Markus 1 | Nueva Biblia Viva Schlachter 2000

Markus 1 | Nueva Biblia Viva

Juan el Bautista prepara el camino

1 Este es el principio de la buena noticia de Jesús el Mesías, el Hijo de Dios. 2 En el libro que escribió el profeta Isaías dice: «Mira, voy a enviar un mensajero delante de ti, a prepararte el camino». 3 «Voz de uno que clama en el desierto: “Preparen el camino del Señor, háganle caminos derechos”». 4 Así fue como se presentó Juan en el desierto, predicando que debían arrepentirse y bautizarse para obtener el perdón de los pecados. 5 Desde Jerusalén y de toda la provincia de Judea acudía la gente a Juan. Cuando alguien confesaba sus pecados, Juan lo bautizaba en el río Jordán. 6 Juan usaba un vestido de pelo de camello ceñido con un cinto de cuero y se alimentaba con langostas del desierto y miel silvestre. 7 Predicaba de esta manera: «Pronto vendrá alguien más poderoso que yo, y ni siquiera soy digno de agacharme ante él para desatar la correa de sus sandalias. 8 Yo los bautizo con agua, pero él los bautizará con el Espíritu Santo».

Bautismo y tentación de Jesús

9 En esos días Jesús llegó de Nazaret de Galilea, y Juan lo bautizó en el río Jordán. 10 En el instante en que Jesús salía del agua, vio los cielos abiertos y al Espíritu Santo que descendía sobre él en forma de paloma. 11 Se escuchó entonces una voz del cielo que decía: «Tú eres mi Hijo amado; en ti me complazco». 12 Inmediatamente el Espíritu lo llevó al desierto, 13 donde pasó cuarenta días, y era tentado por Satanás. Estaba entre las fieras y los ángeles lo servían.

Llamamiento de los primeros discípulos

14 Después de que el rey Herodes mandó arrestar a Juan, Jesús se fue a Galilea a predicar las buenas nuevas de Dios. 15 «¡Llegó por fin la hora! —anunciaba—. ¡El reino de Dios está cerca! Arrepiéntanse y crean las buenas noticias». 16 Al pasar por la orilla del mar de Galilea, Jesús vio a Simón y a su hermano Andrés que echaban la red en el lago, pues eran pescadores. 17 «¡Vengan y síganme —les dijo Jesús—, y los convertiré en pescadores de hombres!». 18 De inmediato abandonaron las redes y lo siguieron. 19 Un poco mas adelante vio a Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, que remendaban las redes en una barca. 20 Los llamó también, y ellos dejaron a Zebedeo en la barca con los empleados y se fueron con Jesús.

Jesús expulsa a un espíritu maligno

21 Llegaron a Capernaúm. El día de reposo por la mañana entraron en la sinagoga, y Jesús comenzó a enseñar. 22 La gente quedó maravillada de su enseñanza, porque Jesús hablaba con autoridad, y no como los maestros de la ley.* 23 Un endemoniado que estaba en la sinagoga se puso a gritar: 24 ―¡Ah! ¿Por qué nos molestas, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Yo sé que eres el Santo de Dios. 25 Jesús le dijo: —¡Cállate y sal de él! 26 El espíritu inmundo sacudió con violencia al hombre y salió de él dando un gran alarido. 27 Todos se quedaron tan espantados que se preguntaban unos a otros: «¿Qué es esto? Es una enseñanza nueva, ¡y con qué autoridad! ¡Hasta los espíritus inmundos lo obedecen!». 28 La noticia de lo sucedido corrió rápidamente por toda Galilea.

Jesús sana a muchos enfermos

29 De allí, Jesús, Jacobo y Juan se fueron a casa de Simón y Andrés. 30 Y le contaron a Jesús que la suegra de Simón estaba en cama con fiebre. 31 Él se le acercó, la tomó de la mano y la ayudó a sentarse. ¡Inmediatamente se le quitó la fiebre y se levantó a servirlos! 32 Al atardecer, cuando ya se ponía el sol, le llevaron a Jesús todos los enfermos y endemoniados, 33 de manera que la ciudad entera estaba agolpada a la puerta. 34 Jesús sanó a muchos enfermos y endemoniados. Pero no permitía que los demonios hablaran y revelaran quién era él.

