16一天,两个妓女到王面前告状。17其中一个说:“我主啊,我跟这女人同住,我生了一个男孩,当时她也在场。18我生产后三天,她也生了一个男孩。我们住在一起,除了我们二人,屋里没有别人。19一天晚上,她不小心压死了自己的孩子。20她半夜起来,趁我熟睡的时候抱走了我身边的孩子,放在她怀中,把她的死孩子放在我怀中。21天快亮的时候,我起来给孩子喂奶,发现孩子死了。天亮后,我仔细察看孩子,发现孩子不是我生的。”22另一个女人说:“不对!活孩子是我的,死孩子是你的。”第一个女人说:“不对!死孩子是你的,活孩子是我的。”两个女人在王面前争吵起来。23王见她们二人都说活孩子是自己的,死孩子是对方的,24就命人拿刀来。侍从把刀拿来后,25王下令将那活孩子劈成两半,让她们各得一半。26活孩子的母亲心疼自己的孩子,就说:“我主啊,把孩子给她吧,千万不要杀他!”但另一个女人却说:“孩子不归我,也不归你,把他劈开吧!”27王说:“不可杀这孩子,把他交给刚才为孩子求情的女人吧!她是孩子的母亲。”28以色列人听见王这样断案,都敬畏他,因为他们知道他有上帝所赐的智慧,可以秉公执法。
Nueva Versión Internacional (Castellano)
Salomón pide sabiduría
1Salomón entró en alianza con el faraón, rey de Egipto, casándose con su hija, a la cual llevó a la Ciudad de David mientras terminaba de construir su palacio, el templo del SEÑOR y el muro alrededor de Jerusalén.2Como aún no se había construido un templo en honor* del SEÑOR, el pueblo seguía ofreciendo sacrificios en los santuarios paganos.3Salomón amaba al SEÑOR y cumplía los decretos de su padre David. Sin embargo, también iba a los santuarios paganos para ofrecer sacrificios y quemar incienso.4Como en Gabaón estaba el santuario pagano más importante, Salomón acostumbraba a ir allí para ofrecer sacrificios. Allí ofreció mil holocaustos;5y allí mismo se le apareció el SEÑOR en un sueño, y le dijo: ―Pídeme lo que quieras.6Salomón respondió: ―Tú trataste con mucho amor a tu siervo David, mi padre, pues se condujo delante de ti con lealtad y justicia, y con un corazón recto. Y, como hoy se puede ver, has reafirmado tu gran amor al concederle que un hijo suyo le suceda en el trono.7»Ahora, SEÑOR mi Dios, me has hecho rey en lugar de mi padre David. No soy más que un muchacho, y apenas sé cómo comportarme.8Sin embargo, aquí me tienes, un siervo tuyo en medio del pueblo que has escogido, un pueblo tan numeroso que es imposible contarlo.9Yo te ruego que le des a tu siervo discernimiento para gobernar a tu pueblo y para distinguir entre el bien y el mal. De lo contrario, ¿quién podrá gobernar a este gran pueblo tuyo?»10Al Señor le agradó que Salomón hubiera hecho esa petición,11de modo que le dijo: ―Como has pedido esto, y no larga vida ni riquezas para ti, ni has pedido la muerte de tus enemigos, sino discernimiento para administrar justicia,12voy a concederte lo que has pedido. Te daré un corazón sabio y prudente, como nadie antes de ti lo ha tenido ni lo tendrá después.13Además, aunque no me lo has pedido, te daré tantas riquezas y esplendor que en toda tu vida ningún rey podrá compararse contigo.14Si andas por mis sendas y obedeces mis decretos y mandamientos, como hizo tu padre David, te daré una larga vida.15Cuando Salomón se despertó y se dio cuenta del sueño que había tenido, regresó a Jerusalén. Se presentó ante el arca del pacto del Señor y ofreció holocaustos y sacrificios de comunión. Luego ofreció un banquete para toda su corte.
Un gobernante sabio
16Tiempo después, dos prostitutas fueron a presentarse ante el rey.17Una de ellas le dijo: ―¡Oh señor mío! Esta mujer y yo vivimos en la misma casa. Mientras ella estaba allí conmigo, yo di a luz,18y a los tres días también ella dio a luz. No había en la casa nadie más que nosotras dos.19Pues bien, una noche esta mujer se acostó encima de su hijo, y el niño murió.20Pero ella se levantó a medianoche, mientras yo dormía y, tomando a mi hijo, lo acostó junto a ella y puso a su hijo muerto a mi lado.21Cuando amaneció, me levanté para amamantar a mi hijo, ¡y me di cuenta de que estaba muerto! Pero, al clarear el día, lo observé bien y pude ver que no era el hijo que yo había dado a luz.22―¡No es cierto! —exclamó la otra mujer—. ¡El niño que está vivo es el mío, y el muerto es el tuyo! ―¡Mientes! —insistió la primera—. El niño muerto es el tuyo, y el que está vivo es el mío. Y se pusieron a discutir delante del rey.23El rey deliberó: «Una dice: “El niño que está vivo es el mío, y el muerto es el tuyo”. Y la otra dice: “¡No es cierto! El niño muerto es el tuyo, y el que está vivo es el mío”».24Entonces ordenó: ―Traedme una espada. Cuando se la trajeron,25dijo: ―Partid en dos al niño que está vivo, y dadle una mitad a esta y la otra mitad a aquella.26La verdadera madre, angustiada por su hijo, le dijo al rey: ―¡Por favor, señor mío! ¡Dale a ella el niño que está vivo, pero no lo mates! En cambio, la otra exclamó: ―¡Ni para mí ni para ti! ¡Que lo partan!27Entonces el rey ordenó: ―No lo matéis. Entregadle a la primera el niño que está vivo, pues ella es la madre.28Cuando todos los israelitas se enteraron de la sentencia que el rey había pronunciado, sintieron un gran respeto por él, pues vieron que tenía sabiduría de Dios para administrar justicia.
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