de Sociedad Bíblica Iberoamericana1Digo pues: mientras el heredero es menor de edad, aunque es señor de todo, en nada difiere de un siervo,2sino que está bajo tutores y administradores hasta el tiempo señalado por el padre.3Así también nosotros, cuando éramos menores de edad, estábamos esclavizados bajo los rudimentos del mundo.4Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley,5para que redimiera a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiéramos la adopción de hijos.6Y por cuanto sois hijos, Dios envió el Espíritu de su Hijo a nuestros corazones, el cual clama: ¡Abba! (Padre).7Así que ya no eres siervo, sino hijo, y si hijo, también heredero por medio de Dios.
Perplejidad
8Sin embargo, en otro tiempo, no conociendo a Dios, servíais como esclavos a dioses que por naturaleza no lo son.9Pero ahora, conociendo a Dios, o más bien, habiendo sido conocidos por Dios, ¿cómo os volvéis de nuevo a los débiles y pobres rudimentos, a los cuales os queréis volver a esclavizar de nuevo?10Estáis guardando escrupulosamente días, y meses, y tiempos, y años.11Temo por vosotros, que de algún modo haya trabajado en vano entre vosotros.
Recuerdos personales
12Hermanos, os ruego, sed como yo, porque yo también soy como vosotros; no me hicisteis ningún agravio.13Y sabéis que por una debilidad de la carne os proclamé las buenas nuevas la primera vez.14Y lo que para vosotros era una prueba en mi carne, no lo menospreciasteis ni lo escupisteis; al contrario, me acogisteis como a un enviado de Dios, como a Jesús el Mesías.15¿Dónde está pues esa satisfacción que expresabais? Porque os doy testimonio de que si hubiera sido posible, os hubierais sacado los ojos y me los habríais dado.16¿He llegado a ser vuestro enemigo por deciros la verdad?17Tienen celo por vosotros, pero no para bien, sino que os quieren alejar para que tengáis celo por ellos.18Bueno es tener celo en lo bueno siempre, y no sólo cuando esté presente con vosotros.19Hijos míos, por quienes sufro otra vez dolores de parto, hasta que el Mesías sea formado en vosotros.20Desearía más bien estar presente con vosotros y mudar mi tono, porque estoy perplejo en cuanto a vosotros.
La libre y la esclava
21Decidme, los que deseáis estar bajo la ley: ¿No ponéis atención a la ley?22Porque está escrito que Abraham tuvo dos hijos: uno de la esclava, y uno de la libre.23El de la esclava nació según la carne, pero el de la libre, según la promesa.24Las cuales son alegorías, porque éstas representan dos pactos: una, Agar, del monte Sinay, engendra para esclavitud.25Ahora bien, Agar es el monte Sinay en Arabia, y es figura de la Jerusalem actual, pues está esclavizada con sus hijos.26Pero la Jerusalem de arriba, la cual es nuestra madre, es libre.27Porque está escrito: Regocíjate, oh estéril, la que no das a luz; Prorrumpe y clama, la que no sufres dolores de parto; Porque muchos son los hijos de la desamparada, Más que los de la que tiene el marido.28Así que vosotros, hermanos, como Isaac, sois hijos de la promesa.29Y tal como entonces el que nació según la carne perseguía al que nació según el Espíritu, así también ahora.30Pero ¿qué dice la Escritura? Echa fuera a la esclava y a su hijo, porque no heredará el hijo de la esclava con el hijo de la libre.31Por tanto, hermanos, no somos hijos de la esclava, sino de la libre.