Jesús ora en un lugar solitario

35 A la mañana siguiente, todavía de madrugada, Jesús se levantó y se fue a un lugar solitario a orar. 36 Simón y los demás fueron a buscarlo, 37 y cuando lo encontraron le dijeron: ―Toda la gente te anda buscando. 38 Él les respondió: ―Vámonos de aquí a otras ciudades cercanas donde también debo predicar. Para eso vine. 39 Así que Jesús recorrió Galilea entera predicando en las sinagogas y expulsando a los demonios.

Jesús sana a un leproso

40 Un leproso se le acercó y, de rodillas, le dijo: ―Si quieres, puedes sanarme. 41 Jesús, compadecido, lo tocó y le dijo: ―Quiero; queda curado. 42 E instantáneamente la lepra desapareció y quedó limpio. 43 ―Jesús lo despidió de inmediato y le recomendó con seriedad lo siguiente: 44 ―Mira, no le digas a nadie que yo te curé. Vete a presentarte ante el sacerdote y llévale la ofrenda que Moisés mandó, para que les conste a los sacerdotes. 45 Pero tan pronto salió de allí, comenzó a divulgar lo que le había sucedido. Como consecuencia de esto, Jesús ya no podía entrar abiertamente en ninguna ciudad. Tenía que quedarse en los lugares apartados; y aun así, de todas partes llegaban a él.

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Schlachter 2000

Die Verkündigung Johannes des Täufers

1 Anfang des Evangeliums* von Jesus Christus*, dem Sohn Gottes. 2 Wie geschrieben steht in den Propheten: »Siehe, ich sende meinen Boten vor deinem Angesicht her, der deinen Weg vor dir bereiten wird.« 3 »Die Stimme eines Rufenden [ertönt] in der Wüste: Bereitet den Weg des Herrn, macht seine Pfade eben!«* 4 So begann Johannes in der Wüste, taufte und verkündigte eine Taufe der Buße* zur Vergebung der Sünden. 5 Und es ging zu ihm hinaus das ganze Land Judäa und die Bewohner von Jerusalem, und es wurden von ihm alle im Jordan getauft, die ihre Sünden bekannten. 6 Johannes aber war bekleidet mit Kamelhaaren und trug einen ledernen Gürtel um seine Lenden, und er aß Heuschrecken und wilden Honig. 7 Und er verkündigte und sprach: Es kommt einer nach mir, der stärker ist als ich, und ich bin nicht würdig, ihm gebückt seinen Schuhriemen zu lösen. 8 Ich habe euch mit Wasser getauft; er aber wird euch mit Heiligem Geist taufen.

Die Taufe Jesu Christi und die Versuchung in der Wüste

9 Und es geschah in jenen Tagen, dass Jesus von Nazareth in Galiläa kam und sich von Johannes im Jordan taufen ließ. 10 Und sogleich, als er aus dem Wasser stieg, sah er den Himmel zerrissen und den Geist wie eine Taube auf ihn herabsteigen. 11 Und eine Stimme ertönte aus dem Himmel: Du bist mein geliebter Sohn, an dem ich Wohlgefallen habe! 12 Und sogleich treibt ihn der Geist in die Wüste hinaus. 13 Und er war 40 Tage dort in der Wüste und wurde von dem Satan versucht; und er war bei den wilden Tieren, und die Engel dienten ihm.

Der Beginn des Wirkens Jesu in Galiläa

14 Nachdem aber Johannes gefangen genommen worden war, kam Jesus nach Galiläa und verkündigte das Evangelium vom Reich Gottes 15 und sprach: Die Zeit ist erfüllt, und das Reich Gottes ist nahe. Tut Buße* und glaubt an das Evangelium!

