1Si YHVH no edifica la Casa, en vano trabajan los que la edifican, Si YHVH no guarda la ciudad, en vano vela la guardia.2En vano es que os levantéis de madrugada, Y tarde vayáis a descansar, Y que comáis el pan de afanes, Pues lo dará a su amado mientras duerme.3He aquí, herencia de YHVH son los hijos, Y una recompensa el fruto del vientre.4Como saetas en manos del valiente, Así son los hijos habidos en la juventud.5¡Cuán bienaventurado es el varón que llena su aljaba de ellos! No será avergonzado cuando hable con sus enemigos en la puerta.
1Si el SEÑOR no edifica la casa, en vano trabajan los albañiles. Si el SEÑOR no cuida la ciudad, en vano hacen guardia los vigilantes.2En vano se levantan de madrugada, y se acuestan muy tarde, trabajando desesperadamente por pan para comer, porque Dios concede el sueño a sus amados.3Los hijos son un regalo de Dios, recompensa suya son.4Los hijos de padre joven son como flechas en manos del guerrero.5Dichoso el hombre que tiene su aljaba llena de esta clase de flechas. No será avergonzado cuando se enfrente a sus enemigos a las puertas de la ciudad.
Salmo 127
Nueva Versión Internacional
de Biblica1Si el Señor no edifica la casa, en vano se esfuerzan los albañiles. Si el Señor no cuida la ciudad, en vano hacen guardia los vigilantes.2En vano madrugan ustedes, y se acuestan muy tarde, para comer un pan de fatigas, porque Dios concede el sueño a sus amados.3Los hijos son una herencia del Señor, los frutos del vientre son una recompensa.4Como flechas en las manos del guerrero son los hijos de la juventud.5Dichosos los que llenan su aljaba con esta clase de flechas.[1] No serán avergonzados por sus enemigos cuando litiguen con ellos en los tribunales.
1Si el SEÑOR no edifica la casa, en vano se esfuerzan los albañiles. Si el SEÑOR no cuida la ciudad, en vano hacen guardia los vigilantes.2En vano madrugáis, y os acostáis muy tarde, para comer un pan de fatigas, porque Dios concede el sueño a sus amados.3Los hijos son una herencia del SEÑOR, los frutos del vientre son una recompensa.4Como flechas en las manos del guerrero son los hijos de la juventud.5Dichosos los que llenan su aljaba con esta clase de flechas.[1] No serán avergonzados por sus enemigos cuando litiguen con ellos en los tribunales.