Die Wehe-Rufe gegen die Schriftgelehrten und Pharisäer
1Darauf sprach Jesus zum Volk und zu seinen Jüngern (Mk 12,37; Lk 11,39; Lk 20,45)2und sagte: Auf dem Stuhl des Mose sitzen die Schriftgelehrten und die Pharisäer.3Tut und befolgt also alles, was sie euch sagen, aber richtet euch nicht nach ihren Taten; denn sie reden nur, tun es aber nicht. (Mal 2,7)4Sie schnüren schwere und unerträgliche Lasten zusammen und legen sie den Menschen auf die Schultern, selber aber wollen sie keinen Finger rühren, um die Lasten zu bewegen.5Alles, was sie tun, tun sie, um von den Menschen gesehen zu werden: Sie machen ihre Gebetsriemen breit und die Quasten an ihren Gewändern lang, (2Mo 13,9; 4Mo 15,38)6sie lieben den Ehrenplatz bei den Gastmählern und die Ehrensitze in den Synagogen7und wenn man sie auf den Marktplätzen grüßt und die Leute sie Rabbi nennen.8Ihr aber sollt euch nicht Rabbi nennen lassen; denn nur einer ist euer Meister, ihr alle aber seid Brüder. (Joh 13,13)9Auch sollt ihr niemanden auf Erden euren Vater nennen; denn nur einer ist euer Vater, der im Himmel.10Auch sollt ihr euch nicht Lehrer nennen lassen; denn nur einer ist euer Lehrer, Christus.11Der Größte von euch soll euer Diener sein. (Mt 20,26; Mk 9,35; Mk 10,43; Lk 9,48; Lk 22,26)12Denn wer sich selbst erhöht, wird erniedrigt, und wer sich selbst erniedrigt, wird erhöht werden. (Lk 14,11; Lk 18,14)13-14Weh euch, ihr Schriftgelehrten und Pharisäer, ihr Heuchler! Ihr verschließt den Menschen das Himmelreich. Denn ihr selbst geht nicht hinein und lasst die nicht hinein, die hineingehen wollen.[1]15Weh euch, ihr Schriftgelehrten und Pharisäer, ihr Heuchler! Ihr zieht über Land und Meer, um einen einzigen Menschen für euren Glauben zu gewinnen; und wenn er gewonnen ist, dann macht ihr ihn zu einem Sohn der Hölle, doppelt so schlimm wie ihr selbst.16Weh euch, ihr seid blinde Führer! Ihr sagt: Wenn einer beim Tempel schwört, gilt es nicht, wenn er aber beim Gold des Tempels schwört, gilt es. (Mt 5,34)17Ihr blinden Narren! Was ist wichtiger: das Gold oder der Tempel, der das Gold erst heilig macht?18Auch sagt ihr: Wenn einer beim Altar schwört, gilt es nicht, wenn er aber bei dem Opfer schwört, das auf dem Altar liegt, gilt es.19Ihr Blinden! Was ist wichtiger: das Opfer oder der Altar, der das Opfer erst heilig macht?20Wer beim Altar schwört, der schwört bei ihm und bei allem, was darauf liegt.21Und wer beim Tempel schwört, der schwört bei ihm und bei dem, der darin wohnt.22Und wer beim Himmel schwört, der schwört beim Thron Gottes und bei dem, der darauf sitzt.23Weh euch, ihr Schriftgelehrten und Pharisäer, ihr Heuchler! Ihr gebt den Zehnten von Minze, Dill und Kümmel und lasst das Wichtigste im Gesetz außer Acht: Recht, Barmherzigkeit und Treue. Man muss das eine tun, ohne das andere zu lassen. (3Mo 27,30)24Blinde Führer seid ihr: Ihr siebt die Mücke aus und verschluckt das Kamel.25Weh euch, ihr Schriftgelehrten und Pharisäer, ihr Heuchler! Ihr haltet Becher und Schüsseln außen sauber, innen aber sind sie voll von Raffsucht und Gier. (Mk 7,4)26Du blinder Pharisäer! Mach den Becher zuerst innen sauber, dann ist er auch außen rein.27Weh euch, ihr Schriftgelehrten und Pharisäer, ihr Heuchler! Ihr seid wie getünchte Gräber, die von außen schön aussehen, innen aber voll sind von Knochen der Toten und aller Unreinheit. (Apg 23,3)28So erscheint auch ihr von außen den Menschen gerecht, innen aber seid ihr voll Heuchelei und Gesetzlosigkeit. (Lk 16,15)29Weh euch, ihr Schriftgelehrten und Pharisäer, ihr Heuchler! Ihr errichtet den Propheten Grabstätten und schmückt die Denkmäler der Gerechten30und sagt dabei: Wenn wir in den Tagen unserer Väter gelebt hätten, wären wir nicht wie sie am Blut der Propheten schuldig geworden. (Mt 5,12; Apg 7,52; 1Thess 2,15)31Damit bestätigt ihr selbst, dass ihr die Söhne der Prophetenmörder seid.32Macht nur das Maß eurer Väter voll!33Ihr Nattern, ihr Schlangenbrut! Wie wollt ihr dem Strafgericht der Hölle entrinnen? (Mt 3,7; Mt 12,34)34Darum siehe, ich sende Propheten, Weise und Schriftgelehrte zu euch; ihr aber werdet einige von ihnen töten und kreuzigen, andere in euren Synagogen auspeitschen und von Stadt zu Stadt verfolgen.35So wird all das unschuldige Blut über euch kommen, das auf Erden vergossen worden ist, vom Blut Abels, des Gerechten, bis zum Blut des Zacharias, Barachias Sohn, den ihr zwischen dem Tempelgebäude und dem Altar ermordet habt. (1Mo 4,8; 2Chr 24,20)36Amen, ich sage euch: Das alles wird über diese Generation kommen.37Jerusalem, Jerusalem, du tötest die Propheten und steinigst die Boten, die zu dir gesandt sind. Wie oft wollte ich deine Kinder sammeln, so wie eine Henne ihre Küken unter ihre Flügel nimmt; aber ihr habt nicht gewollt. (Lk 13,34)38Siehe, euer Haus wird euch öde gelassen. (Ps 69,26; Jer 12,7; Jer 22,5)39Und ich sage euch: Von jetzt an werdet ihr mich nicht mehr sehen, bis ihr ruft: Gepriesen sei er, der kommt im Namen des Herrn! (Ps 118,26; Mt 21,9)