Die Berufung der ersten Jünger

16 Als er aber am See von Galiläa* entlangging, sah er Simon und dessen Bruder Andreas; die warfen das Netz aus im See, denn sie waren Fischer. 17 Und Jesus sprach zu ihnen: Folgt mir nach, und ich will euch zu Menschenfischern machen! 18 Da verließen sie sogleich ihre Netze und folgten ihm nach. 19 Und als er von dort ein wenig weiterging, sah er Jakobus, den Sohn des Zebedäus, und seinen Bruder Johannes, die auch im Schiff waren und die Netze flickten. 20 Und sogleich berief er sie; und sie ließen ihren Vater Zebedäus samt den Tagelöhnern im Schiff und folgten ihm nach.

Jesus treibt in Kapernaum einen unreinen Geist aus

21 Und sie begaben sich nach Kapernaum; und er ging am Sabbat sogleich in die Synagoge und lehrte. 22 Und sie erstaunten über seine Lehre; denn er lehrte sie wie einer, der Vollmacht hat, und nicht wie die Schriftgelehrten. 23 Und es war in ihrer Synagoge ein Mensch mit einem unreinen Geist, der schrie 24 und sprach: Lass ab! Was haben wir mit dir zu tun, Jesus, du Nazarener? Bist du gekommen, um uns zu verderben? Ich weiß, wer du bist: der Heilige Gottes! 25 Aber Jesus befahl ihm und sprach: Verstumme und fahre aus von ihm! 26 Da zerrte ihn der unreine Geist hin und her, schrie mit lauter Stimme und fuhr von ihm aus. 27 Und sie erstaunten alle, sodass sie sich untereinander fragten und sprachen: Was ist das? Was für eine neue Lehre ist dies? Mit Vollmacht gebietet er auch den unreinen Geistern, und sie gehorchen ihm! 28 Und das Gerücht von ihm verbreitete sich sogleich in das ganze umliegende Gebiet von Galiläa.

Die Heilung der Schwiegermutter des Petrus und anderer Kranker

29 Und sogleich verließen sie die Synagoge und gingen mit Jakobus und Johannes in das Haus des Simon und Andreas. 30 Simons Schwiegermutter aber lag krank am Fieber danieder, und sogleich sagten sie ihm von ihr. 31 Und er trat hinzu, ergriff ihre Hand und richtete sie auf; und das Fieber verließ sie sogleich, und sie diente ihnen. 32 Als es aber Abend geworden und die Sonne untergegangen war, brachten sie alle Kranken und Besessenen zu ihm. 33 Und die ganze Stadt war vor der Tür versammelt. 34 Und er heilte viele, die an mancherlei Krankheiten litten, und trieb viele Dämonen aus und ließ die Dämonen nicht reden, denn sie kannten ihn. 35 Und am Morgen, als es noch sehr dunkel war, stand er auf, ging hinaus an einen einsamen Ort und betete dort. 36 Und es folgten ihm Simon und die, welche bei ihm waren; 37 und als sie ihn gefunden hatten, sprachen sie zu ihm: Jedermann sucht dich! 38 Und er spricht zu ihnen: Lasst uns in die umliegenden Orte gehen, damit ich auch dort verkündige; denn dazu bin ich gekommen! 39 Und er verkündigte in ihren Synagogen in ganz Galiläa und trieb die Dämonen aus.

Die Heilung eines Aussätzigen

40 Und es kam ein Aussätziger zu ihm, bat ihn, fiel vor ihm auf die Knie und sprach zu ihm: Wenn du willst, kannst du mich reinigen! 41 Da erbarmte sich Jesus über ihn, streckte die Hand aus, rührte ihn an und sprach zu ihm: Ich will; sei gereinigt! 42 Und während er redete, wich der Aussatz sogleich von ihm, und er wurde rein. 43 Und er ermahnte ihn ernstlich und schickte ihn sogleich fort 44 und sprach zu ihm: Hab acht, sage niemand etwas; sondern geh hin, zeige dich dem Priester und opfere für deine Reinigung, was Mose befohlen hat, ihnen zum Zeugnis! 45 Er aber ging und fing an, es vielfach zu verkündigen, und breitete die Sache überall aus, sodass Jesus nicht mehr öffentlich in eine Stadt hineingehen konnte, sondern er war draußen an einsamen Orten; und sie kamen von allen Seiten zu ihm.