von Katholisches Bibelwerk1Der HERR sprach zu Mose: Sag zu Aaron: Streck deine Hand mit dem Stab aus über die Flüsse, über die Nilarme und die Sümpfe und lass die Frösche über das Land Ägypten kommen!2Aaron streckte seine Hand über die Gewässer Ägyptens aus. Da stiegen die Frösche herauf und bedeckten das Land Ägypten.3Doch die Wahrsager taten mit Hilfe ihrer Zauberkunst das Gleiche und ließen die Frösche über das Land Ägypten kommen.4Der Pharao rief Mose und Aaron zu sich und sagte: Betet zum HERRN, er möge mich und mein Volk von den Fröschen befreien. Dann will ich das Volk ziehen lassen und sie können dem HERRN Schlachtopfer darbringen.5Da sagte Mose zum Pharao: Verfüg über mich! Wann soll ich für dich, deine Diener und dein Volk um Beseitigung der Frösche von dir und aus deinen Häusern beten? Nur im Nil sollen sie erhalten bleiben.6Er sagte: Morgen. Mose antwortete: Wie du willst; du sollst erkennen, dass keiner dem HERRN, unserem Gott, gleichkommt.7Die Frösche werden von dir und deinen Häusern, von deinen Dienern und deinem Volk weichen; nur im Nil werden sie bleiben.8Als Mose und Aaron vom Pharao weggegangen waren, schrie Mose zum HERRN um Befreiung von der Froschplage, die er über den Pharao gebracht hatte.9Der HERR erfüllte Mose die Bitte und die Frösche in den Häusern, in den Höfen und auf den Feldern starben.10Man sammelte sie zu riesigen Haufen und das ganze Land stank davon.11Als der Pharao sah, dass die Not vorbei war, verschloss er sein Herz wieder und hörte nicht auf sie. So hatte es der HERR vorausgesagt.
Viertes Zeichen – Stechmücken
12Darauf sprach der HERR zu Mose: Sag zu Aaron: Streck deinen Stab aus und schlag damit auf den Staub der Erde! Im ganzen Land Ägypten sollen daraus Stechmücken werden.13Sie taten es. Aaron streckte die Hand aus und schlug mit seinem Stab auf den Staub der Erde. Da wurden Stechmücken daraus, die sich auf Mensch und Vieh setzten. Aller Staub der Erde wurde zu Stechmücken im ganzen Land Ägypten.14Die Wahrsager versuchten mit Hilfe ihrer Zauberkunst ebenfalls Stechmücken hervorzubringen, konnten es aber nicht. Die Stechmücken saßen auf Mensch und Vieh.15Da sagten die Wahrsager zum Pharao: Das ist der Finger Gottes. Doch das Herz des Pharao blieb hart und er hörte nicht auf sie. So hatte es der HERR vorausgesagt.
Fünftes Zeichen – Ungeziefer
16Darauf sprach der HERR zu Mose: Steh früh auf, tritt vor den Pharao, wenn er zum Wasser hinuntergeht, und sag zu ihm: So spricht der HERR: Lass mein Volk ziehen, damit sie mir dienen können!17Denn wenn du mein Volk nicht ziehen lässt, lasse ich Ungeziefer auf dich los, auf deine Diener, dein Volk und deine Häuser. Die Häuser in Ägypten werden voll Ungeziefer sein; es wird sogar den Boden, auf dem sie stehen, bedecken.18Das Land Goschen aber, in dem mein Volk lebt, will ich an jenem Tag auszeichnen: Dort wird es kein Ungeziefer geben. Daran wirst du erkennen, dass ich, der HERR, mitten im Land bin.19Ich mache einen Unterschied zwischen meinem und deinem Volk. Morgen wird das Zeichen geschehen.20Und so tat es der HERR. Ungeziefer kam in Massen über das Haus des Pharao, über das Haus seiner Diener und über das ganze Land Ägypten. Das Land erlitt durch das Ungeziefer schweren Schaden.21Da ließ der Pharao Mose und Aaron rufen und sagte: Geht, bringt eurem Gott hier im Land Schlachtopfer dar!22Doch Mose erwiderte: Das können wir nicht. Denn wir müssen dem HERRN, unserem Gott, Schlachtopfer darbringen, die bei den Ägyptern Anstoß erregen. Wenn wir vor ihren Augen Schlachtopfer darbringen, die bei ihnen Anstoß erregen, werden sie uns dann nicht steinigen?23Wir wollen drei Tagesmärsche weit in die Wüste ziehen und dem HERRN, unserem Gott, Schlachtopfer darbringen, wie er es uns gesagt hat.24Der Pharao antwortete: Ich lasse euch ziehen. Bringt also dem HERRN, eurem Gott, in der Wüste Schlachtopfer dar! Aber zu weit dürft ihr euch nicht entfernen. Betet auch für mich!25Darauf sagte Mose: Gut, ich gehe von dir fort und bete zum HERRN. Dann wird morgen das Ungeziefer vom Pharao, von seinen Dienern und seinem Volk ablassen. Nur darf der Pharao nicht wieder wortbrüchig werden und das Volk daran hindern, wegzuziehen und dem HERRN zu opfern.26Mose verließ den Pharao und betete zum HERRN.27Der HERR erfüllte Mose die Bitte und befreite den Pharao, seine Diener und sein Volk von dem Ungeziefer; nichts blieb übrig.28Der Pharao aber verschloss sein Herz auch diesmal und ließ das Volk nicht ziehen.
