1.Könige 10 | Einheitsübersetzung 2016 La Biblia Textual

1.Könige 10 | Einheitsübersetzung 2016

Königin von Saba

1 Die Königin von Saba hörte vom Ruf Salomos, der zum Ruhm des HERRN gereichte, und kam, um ihn mit Rätselfragen auf die Probe zu stellen. 2 Sie kam nach Jerusalem mit sehr großem Gefolge, mit Kamelen, die Balsam, eine gewaltige Menge Gold und Edelsteine trugen, trat bei Salomo ein und redete mit ihm über alles, was sie in ihrem Herzen erwogen hatte. 3 Salomo gab ihr Antwort auf alle Fragen. Es gab nichts, was dem König verborgen war und was er ihr nicht hätte sagen können. 4 Als nun die Königin von Saba die ganze Weisheit Salomos erkannte, als sie den Palast sah, den er gebaut hatte, 5 die Speisen auf seiner Tafel, die Sitzplätze seiner Beamten, das Aufwarten der Diener und ihre Gewänder, seine Getränke und sein Brandopfer, das er im Haus des HERRN darbrachte, da stockte ihr der Atem. 6 Sie sagte zum König: Was ich in meinem Land über dich und deine Weisheit gehört habe, ist wirklich wahr. 7 Ich wollte es nicht glauben, bis ich nun selbst gekommen bin und es mit eigenen Augen gesehen habe. Und wahrlich, nicht einmal die Hälfte hat man mir berichtet; deine Weisheit und deine Vorzüge übertreffen alles, was ich gehört habe. 8 Glücklich sind deine Männer, glücklich diese deine Diener, die allezeit vor dir stehen und deine Weisheit hören. 9 Gepriesen sei der HERR, dein Gott, der an dir Gefallen fand und dich auf den Thron Israels setzte. Weil der HERR Israel ewig liebt, hat er dich zum König bestellt, damit du Recht und Gerechtigkeit übst. 10 Sie gab dem König hundertzwanzig Talente Gold, dazu eine sehr große Menge Balsam und Edelsteine. Niemals mehr kam so viel Balsam in das Land, wie die Königin von Saba dem König Salomo schenkte. 11 Auch die Flotte Hirams, die Gold aus Ofir holte, brachte von dort große Mengen Almuggimholz und Edelsteine. 12 Der König ließ aus dem Almuggimholz Schnitzarbeiten für das Haus des HERRN und den königlichen Palast sowie Leiern und Saiteninstrumente für die Sänger anfertigen. Solches Almuggimholz ist nie wieder in das Land gekommen und bis zum heutigen Tag nicht mehr gesehen worden. 13 König Salomo gewährte der Königin von Saba alles, was sie wünschte und begehrte. Dazu beschenkte er sie reichlich, wie es nur der König Salomo vermochte. Schließlich kehrte sie mit ihrem Gefolge in ihr Land zurück.

Salomos Reichtum

14 Das Gewicht des Goldes, das alljährlich bei Salomo einging, betrug sechshundertsechsundsechzig Goldtalente. 15 Dabei ist nicht eingerechnet, was von den Kaufleuten und vom Gewinn der Händler, von allen Königen Arabiens und von den Statthaltern des Landes einging. 16 König Salomo ließ zweihundert Schilde aus gehämmertem Gold herstellen; sechshundert Goldschekel verwandte er für jeden Schild. 17 Dazu machte er dreihundert kleinere Schilde aus gehämmertem Gold; drei Minen Gold verwandte er für jeden. Er brachte sie in das Libanonwaldhaus. 18 Ferner ließ der König einen großen Thron aus Elfenbein anfertigen und mit bestem Gold überziehen. 19 Sechs Stufen führten zum Thron hinauf. Seine Rücklehne war im oberen Teil rund und zu beiden Seiten des Sitzes befanden sich Armlehnen. Zwei Löwen standen neben den Lehnen 20 und zwölf zu beiden Seiten der sechs Stufen. Dergleichen ist noch für kein Königreich geschaffen worden. 21 Alle Trinkgefäße des Königs Salomo waren aus Gold; ebenso waren alle Geräte des Libanonwaldhauses aus bestem Gold. Silber galt in den Tagen Salomos als wertlos; 22 denn der König hatte eine Tarschischflotte auf dem Meer, zusammen mit den Schiffen Hirams. Einmal in drei Jahren kam die Tarschischflotte und brachte Gold, Silber, Elfenbein, Affen und Pfauen. 23 So übertraf König Salomo alle Könige der Erde an Reichtum und Weisheit. 24 Alle Welt begehrte ihn zu sehen und die Weisheit zu hören, die Gott in sein Herz gelegt hatte. 25 Alle brachten ihm Jahr für Jahr ihre Gaben: silberne und goldene Gefäße, Gewänder, Waffen, Balsam, Pferde und Maultiere. 26 Salomo beschaffte sich Wagen und Berittene. Er hatte vierzehnhundert Wagen und zwölftausend Berittene. Er brachte sie in die Wagenstädte sowie in die Umgebung des Königs nach Jerusalem. 27 Der König machte das Silber in Jerusalem so häufig wie die Steine und die Zedern so zahlreich wie die Maulbeerfeigenbäume in der Schefela. 28 Man bezog die Pferde für Salomo aus Ägypten und Koë; die Händler des Königs kauften sie in Koë. 29 Ein Wagen, der aus Ägypten kam, kostete sechshundert und ein Pferd hundertfünfzig Silberschekel. Ebenso trieb man Handel mit allen hetitischen und aramäischen Königen.

