de Biblica1Yo soy un hombre que ha visto lo que se sufre cuando el SEÑOR castiga las maldades.2Él me hizo caminar en tinieblas, sin nada de luz.3Se ha vuelto contra mí, de día y de noche me castiga sin parar.4Me ha hecho sufrir tanto que hasta me veo avejentado y estoy lleno de tristeza.5Él ha procurado que sólo me acontezcan cosas malas; todo a mi alrededor es triste y penoso.6Me ha hecho vivir en las tinieblas por largo tiempo, como si ya estuviera muerto.7Me ha maltratado por todos lados, casi no tengo ni respiro; estoy tan apesadumbrado que parece que estuviera sujetado con cadenas pesadas.8¡Por más que grite y clame no me pone nada de atención!9¡Me ha cerrado el camino de modo que no veo nada claro en mi futuro! ¡Todos mis proyectos los ha estorbado y ya no sé qué hacer!10Me acecha como un oso, como un león, listo para atacarme.11Me ha arrastrado a un lado del camino, me ha despedazado con sus garras, me ha dejado indefenso y abandonado a mi suerte.12Como si fuera un arquero enemigo, me tomó de blanco para lanzarme sus flechas.13¡Y claro que me ha clavado sus flechas en todo mi cuerpo!14Mi propia gente se burla de mí, no dejan de molestarme con sus burlas y rechiflas en ningún momento.15El SEÑOR ha llenado mi vida de tristeza y vivo amargado y dolorido todo el tiempo.16Me ha hecho moler grava con mis dientes, me ha revolcado en el polvo.17¡Me has quitado la paz! ¡Ya ni siquiera me preocupo por portarme bien!18Y dije: «Ya no tengo ganas de hacer nada y hasta estoy perdiendo la fe en el SEÑOR».19¡Oh, acuérdate de que ando sin saber adonde ir y afligido, con mucho dolor!20Porque nunca podré olvidar este tiempo tan terrible, y por eso estoy desanimado.21Pero hay algo que quiero recordar y en ello poner mi esperanza:22¡en que el gran amor del SEÑOR no tiene fin, pues sólo ha sido por su misericordia que nos ha guardado de la destrucción completa!23El SEÑOR es digno de toda confianza; sus muestras de bondad las recibimos cada día.24El SEÑOR es todo para mí, por lo tanto en él confiaré siempre.25El SEÑOR es maravillosamente bueno con aquellos quienes en él confían, con aquellos que buscan seguir sus instrucciones.26Es bueno esperar en confiado silencio la salvación del SEÑOR.27Es bueno ser fiel al SEÑOR desde la juventud.28Déjenla estar sola y en silencio, cuando el SEÑOR le quiere mostrar algo.29Que incline su rostro hasta el suelo en señal de humildad, tal vez aún haya esperanza de algún cambio.30Que ponga su mejilla a quienes lo hieren, y que soporte sus insultos,31porque el SEÑOR no la abandonará para siempre.32Aunque el SEÑOR la aflija, también le mostrará compasión, por la grandeza de su bondad.33¡Nadie crea que al SEÑOR le agrada afligir al ser humano ni causarle dolor!34El pisotear a los prisioneros de su pueblo,35el negar al ser humano sus derechos en la presencia de Dios,36el no hacer justicia, ¡son cosas que el SEÑOR para nada aprueba!37¿Puede acaso suceder algo sin el permiso de Dios?38¿Acaso no viene de Dios tanto lo bueno como lo malo?39¿Por qué, pues, nosotros, simples seres humanos, nos quejamos cuando nos castigan por nuestros pecados?40Examinemos nuestra conducta y volvamos a ser fieles al SEÑOR otra vez.41Alcemos nuestros corazones y manos al Dios del cielo.42¡Hemos actuado muy mal, hemos sido muy tercos, pero tú no has perdonado!43Nos has derribado, SEÑOR, en tu gran cólera, y nos has matado, no quisiste perdonarnos.44Te has cubierto como con una espesa nube para que nuestras oraciones no lleguen hasta ti.45Nos has tratado como si fuéramos basura delante de las naciones.46Todos nuestros enemigos han hablado en contra nuestra.47Estamos llenos de temor pues estamos atrapados, desolados y destruidos.48Me la paso llorando al ver la destrucción de mi pueblo.49Lágrimas fluyen de mis ojos sin descanso, al darme cuenta que no hay escape para mi pueblo.50¡Oh, que el SEÑOR mire desde el cielo y responda a mi ruego!51Estoy lleno de dolor al ver todo lo que les está pasando a las mujeres de Jerusalén.52Mis enemigos, a quienes nunca hice mal, me cazaron como a un ave.53Me metieron en un pozo y lo cubrieron con una roca.54El agua me cubría por completo. Pensé: «Este es el fin».55¡Entonces yo me dirigí a ti en oración, SEÑOR, desde la profundidad del pozo,56y atendiste mi petición! ¡Escuchaste mis oraciones, fuiste sensible a mi llanto!57Sí, tú acudiste ante mi oración desesperada y me dijiste: «No tengas miedo».58¡Oh SEÑOR, tú eres mi defensor! ¡Defendiste mi causa, pues tú has librado mi vida de la muerte!59Tú has visto el mal que me han hecho, SEÑOR, sé mi juez y hazme justicia.60Has visto con que violencia me persiguen mis enemigos.61SEÑOR, tú has escuchado los insultos y burlas que dirigen contra mí todo el día,62y cómo me agreden de todas formas; entonan canciones burlescas en mi contra.63Mira cómo se ríen y cantan alegremente contra mí esos refranes malintencionados.64¡Oh SEÑOR, dales su merecido por todo el mal que me han hecho!65¡Permite que caigan en sus propias maldades, SEÑOR!66¡Persíguelos, SEÑOR, en tu enojo y haz que caigan golpeados por la mala suerte!