Gálatas 4
Schlachter 2000
de Genfer Bibelgesellschaft1Ich sage aber: Solange der Erbe unmündig ist, besteht zwischen ihm und einem Knecht kein Unterschied, obwohl er Herr aller Güter ist; (Gl 4:4)2sondern er steht unter Vormündern und Verwaltern bis zu der vom Vater festgesetzten Zeit.3Ebenso waren auch wir, als wir noch unmündig waren, den Grundsätzen der Welt als Knechte unterworfen. (Hch 15:10; Col 2:8; Col 2:20; Heb 9:10)4Als aber die Zeit erfüllt war, sandte Gott seinen Sohn, geboren von einer Frau und unter das Gesetz getan, (Mr 1:15; Lc 2:21; Lc 2:27; Jn 3:16)5damit er die, welche unter dem Gesetz waren, loskaufte, damit wir die Sohnschaft empfingen. (1 P 1:18; 1 Jn 3:1)6Weil ihr nun Söhne seid, hat Gott den Geist seines Sohnes in eure Herzen gesandt, der ruft: Abba, Vater! (Ro 8:15)7So bist du also nicht mehr Knecht, sondern Sohn; wenn aber Sohn, dann auch Erbe Gottes durch Christus. (Ro 8:17)
Warnender Zuspruch des Apostels
8Damals aber, als ihr Gott nicht kanntet, dientet ihr denen, die von Natur nicht Götter sind. (Jer 16:20; 1 Co 8:4; Ef 2:12; 1 Ts 4:5; 2 Ts 1:8)9Jetzt aber, da ihr Gott erkannt habt, ja vielmehr von Gott erkannt seid, wieso wendet ihr euch wiederum den schwachen und armseligen Grundsätzen zu, denen ihr von Neuem dienen wollt? (Jn 17:3; 1 Co 8:3; 2 Ti 2:19)10Ihr beachtet Tage und Monate und Zeiten und Jahre.[1] (Col 2:16)11Ich fürchte um euch, dass ich am Ende vergeblich um euch gearbeitet habe. (1 Ts 3:5)12Werdet doch wie ich, denn ich bin wie ihr! Ich bitte euch, ihr Brüder! Ihr habt mir nichts zuleide getan; (2 Co 6:13; Flm 1:8)13ihr wisst aber, dass ich euch in Schwachheit des Fleisches zum ersten Mal das Evangelium verkündigt habe. (Hch 16:6; 1 Co 2:2)14Und meine Anfechtung in meinem Fleisch habt ihr nicht verachtet oder gar verabscheut, sondern wie einen Engel Gottes nahmt ihr mich auf, wie Christus Jesus. (1 S 29:9; Mal 2:7; Mt 10:40)15Was war denn eure Glückseligkeit? Denn ich gebe euch das Zeugnis, dass ihr wenn möglich eure Augen ausgerissen und mir gegeben hättet.16Bin ich also euer Feind geworden, weil ich euch die Wahrheit sage? (Jn 5:33; Jn 8:45)17Sie eifern um euch nicht in edler Weise, sondern wollen euch ausschließen, damit ihr um sie eifert. (Hch 20:30; Flp 1:15; Flp 1:17)18Das Eifern ist aber gut, wenn es für das Gute geschieht, und zwar allezeit, nicht nur, wenn ich bei euch anwesend bin. (Gl 6:9; Flp 2:12)19Meine Kinder, um die ich noch einmal Geburtswehen leide, bis Christus in euch Gestalt gewinnt (Ro 8:29; 2 Co 13:5; Col 1:27; 1 Jn 2:1; 1 Jn 2:18; 1 Jn 2:28)20— wie gerne wollte ich jetzt bei euch sein und in anderem Ton zu euch reden, denn ich weiß nicht, woran ich mit euch bin! (Gl 4:11)
Die Kinder der Magdund die Kinder der Freien
21Sagt mir, die ihr unter dem Gesetz sein wollt: Hört ihr das Gesetz nicht? (1 Co 9:20)22Es steht doch geschrieben, dass Abraham zwei Söhne hatte, einen von der [leibeigenen] Magd, den anderen von der Freien. (Gn 16:15; Gn 21:2)23Der von der Magd war gemäß dem Fleisch geboren, der von der Freien aber kraft der Verheißung. (Gn 17:19; Ro 9:7)24Das hat einen bildlichen Sinn: Dies sind nämlich die zwei Bündnisse; das eine vom Berg Sinai, das zur Knechtschaft gebiert, das ist Hagar. (Neh 9:13; Gl 5:1; Heb 12:18)25Denn »Hagar« bedeutet den Berg Sinai in Arabien und entspricht dem jetzigen Jerusalem, und es ist in Knechtschaft samt seinen Kindern. (Dt 33:2; Sal 68:9; Sal 68:18)26Das obere Jerusalem aber ist frei, und dieses ist die Mutter von uns allen. (Heb 12:22; Ap 3:12)27Denn es steht geschrieben: »Freue dich, du Unfruchtbare, die du nicht gebierst; brich in Jubel aus und jauchze, die du nicht in Wehen liegst, denn die Vereinsamte hat mehr Kinder als die, welche den Mann hat«.[2] (Is 54:1)28Wir aber, Brüder, sind nach der Weise des Isaak Kinder der Verheißung. (Ro 4:16; Gl 3:29; Gl 4:23)29Doch gleichwie damals der gemäß dem Fleisch Geborene den gemäß dem Geist [Geborenen] verfolgte, so auch jetzt. (Gn 21:9; Jn 15:19)30Was aber sagt die Schrift? »Treibe die Magd hinaus und ihren Sohn! Denn der Sohn der Magd soll nicht erben mit dem Sohn der Freien«.[3] (Gn 21:10; Jn 8:35)31So sind wir also, Brüder, nicht Kinder der [leibeigenen] Magd, sondern der Freien. (Gl 4:26)