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La Biblia Textual

La reina de Sabá Riquezas de Salomón

1 La reina de Sabá oyó de la fama de Salomón, debido al nombre de YHVH, y vino a probarlo con preguntas difíciles. 2 Y llegó a Jerusalem con un gran séquito, con camellos cargados de especias aromáticas, oro en gran abundancia y piedras preciosas. Cuando vino a Salomón, habló con él de todo lo que tenía en su mente. 3 Y Salomón respondió a todas sus preguntas, y no hubo cosa difícil que el rey no le pudiera responder. 4 Y la reina de Sabá, al ver toda la sabiduría de Salomón, y el palacio que había edificado, 5 y los manjares de su mesa, y los asientos de sus servidores, y la presentación y las vestiduras de sus siervos y coperos, y los holocaustos que él hacía elevar en la Casa de YHVH, se quedó sin aliento, 6 y dijo al rey: ¡Es verdad lo que oí en mi tierra acerca de tus hechos y de tu sabiduría! 7 Y no creía lo que me decían hasta que vine, y mis ojos lo han visto, y he aquí no se me había contado ni la mitad: en sabiduría y bienes tú superas la fama que había oído. 8 ¡Dichosos tus hombres, y dichosos estos siervos tuyos, que continuamente están en tu presencia y oyen tu sabiduría! 9 ¡Bendito sea YHVH tu Dios, que se agradó de ti para ponerte en el trono de Israel! Por causa del eterno amor que YHVH tiene por Israel, te ha constituido rey, a fin de que practiques el derecho y la justicia. 10 Y ella dio al rey ciento veinte talentos de oro, y gran cantidad de especias aromáticas y piedras preciosas. Nunca más llegó tanta abundancia de especias aromáticas como las que la reina de Sabá trajo al rey Salomón. 11 También la flota de Hiram, que había traído oro de Ofir, trajo de Ofir gran cantidad de madera de sándalo y piedras preciosas. 12 Y con la madera de sándalo el rey hizo pilares para la Casa de YHVH y para la casa real, además de arpas y liras para los músicos. Nunca llegó madera de sándalo tal, ni se ha visto hasta este día. 13 El rey Salomón dio a la reina de Sabá cuanto ella quiso pedirle, además de lo que Salomón le había dado conforme a su real munificencia. Ella entonces se volvió y regresó a su tierra con sus siervos. 14 El peso del oro que le llegaba a Salomón cada año era de seiscientos sesenta y seis talentos de oro, 15 aparte del de los mercaderes, y el de los negocios de los comerciantes, y el de todos los reyes de Arabia, y el de los gobernadores del país. 16 El rey Salomón hizo doscientos paveses de oro batido, empleando en cada escudo seiscientos siclos de oro; 17 e hizo además trescientos escudos de oro batido, empleando en cada escudo tres minas de oro, los cuales el rey colocó en la casa del bosque del Líbano. 18 También hizo el rey un gran trono de marfil y lo recubrió de oro refinado; 19 el trono tenía seis gradas, y el respaldo tenía una cabeza de becerro; a ambos lados del asiento tenía soportes para los brazos, y junto a los brazos había dos leones de pie; 20 había igualmente doce leones de pie, uno a cada lado de las seis gradas. Jamás se hizo algo semejante para ningún reino. 21 Todos los vasos de beber del rey Salomón eran de oro puro, y todos los objetos de la casa del bosque del Líbano eran de oro fino. Nada era de plata, pues en los días de Salomón ésta no era estimada en absoluto; 22 porque el rey tenía en el mar la flota de Tarsis con la flota de Hiram; y una vez cada tres años venía la flota de Tarsis trayendo oro, plata, marfil, monos y pavos reales. 23 El rey Salomón llegó a ser más grande que todos los reyes de la tierra en riquezas y en sabiduría. 24 Y toda la tierra procuraba estar en presencia de Salomón para oír la sabiduría que ’Elohim había puesto en su corazón. 25 Y año tras año, todos ellos le llevaban su presente: objetos de plata, objetos de oro, vestiduras, armas, perfumes, caballos y mulos. 26 Y reunió Salomón carros de guerra y jinetes, y tuvo mil cuatrocientos carros y doce mil jinetes, que situó en las ciudades de los carros, y en Jerusalem, cerca del rey. 27 Y el rey hizo que la plata fuera en Jerusalem como las piedras, y los cedros como los sicómoros de la Sefelá. 28 Los caballos de Salomón provenían de Egipto y de Coa, que los mercaderes del rey adquirían en Coa al contado. 29 Y cada carro que entraba de Egipto costaba seiscientos siclos de plata, y cada caballo ciento cincuenta siclos. Por medio de ellos también los adquirían todos los reyes de los heteos y los reyes de Siria.