1Luego Dios el SEÑOR me mostró en una visión una canasta llena de fruta madura, y me preguntó:2―¿Qué ves, Amós? Yo le contesté: ―Una canasta llena de fruta madura. Luego el SEÑOR me dijo: ―Esta fruta representa a mi pueblo Israel, pues ya está maduro para recibir el castigo que merece; de modo que no voy a perdonarlo más.3El día que lo castigue, en el templo se entonarán cantos fúnebres en vez de alabanzas alegres. Serán tantos los muertos que habrá cadáveres por todas partes, y serán sacados fuera de la ciudad en silencio, con mucha pesadumbre. Lo ha dicho Dios el SEÑOR.4Escuchen, ustedes, comerciantes que explotan a los pobres y ustedes, terratenientes que causan la ruina de los necesitados arrebatándoles su tierra.5Ustedes que anhelan que el sábado termine y que las fiestas religiosas se acaben, para poder salir y comenzar a estafar de nuevo, usando sus balanzas falseadas y medidas tramposas.6Ustedes que hasta se atreven a vender los deshechos del trigo. Ustedes que son capaces de comprar como esclavos a los pobres por unas cuantas monedas, o por un par de sandalias.7El SEÑOR, que es el orgullo de Israel, ha jurado: «¡Yo no olvidaré jamás sus malas acciones!».8¡Hasta la tierra se estremecerá de horror al ver las consecuencias de mi castigo, y sus habitantes llorarán de dolor! La tierra subirá como lo hace el río Nilo en el tiempo de la inundación, se agitará y bajará de nuevo.9En aquel tiempo yo haré que el sol se oculte al mediodía, y oscureceré la tierra cuando todavía sea de día. Lo ha dicho Dios el SEÑOR.10Y yo transformaré sus fiestas alegres en velorios tristes, y sus cantos de gozo en gritos de desesperación. Haré que ese día se pongan ropa de luto y se rapen la cabeza en señal de dolor y vergüenza. Ese día habrá tanto llanto y amargura como cuando se muere un hijo único.11El tiempo viene, dice Dios el SEÑOR, cuando yo enviaré hambre sobre la tierra, pero no hambre de pan o sed de agua, sino de oír y seguir las instrucciones del SEÑOR.12Los hombres irán de un mar a otro, atravesarán la tierra de norte a sur buscando conocer las instrucciones del SEÑOR, pero no las encontrarán.13Ese día, las muchachas hermosas y los jóvenes valientes desmayarán de sed.14Y los que ofrecen homenajes a los ídolos de Samaria, Dan y Berseba caerán para nunca más levantarse.
Nueva Versión Internacional (Castellano)
Cuarta visión y advertencias
1El SEÑOR omnipotente me mostró en una visión una canasta de fruta madura,2y me preguntó: ―¿Qué ves, Amós? ―Una canasta de fruta madura —respondí. Entonces el SEÑOR me dijo: ―Ha llegado el tiempo de que Israel caiga como fruta madura; no volveré a perdonarlo.3»En aquel día —afirma el SEÑOR omnipotente—, las canciones del palacio se volverán lamentos. ¡Muchos serán los cadáveres tirados por todas partes! ¡Silencio!»4Oíd esto, los que pisoteáis a los necesitados y extermináis a los pobres de la tierra.5Vosotros decís: «¿Cuándo pasará la fiesta de luna nueva para que podamos vender grano, o el día de reposo para que pongamos a la venta el trigo?» Vosotros buscáis achicar la medida y aumentar el precio, falsear las balanzas6y vender los deshechos del trigo, comprar al desvalido por dinero, y al necesitado, por un par de sandalias.7Jura el SEÑOR por el orgullo de Jacob: «Jamás olvidaré nada de lo que han hecho.8»¿Y con todo esto no temblará la tierra? ¿No se enlutarán sus habitantes? Subirá la tierra entera como el Nilo; se agitará y bajará, como el río de Egipto.9»En aquel día —afirma el SEÑOR omnipotente—, »haré que el sol se ponga al mediodía, y que en pleno día la tierra se oscurezca.10Convertiré en luto vuestras fiestas religiosas, y en cantos fúnebres todas vuestras canciones. Os vestiré de luto y os afeitaré la cabeza. Será como si lloraseis la muerte de un hijo único, y terminaréis el día en amargura.11»Vienen días —afirma el SEÑOR omnipotente—, en que enviaré hambre al país; no será hambre de pan ni sed de agua, sino hambre de oír las palabras del SEÑOR.12La gente vagará sin rumbo de mar a mar; andarán errantes del norte al este, buscando la palabra del SEÑOR, pero no la encontrarán.13»En aquel día se desmayarán de sed las jóvenes hermosas y los jóvenes fuertes.14Y caerán para no levantarse jamás los que juran por la culpa* de Samaria, los que dicen: “¡Por la vida de tu dios, oh Dan! ¡Por la vida de tu dios, Berseba!”»*
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