa región vieron en la era de Hatad aquellas manifestaciones de duelo, dijeron: «Los egipcios están haciendo un duelo muy solemne.» Por eso al lugar, que está cerca del Jordán, lo llamaron Abel Misrayin.[1]12 Los hijos de Jacob hicieron con su padre lo que él les había pedido:13 lo llevaron a la tierra de Canaán y lo sepultaron en la cueva que está en el campo de Macpela, frente a Mamré, en el mismo campo que Abraham le había comprado a Efrón el hitita para sepultura de la familia.14 Luego de haber sepultado a su padre, José regresó a Egipto junto con sus hermanos y con toda la gente que lo había acompañado.15 Al reflexionar sobre la muerte de su padre, los hermanos de José concluyeron: «Tal vez José nos guarde rencor, y ahora quiera vengarse de todo el mal que le hicimos.»16 Por eso le mandaron a decir: «Antes de morir tu padre, dejó estas instrucciones:17 “Díganle a José que perdone, por favor, la terrible maldad que sus hermanos cometieron contra él.” Así que, por favor, perdona la maldad de los siervos del Dios de tu padre.» Cuando José escuchó estas palabras, se echó a llorar.18 Luego sus hermanos se presentaron ante José, se inclinaron delante de él y le dijeron: —Aquí nos tienes; somos tus esclavos.19 —No tengan miedo —les contestó José—. ¿Puedo acaso tomar el lugar de Dios?20 Es verdad que ustedes pensaron hacerme mal, pero Dios transformó ese mal en bien para lograr lo que hoy estamos viendo: salvar la vida de mucha gente.21 Así que, ¡no tengan miedo! Yo cuidaré de ustedes y de sus hijos. Y así, con el corazón en la mano, José los reconfortó.22 José y la familia de su padre permanecieron en Egipto. Alcanzó la edad de ciento diez años,23 y llegó a ver nacer a los hijos de Efraín hasta la tercera generación. Además, cuando nacieron los hijos de Maquir, hijo de Manasés, él los recibió sobre sus rodillas.[2]24 Tiempo después, José les dijo a sus hermanos: «Yo estoy a punto de morir, pero sin duda Dios vendrá a ayudarlos, y los llevará de este país a la tierra que prometió a Abraham, Isaac y Jacob.»25 Entonces José hizo que sus hijos le prestaran juramento. Les dijo: «Sin duda Dios vendrá a ayudarlos. Cuando esto ocurra, ustedes deberán llevarse de aquí mis huesos.»26 José murió en Egipto a los ciento diez años de edad. Una vez que lo embalsamaron, lo pusieron en un ataúd.