1Entonces Jesús habló a las multitudes y a sus discípulos,2diciendo: En la cátedra de Moisés se sientan los escribas y los fariseos.3Haced y guardad pues todo cuanto os digan; pero no hagáis conforme a sus obras, porque dicen y no hacen;4y atan pesadas cargas y las ponen sobre los hombros de los hombres, pero ellos no las quieren mover ni con su dedo.5Antes bien, hacen todas sus obras para ser vistos por los hombres, porque ensanchan sus filacterias y alargan los flecos,6y aman el primer reclinatorio en las cenas y las primeras sillas en las sinagogas,7y los saludos pomposos en las plazas, y que los hombres los llamen Rabbí.8Pero vosotros no seáis llamados Rabbí, porque uno solo es vuestro Maestro, y todos vosotros sois hermanos.9Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, pues uno solo es vuestro Padre: el celestial,10ni seáis llamados caudillos, porque uno es vuestro Caudillo: el Mesías.11Y el mayor de vosotros será vuestro servidor,12porque el que se enaltezca será humillado, y el que se humille será enaltecido.13-14Pero, ¡ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! que cerráis el reino de los cielos delante de los hombres, porque no entráis vosotros, ni dejáis entrar a los que tratan de entrar.15¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas! que para hacer un prosélito recorréis mar y tierra, y cuando lo llega a ser, lo hacéis dos veces más hijo del infierno que vosotros.16¡Ay de vosotros, guías ciegos! que decís: Todo el que jure por el santuario, eso no es nada, pero quien jure por el oro del santuario, debe.17¡Insensatos y ciegos!, porque ¿qué es mayor: el oro, o el santuario que santificó el oro?18También: Todo el que jure por el altar, nada es; pero quien jure por la ofrenda que está sobre él, debe.19¡Ciegos! porque ¿qué es mayor, la ofrenda, o el altar que santifica la ofrenda?20Así pues, el que juró por el altar, jura por él, y por todo lo que está sobre él.21Y el que juró por el santuario, jura por él, y por el que habita en él.22Y el que juró por el cielo, jura por el trono de Dios, y por el que está sentado sobre él.23¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! que diezmáis la menta, el eneldo y el comino, pero dejasteis lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe. Esto era necesario hacer sin dejar aquello.24¡Guías ciegos, que coláis el mosquito, y tragáis un camello!25¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas! que limpiáis lo de afuera de la copa y del plato, pero por dentro están llenos de rapiña e intemperancia.26¡Fariseo ciego! Limpia primero lo de dentro de la copa, para que también lo de fuera sea limpio.27¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas! que os parecéis a sepulcros blanqueados, los cuales a la verdad se muestran hermosos por fuera, mas por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia.28Así también vosotros, por fuera, ciertamente aparecéis justos ante los hombres, mas por dentro estáis llenos de hipocresía e iniquidad.29¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas! que edificáis los sepulcros de los profetas, y adornáis los monumentos de los justos,30y decís: Si estuviéramos en los días de nuestros padres, no seríamos sus cómplices en la sangre de los profetas.31De modo que dais testimonio contra vosotros mismos, de que sois hijos de los que mataron a los profetas.32¡Colmad también vosotros la medida de vuestros padres!33¡Serpientes! ¡Engendros de víboras! ¿Cómo pensáis escapar del juicio del infierno?34Por tanto, he aquí Yo os envío profetas y sabios y escribas. De entre ellos mataréis y crucificaréis, y de entre ellos azotaréis en vuestras sinagogas y perseguiréis de ciudad en ciudad,35para que venga sobre vosotros toda la sangre justa que está siendo derramada sobre la tierra, desde la sangre de Abel el justo, hasta la sangre de Zacarías hijo de Baraquías, a quien matasteis entre el santuario y el altar.36De cierto os digo: Todo esto vendrá sobre esta generación.
Lamento sobre Jerusalem
37¡Jerusalem, Jerusalem, que matas a los profetas, y apedreas a los que te han sido enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos bajo las alas, y no quisisteis!38He aquí vuestra casa os es dejada desolada.39Porque os digo que desde ahora en adelante, de ningún modo me veréis hasta que digáis: ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!