1Ein Psalm Davids.
HERR, ich habe dich gerufen, eile mir zu Hilfe!
Höre auf meine Stimme, wenn ich zu dir rufe!2Mein Bittgebet sei ein Räucheropfer vor deinem Angesicht,
ein Abendopfer das Erheben meiner Hände. (2Mo 30,7; 4Mo 28,4; Ps 134,2; Jdt 9,1)3HERR, stelle eine Wache vor meinen Mund,
behüte das Tor meiner Lippen! (Ps 39,2; Jak 3,5)4Neige mein Herz nicht zum bösen Wort,
damit ich nicht frevlerische Taten verübe
zusammen mit Männern, die Unrecht tun,
damit ich nicht koste von ihren Genüssen!5Schlägt mich ein Gerechter, ist es Liebe,/
weist er mich zurecht, ist es Salböl, das mein Haupt nicht verweigert.
Ja, immer noch bete ich für sie trotz ihrer Bosheit.[1] (Spr 9,8; Spr 27,5)6Sind ihre Richter auf Felsen hinabgestürzt,/
dann werden die Frevler meine Worte hören,
denn diese waren freundlich.[2]7Wie beim Aufhacken und Pflügen der Erde,
so sind unsere Knochen hingestreut an den Rand der Totenwelt.8Doch auf dich, GOTT und Herr, richten sich meine Augen,
bei dir habe ich mich geborgen, gieße nicht aus mein Leben! (Ps 25,15)9Behüte mich vor dem Zugriff der Falle, die sie mir stellten,
und vor dem Fangholz derer, die Unrecht tun! (Ps 140,6)10In ihre eigenen Netze werden die Frevler fallen - /
sie alle miteinander,
ich aber entkomme. (Ps 7,16)
Psalm 141
Nueva Versión Internacional
von Biblica1A ti clamo, Señor; ven pronto a mí. ¡Atiende a mi voz cuando a ti clamo!2Que suba a tu presencia mi plegaria como una ofrenda de incienso; que hacia ti se eleven mis manos como un sacrificio vespertino.3Señor, ponme en la boca un centinela; un guardia a la puerta de mis labios.4No permitas que mi corazón se incline a la maldad, ni que sea yo cómplice de iniquidades; no me dejes participar de banquetes en compañía de malhechores.5Que la justicia me golpee, que el amor me reprenda; pero que el ungüento de los malvados no perfume mi cabeza, pues mi oración está siempre en contra de sus malas obras.6Cuando sus gobernantes sean lanzados desde los despeñaderos, sabrán que mis palabras eran bien intencionadas.7Y dirán: «Así como se dispersa la tierra cuando en ella se abren surcos con el arado, así se han dispersado nuestros huesos a la orilla del sepulcro.»8En ti, Señor Soberano, tengo puestos los ojos; en ti busco refugio; no dejes que me maten.9Protégeme de las trampas que me tienden, de las trampas que me tienden los malhechores.10Que caigan los impíos en sus propias redes, mientras yo salgo bien librado.
1¡Oh YHVH, a ti he clamado, apresúrate a venir a mí! Oye mi voz cuando te invoco.2Mi oración está aquí como incienso en tu presencia, Mis palmas elevadas como ofrenda de la tarde.3Coloca, oh YHVH, un guardia a mi boca, Vigila en la puerta de mis labios.4No permitas que mi corazón se incline a cosa mala, Para hacer obras perversas con hombres malhechores. No seré comensal en sus banquetes.5Será un favor que el justo me castigue y me reprenda; Pero que el ungüento del impío no perfume mi cabeza, Porque mi oración es de continuo contra su maldad.6Sean lanzados sus jueces contra los costados de la peña, Y oigan mis dichos, que son agradables.7Como cuando se ara y se parte la tierra, Nuestros huesos han sido esparcidos a la boca del Seol.8¡A ti, Adonay YHVH, se vuelven mis ojos, En ti me he refugiado, no desampares mi alma!9¡Guárdame del lazo que me han tendido, De las trampas de los que hacen iniquidad!10¡Caigan a una los malvados en sus propias redes, Mientras yo paso adelante!