Psalm 31 | La Biblia Textual Schlachter 2000

Psalm 31 | La Biblia Textual

Al director del coro. Salmo de David.

1 En ti, oh YHVH, me he refugiado, No sea yo avergonzado jamás, Líbrame en tu justicia. 2 Inclina a mí tu oído y rescátame pronto, ¡Sé Tú mi roca fuerte y la fortaleza para salvarme! 3 Porque Tú eres mi Roca y mi fortaleza, Por amor de tu Nombre me guiarás y me encaminarás. 4 ¡Sácame de la red que me han tendido, Porque Tú eres mi refugio! 5 En tus manos encomiendo mi espíritu, Tú, oh YHVH, Dios de verdad, me has redimido. 6 Aborrezco a los que confían en ídolos vanos, Pero en cuanto a mí, en YHVH he esperado. 7 Me regocijaré y me alegraré en tu misericordia, Porque has visto mi aflicción, Y has tenido en cuenta las angustias de mi alma, 8 No me entregaste en mano del enemigo, Sino que pusiste mis pies en lugar espacioso. 9 Ten misericordia de mí, oh YHVH, porque estoy en angustia. Mis ojos, mi alma y mis entrañas están consumidos de tristeza. 10 Mi vida se ha agotado en tristeza, y mis años en suspiros. A causa de mi iniquidad mi vigor ha decaído, y se consumen mis huesos. 11 A causa de todos mis adversarios, he venido a ser objeto de oprobio, Y de mis vecinos lo soy en gran manera, y horror de mis conocidos. Los que me ven en la calle huyen de mí. 12 He sido olvidado como un muerto, de quien ya nadie se acuerda. He venido a ser como un vaso quebrado. 13 Oigo la calumnia de muchos, El terror me asalta por doquier, Mientras conspiran unidos contra mí, Y traman quitarme la vida. 14 Pero en ti, oh YHVH, yo he puesto mi confianza. He dicho: Tú eres mi Dios. 15 En tu mano están mis tiempos, Líbrame de la mano de mis enemigos y de mis perseguidores. 16 Haz resplandecer tu rostro sobre tu siervo, ¡Sálvame por tu misericordia! 17 No sea avergonzado, oh YHVH, por cuanto te he invocado, ¡Sean avergonzados los malos, y bajen en silencio al Seol! 18 Enmudezcan los labios mentirosos, Que arrogantemente hablan contra el justo, Con soberbia y menosprecio. 19 ¡Cuán grande es tu bondad que has guardado para los que te temen, Que has preparado para los que en ti confían, Delante de los hijos del hombre! 20 En lo secreto de tu presencia los esconderás de intrigas humanas. En un refugio los guardarás de las contiendas de la lengua. 21 ¡Bendito sea YHVH, que hizo maravillosa su misericordia para conmigo como en ciudad fortificada! 22 Alarmado, me dije: ¡Cortado fui de tu presencia! Pero Tú oíste la voz de mis súplicas cuando clamé a ti. 23 Amad a YHVH, vosotros todos sus santos. YHVH preserva a los fieles, Pero retribuye con creces al que actúa con soberbia. 24 ¡Esforzaos todos los que esperáis en YHVH, Y tome aliento vuestro corazón!

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Schlachter 2000
1 Dem Vorsänger. Ein Psalm Davids.* 2 Bei dir, o HERR, habe ich Zuflucht gefunden; lass mich niemals zuschanden werden; errette mich durch deine Gerechtigkeit! 3 Neige dein Ohr zu mir, rette mich rasch; sei mir ein starker Fels, eine feste Burg zu meiner Rettung! 4 Denn du bist mein Fels und meine Festung, führe und leite du mich um deines Namens willen! 5 Befreie mich aus dem Netz, das sie mir heimlich gestellt haben; denn du bist meine Schutzwehr. 6 In deine Hand befehle ich meinen Geist; du hast mich erlöst, HERR, du treuer Gott! 7 Ich hasse die, welche trügerische Götzen verehren, und ich, ich vertraue auf den HERRN. 8 Ich will frohlocken und mich freuen an deiner Gnade, denn du hast mein Elend angesehen, du hast auf die Nöte meiner Seele geachtet 9 und hast mich nicht ausgeliefert in die Hand des Feindes, sondern hast meine Füße in weiten Raum gestellt. 10 Sei mir gnädig, o HERR, denn mir ist angst; vor Gram sind schwach geworden mein Auge, meine Seele und mein Leib; 11 denn mein Leben ist dahingeschwunden in Kummer und meine Jahre mit Seufzen; meine Kraft ist gebrochen durch meine Schuld, und meine Gebeine sind schwach geworden. 12 Vor all meinen Feinden bin ich zum Hohn geworden, meinen Nachbarn allermeist, und ein Schrecken meinen Bekannten; die mich auf der Gasse sehen, fliehen vor mir. 13 Ich bin in Vergessenheit geraten, aus dem Sinn gekommen wie ein Toter; ich bin geworden wie ein zertrümmertes Gefäß. 14 Denn ich habe die Verleumdung vieler gehört — Schrecken ringsum! —, als sie sich miteinander berieten gegen mich; sie trachten danach, mir das Leben zu nehmen. 15 Aber ich vertraue auf dich, o HERR; ich sage: Du bist mein Gott! 16 In deiner Hand steht meine Zeit; rette mich aus der Hand meiner Feinde und von meinen Verfolgern! 17 Lass dein Angesicht leuchten über deinem Knecht; rette mich durch deine Gnade! 18 HERR, lass mich nicht zuschanden werden, denn ich rufe dich an! Zuschanden werden sollen die Gottlosen, verstummen im Totenreich! 19 Die Lügenlippen sollen zum Schweigen gebracht werden, die frech reden gegen den Gerechten mit Hochmut und Verachtung! 20 Wie groß ist deine Güte, die du denen bewahrst, die dich fürchten, und die du an denen erzeigst, die bei dir Zuflucht suchen angesichts der Menschenkinder. 21 Du verbirgst sie im Schutz deines Angesichts* vor den Verschwörungen der Menschen; du verbirgst sie in einer Hütte vor dem Gezänk der Zungen. 22 Gelobt sei der HERR, denn er hat mir seine Gnade wunderbar erwiesen in einer festen Stadt! 23 Ich hatte zwar in meiner Bestürzung gesagt: »Ich bin verstoßen von deinen Augen!« Doch du hast die Stimme meines Flehens gehört, als ich zu dir schrie. 24 Liebt den HERRN, alle seine Frommen! Der HERR bewahrt die Treuen, und er vergilt reichlich dem, der hochmütig handelt. 25 Seid stark, und euer Herz fasse Mut, ihr alle, die ihr auf den HERRN harrt!