1¡Canta, mujer estéril! ¡Prorrumpe en grande y jubiloso cántico, Jerusalén, porque la que había sido abandonada tiene más bendiciones que la que conservó su marido!2¡Amplía tu casa, construye cuartos adicionales, ensancha tu morada3porque pronto no tendrás espacio! Tus descendientes poseerán las ciudades que habían quedado durante el exilio y gobernarán a las naciones que se apoderaron de su tierra.4No temas, ya no vivirás avergonzada. La vergüenza de tu juventud y el dolor de la viudez no se recordarán más,5porque tu Creador será el«esposo» tuyo. SEÑOR Todopoderoso es su nombre; él es tu Redentor, el Santo de Israel, el Dios de toda la tierra.6Porque el SEÑOR te ha llamado para que dejes tu dolor, joven esposa abandonada por tu marido.7Por un breve momento te abandoné, pero con mucha compasión te tomaré de nuevo.8En un momento de ira no quise saber nada de ti, pero con amor eterno nuevamente tendré compasión de ti, dice el SEÑOR, tu Redentor.9Así como en días de Noé juré que jamás permitiría que la inundación de las aguas cubriera la tierra y destruyera su vida, juro ahora que jamás volveré a derramar mi ira sobre ti como lo hice durante el exilio.10Podrán los montes marcharse y desaparecer las colinas, pero la misericordia mía no te dejará. Jamás será quebrantada mi promesa de paz para ti, dice el SEÑOR, quien tiene misericordia de ti.11¡Oh afligido pueblo mío, atormentado y atribulado, volveré a construir para ti cimiento de zafiros, y de piedras preciosas haré los muros de tus casas!12De ágata resplandeciente construiré tus torres, y tus puertas y murallas serán de fulgurantes gemas.13Y yo seré el maestro de todos tus ciudadanos y grande será la prosperidad de ellos.14Serás regida por un gobierno justo y honrado. Tus enemigos se mantendrán a distancia, vivirás en paz, el terror no se acercará.15Si alguna nación acude a combatirte, no será enviada por mí como castigo; por lo tanto será derrotada, porque yo estoy de tu parte.16Yo he creado al herrero que desde abajo de la fragua da viento a los carbones y fabrica las armas destructivas. Yo he creado los ejércitos que destruyen.17Pero aquel día ninguna arma que se vuelva contra ti triunfará, y se te hará justicia contra toda calumnia que se esgrima en los tribunales. Esta es la herencia de los siervos del SEÑOR, esta es la bendición que te he dado, dice el SEÑOR.
Nueva Versión Internacional (Castellano)
La futura gloria de Sión
1«Tú, mujer estéril que nunca has dado a luz, ¡grita de alegría! Tú, que nunca tuviste dolores de parto, ¡prorrumpe en canciones y grita con júbilo! Porque más hijos que la casada tendrá la desamparada —dice el SEÑOR—.2»Ensancha el espacio de tu tienda, y despliega las cortinas de tu morada. ¡No te pongas límites! Alarga tus cuerdas y refuerza tus estacas.3Porque a derecha y a izquierda te extenderás; tu descendencia conquistará naciones y poblará ciudades desoladas.4»No temas, porque no serás avergonzada. No te turbes, porque no serás humillada. Olvidarás la vergüenza de tu juventud, y no recordarás más el oprobio de tu viudez.5Porque el que te hizo es tu esposo; su nombre es el SEÑOR Todopoderoso. Tu Redentor es el Santo de Israel; ¡Dios de toda la tierra es su nombre!6El SEÑOR te llamará como a esposa abandonada; como a mujer angustiada de espíritu, como a esposa que se casó joven tan solo para ser rechazada —dice tu Dios—.7Te abandoné por un instante, pero con profunda compasión volveré a unirme contigo.8Por un momento, en un arrebato de enojo, escondí mi rostro de ti; pero con amor eterno tendré compasión de ti —dice el SEÑOR, tu Redentor—.9»Para mí es como en los días de Noé, cuando juré que las aguas del diluvio* no volverían a cubrir la tierra. Así he jurado no enojarme más contigo, ni volver a reprenderte.10Aunque cambien de lugar las montañas y se tambaleen las colinas, no cambiará mi fiel amor por ti ni vacilará mi pacto de paz, —dice el SEÑOR, que de ti se compadece—.11»¡Mira tú, ciudad afligida, atormentada y sin consuelo! ¡Te afirmaré con turquesas,* y te cimentaré con zafiros!*12Con rubíes construiré tus almenas, con joyas brillantes tus puertas, y con piedras preciosas todos tus muros.13El SEÑOR mismo instruirá a todos tus hijos, y grande será su bienestar.14Serás establecida en justicia; lejos de ti estará la opresión, y nada tendrás que temer; el terror se apartará de ti, y no se te acercará.15Si alguien te ataca, no será de mi parte; cualquiera que te ataque caerá ante ti.16»Mira, yo he creado al herrero que aviva las brasas del fuego y forja armas para sus propios fines. Yo también he creado al destructor para que haga estragos.17No prevalecerá ninguna arma que se forje contra ti; toda lengua que te acuse será refutada. Esta es la herencia de los siervos del SEÑOR, la justicia que de mí procede —afirma el SEÑOR—.
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