Lamentaciones 3
Nueva Versión Internacional (Castellano)
de Biblica1[1] Yo soy aquel que ha sufrido la aflicción bajo la vara de su ira.2Me ha hecho andar en las tinieblas; me ha apartado de la luz.3Una y otra vez, y a todas horas, su mano se ha vuelto contra mí.4Me ha marchitado la carne y la piel; me ha quebrantado los huesos.5Me ha tendido un cerco de amargura y tribulaciones.6Me obliga a vivir en las tinieblas, como a los que hace tiempo murieron.7Me tiene encerrado, no puedo escapar; me ha puesto pesadas cadenas.8Por más que grito y pido ayuda, él se niega a escuchar mi oración.9Ha sembrado de piedras mi camino; ha torcido mis senderos.10Me vigila como oso agazapado; me acecha como león.11Me aparta del camino para despedazarme; ¡me deja del todo desvalido!12Con el arco tenso, me ha hecho blanco de sus flechas.13Me ha partido el corazón con las flechas de su aljaba.14Soy el hazmerreír de todo mi pueblo; todo el día me parodian.15Me ha llenado de amargura, me ha hecho beber hiel.16Me ha estrellado contra el suelo; me ha hecho morder el polvo.17Me ha quitado la paz; ya no recuerdo lo que es la dicha.18Y digo: «La vida se me acaba, junto con mi esperanza en el SEÑOR».19Recuerda que ando errante y afligido, que estoy saturado de hiel y amargura.20Siempre tengo esto presente, y por eso me deprimo.21Pero algo más me viene a la memoria, lo cual me llena de esperanza:22El gran amor del SEÑOR nunca se acaba,[2] y su compasión jamás se agota.23Cada mañana se renuevan sus bondades; ¡muy grande es su fidelidad!24Por tanto, digo: «El SEÑOR es todo lo que tengo. ¡En él esperaré!»25Bueno es el SEÑOR con quienes en él confían, con todos los que lo buscan.26Bueno es esperar calladamente que el SEÑOR venga a salvarnos.27Bueno es que el hombre aprenda a llevar el yugo desde su juventud.28¡Dejadle estar solo y en silencio, porque así el SEÑOR se lo impuso!29¡Que hunda el rostro en el polvo! ¡Tal vez haya esperanza todavía!30¡Que dé la otra mejilla a quien lo hiera, y quede así cubierto de oprobio!31El Señor nos ha rechazado, pero no será para siempre.32Nos hace sufrir, pero también nos compadece, porque es muy grande su amor.33El Señor nos hiere y nos aflige, pero no porque sea de su agrado.34Cuando se aplasta bajo el pie a todos los prisioneros de la tierra,35cuando en presencia del Altísimo se le niegan al hombre sus derechos36y no se le hace justicia, ¿el Señor no se da cuenta?37¿Quién puede anunciar algo y hacerlo realidad sin que el Señor dé la orden?38¿No es acaso por mandato del Altísimo por lo que acontece lo bueno y lo malo?39¿Por qué habría de quejarse en vida quien es castigado por sus pecados?40Hagamos un examen de conciencia y volvamos al camino del SEÑOR.41Elevemos al Dios de los cielos nuestro corazón y nuestras manos.42Hemos pecado, hemos sido rebeldes, y tú no has querido perdonarnos.43Ardiendo en ira nos persigues; nos masacras sin piedad.44Te envuelves en una nube para no escuchar nuestra oración.45Como a escoria despreciable, nos has arrojado entre las naciones.46Todos nuestros enemigos abren la boca para hablar mal de nosotros.47Hemos sufrido terrores, caídas, ruina y destrucción.48Ríos de lágrimas corren por mis mejillas porque ha sido destruida la capital de mi pueblo.49Se inundarán de lágrimas mis ojos, sin cesar y sin consuelo,50hasta que desde el cielo el SEÑOR se digne mirarnos.51Me duele en lo más profundo del alma ver sufrir a las mujeres de mi ciudad.52Mis enemigos me persiguen sin razón, y quieren atraparme como a un ave.53Me quieren enterrar vivo y taparme con piedras la salida.54Las aguas me han cubierto la cabeza; parece que me ha llegado el fin.55Desde lo más profundo de la fosa invoqué, SEÑOR, tu nombre,56y tú escuchaste mi plegaria; no cerraste tus oídos a mi clamor.57Te invoqué, y viniste a mí; «No temas», me dijiste.58Tú, Señor, te pusiste de mi parte y me salvaste la vida.59Tú, SEÑOR, viste el mal que me causaron; ¡hazme justicia!60Tú notaste su sed de venganza y todas sus maquinaciones en mi contra.61SEÑOR, tú has escuchado sus insultos y todas sus maquinaciones en mi contra;62tú sabes que todo el día mis enemigos murmuran y se confabulan contra mí.63¡Míralos! Hagan lo que hagan,[3] se burlan de mí en sus canciones.64¡Dales, SEÑOR, su merecido por todo lo que han hecho!65Oscurece su entendimiento, ¡y caiga sobre ellos tu maldición!66Persíguelos, SEÑOR, en tu enojo, y bórralos de este mundo.