1Dijo entonces YHVH a Moisés: Entra a la presencia de Faraón y dile: Así dice YHVH: Deja partir a mi pueblo para que me sirvan,2y si te niegas a dejarlo ir, he aquí Yo plagaré con ranas todo tu territorio.3El Nilo bullirá con ranas, las cuales subirán y penetrarán en tu palacio, en tu alcoba y sobre tu propio lecho, así como en las casas de tus siervos y entre tu pueblo, en tus hornos y en tus artesas.4Y las ranas subirán sobre ti, sobre tu pueblo y sobre todos tus siervos.5Después YHVH dijo a Moisés: Di a Aarón: Extiende tu mano con tu vara sobre los arroyos, sobre los canales y sobre los estanques, y haz que suban las ranas sobre la tierra de Egipto.6Y Aarón extendió su mano sobre las aguas de Egipto, y subieron las ranas, y cubrieron la tierra de Egipto.7Y los magos hicieron así con sus encantamientos, haciendo subir las ranas sobre la tierra de Egipto.8Faraón entonces llamó a Moisés y a Aarón, y les dijo: suplicad a YHVH que aparte las ranas de mí y de mi pueblo, y dejaré ir al pueblo para que ofrezca sacrificio a YHVH.9Y Moisés dijo a Faraón: Dígnate señalarme para cuándo he de suplicar por ti, por tus siervos y por tu pueblo, para que las ranas se quiten de ti y de tus casas, y sean dejadas sólo en el Nilo.10Y él dijo: Mañana. Y Moisés respondió: Sea conforme a tu palabra, para que sepas que no hay como YHVH nuestro Dios.11Se retirarán, pues, las ranas de ti, de tus casas, de tus siervos y de tu pueblo; sólo serán dejadas en el Nilo.12Y Moisés y Aarón salieron de estar con Faraón, y clamó Moisés a YHVH por el asunto de las ranas que Él había puesto sobre Faraón.13E hizo YHVH conforme a la súplica de Moisés, y murieron las ranas de las casas, de los patios y de los campos,14y las amontonaron en grandes montones, y el país hedía.15Pero cuando Faraón vio que había un alivio, endureció su corazón, y no los escuchó, tal como YHVH había hablado.16Entonces YHVH dijo a Moisés: Di a Aarón: Extiende tu vara y golpea el polvo de la tierra, y haya piojos en toda la tierra de Egipto.17Y ellos lo hicieron así, y extendió Aarón su mano con su vara, y golpeó el polvo de la tierra, volviéndose piojos en los hombres y las bestias. ¡Todo el polvo de la tierra se convirtió en piojos en todo el país de Egipto!18Y los magos intentaron sacar los piojos con sus encantamientos, pero no pudieron. Hubo piojos sobre los hombres y sobre las bestias.19Entonces dijeron los magos a Faraón: ¡Esto es el dedo de Dios! Pero el corazón de Faraón se endureció, y no los escuchó, tal como YHVH había hablado.20Después dijo YHVH a Moisés: Madruga por la mañana y preséntate ante Faraón. He aquí que saldrá hacia el agua y le dirás: Así dice YHVH: Deja partir a mi pueblo para que me sirva.21Porque si no dejas partir a mi pueblo, he aquí enviaré una plaga de moscas contra ti, contra tus siervos, contra tu pueblo y contra tus casas, de suerte que las casas de los egipcios se llenarán de moscas junto con el suelo que pisan.22Sin embargo, en aquel día exceptuaré la tierra de Gosén, en la cual habita mi pueblo, a fin de que no haya moscas en ella, para que sepas que Yo, YHVH, estoy en medio de esta tierra.23Y Yo haré distinción entre mi pueblo y tu pueblo. Para mañana será este prodigio.24Y así hizo YHVH. Y un molesto enjambre de moscas entró en casa de Faraón y en las casas de sus siervos. Y en todo el país de Egipto la tierra se corrompió por causa de las moscas.25Faraón entonces llamó a Moisés y a Aarón, y les dijo: Id, haced sacrificio a vuestro Dios en el país.26Pero Moisés respondió: No es correcto hacerlo así, porque sacrificaríamos para YHVH nuestro Dios lo que es abominación para los egipcios. Si sacrificamos lo que es una abominación para los egipcios delante de sus ojos, ¿no nos apedrearían?27Iremos camino de tres jornadas por el desierto y haremos sacrificio a YHVH nuestro Dios, conforme Él nos diga.28Respondió Faraón: Os dejaré partir para ofrecer sacrificio a YHVH vuestro Dios en el desierto, sólo que al partir no os alejéis demasiado. ¡Suplicad por mí!29Dijo Moisés: En cuanto salga de estar contigo suplicaré a YHVH, y las moscas se apartarán mañana de Faraón, de sus siervos y de su pueblo, con tal que Faraón no siga engañándome impidiendo al pueblo que parta a ofrecer sacrificios a YHVH.30Salió, pues, Moisés de estar con Faraón, y suplicó a YHVH.31Y YHVH hizo conforme a la palabra de Moisés, y apartó las moscas de Faraón, sus siervos y su pueblo. No quedó ni una.32Sin embargo Faraón endureció su corazón también esta vez, y no dejó partir al pueblo.