de Sociedad Bíblica Iberoamericana1¡Mi alma está hastiada de mi vida! Daré rienda suelta a mis quejas. Hablaré en la amargura de mi alma.2Diré a Dios: ¡No me condenes! ¡Hazme saber por qué contiendes conmigo!3¿Es justo para ti oprimir, Desechar la obra de tus manos, Y favorecer el designio de los malos?4¿Acaso tienes ojos de carne, Y miras como mira el hombre?5¿Son tus días como los días del hombre, O tus años como los años del hombre,6Para que indagues mi iniquidad, E inquieras por mi pecado,7A sabiendas de que no soy culpable, Y que no hay quien libre de tu mano?8Tus manos me hicieron y me dieron forma, ¿Y aún así quieres aniquilarme?9Recuerda, te ruego, que del barro me moldeaste, ¿Y al polvo me harás volver?10¿Acaso no me vertiste como leche, Y me cuajaste como queso?11De piel y de carne me vestiste, Con huesos y tendones me tejiste,12Me otorgaste vida y misericordia, Y tu Providencia preserva mi espíritu.13Y aun así, tenías estas cosas ocultas en tu corazón, Yo sé que las tenías presentes.14Si peco, Tú me observas, Y no me absolverás de mi pecado.15Si soy malo, ¡ay de mí! Y si soy justo, no me atrevo a levantar mi cabeza. ¡Harto estoy de la ignominia, Y de ver mi aflicción!16Si mi cabeza se yergue, me das caza cual león, Y vuelves a mostrar tus proezas en mí.17Renuevas tus testigos contra mí, Y aumentas contra mí tu indignación como tropas de relevo.18¿Por qué entonces me sacaste de la matriz? ¡Hubiera yo expirado sin que ningún ojo me viera!19Sería como si nunca hubiera existido, Llevado del vientre a la sepultura.20¿No son pocos mis días? Cesa pues, y apártate de mí, para que pueda consolarme un poco,21Antes que me vaya para nunca más volver, A la región tenebrosa de la muerte,22Tierra de oscuridad lóbrega, Lugar de sombra de muerte, sin orden alguno, Cuya luz es como las mismas tinieblas.