de Sociedad Bíblica Iberoamericana1Por las noches en mi lecho, Buscaba al que ama mi alma. Lo busqué, pero no lo hallé.2Me levantaré ahora e iré por la ciudad, Por las calles y por las plazas. ¡Debo hallar al que ama mi alma! Lo busqué, pero no lo encontré.3Me hallaron los guardas que rondan la ciudad. ¿Habéis visto al que ama mi alma?4Apenas los había pasado, Hallé al que ama mi alma, Me prendí de él y no quise soltarlo, Hasta que lo introduje en la casa de mi madre, En la alcoba de la que me concibió.5¡Os conjuro, oh hijas de Jerusalem, Por las gacelas y por las ciervas del campo, Que no disturbéis al amor Ni lo despertéis hasta que quiera!6¿Qué es lo que sube del desierto Como columnas de humo, Perfumado con mirra e incienso, Y con todos los aromas del mercader?7¡He aquí la litera de Salomón! Escoltada por sesenta valientes, De entre los héroes de Israel.8Todos ellos empuñan espada, Expertos en la batalla. Cada uno tiene su espada sobre su muslo, Por los peligros de la noche.9El rey Salomón hizo para sí un palanquín De maderas del Líbano.10Hizo sus columnas de plata, Su respaldo de oro, Su asiento de púrpura, Su interior tapizado con amor por las hijas de Jerusalem.11¡Salid, oh hijas de Sión, y contemplad al rey Salomón, Con la diadema que le coronó su madre el día de su boda, El día del gozo de su corazón!
Cantares 3
Nueva Versión Internacional (Castellano)
de Biblica1Por las noches, sobre mi lecho, busco al amor de mi vida; lo busco y no lo hallo.2Me levanto, y voy por la ciudad, por sus calles y mercados, buscando al amor de mi vida. ¡Lo busco y no lo hallo!3Me encuentran los centinelas mientras rondan la ciudad. Les pregunto: «¿Habéis visto al amor de mi vida?»4Apenas los he dejado, cuando encuentro al amor de mi vida. Lo abrazo y, sin soltarlo, lo llevo a la casa de mi madre, a la alcoba donde ella me concibió. El amado5Yo os ruego, mujeres de Jerusalén, por las gacelas y cervatillas del bosque, que no desveléis ni molestéis a mi amada hasta que ella quiera despertar. El coro6¿Qué es eso que sube por el desierto semejante a una columna de humo, entre aromas de mirra e incienso, entre exóticos perfumes?[1]7¡Mirad! ¡Es el carruaje de Salomón! Viene escoltado por sesenta guerreros, escogidos entre los más valientes de Israel.8Todos ellos portan espadas, y han sido adiestrados para el combate; cada uno lleva la espada al cinto a causa de los peligros de la noche.9Salomón mismo se hizo el carruaje con finas maderas del Líbano.10Hizo de plata las columnas, y de oro los soportes. El asiento lo tapizó de púrpura, y su interior fue decorado con esmero por las hijas de Jerusalén.11¡Salid, mujeres de Sión! ¡Contemplad al rey Salomón! ¡Lleva puesta la corona que le ciñó su madre el día en que contrajo matrimonio, el día en que se alegró su corazón!