24那一天,以色列人很困乏,因为扫罗叫他们起誓:“谁在黄昏前,就是在向敌人报完仇以前吃任何东西,谁就要受咒诅。”于是,以色列人整天都没有进食。25众人进入树林,见地上有蜂蜜。26他们在树林中虽然看见有蜂蜜正在滴落,但没有人敢伸手取蜂蜜吃,因为他们都怕违背誓言。27约拿单没有听见他父亲叫以色列人起誓,他伸出手中的杖蘸蜂房的蜜吃,立刻精神大振。28有个士兵告诉约拿单,说:“你父亲曾叫众人郑重起誓,‘今天吃东西的人必受咒诅。’所以大家很疲惫。”29约拿单说:“我父亲使大家受苦了。你看,我只吃了少许蜂蜜,就精神大振,30如果大家吃了从敌人那里夺来的食物,我们就会歼灭更多的非利士人。”31那天,以色列人追杀非利士人,从密抹一直追杀到亚雅仑,众人疲惫不堪。32他们匆匆把夺来的牛、羊和牛犊在地上宰了,肉还带血就吃了。33有人告诉扫罗,说:“众人吃了带血的肉,得罪耶和华了。”扫罗说:“你们犯罪了!现在把一块大石头滚到我这里来,34再去吩咐大家把牛羊都带到这里来宰了吃,不可吃带血的肉得罪耶和华。”当天晚上,众人都把自己的牛羊带到那里宰杀。35扫罗为耶和华筑了一座祭坛,这是他第一次筑坛。36他对以色列人说:“让我们连夜追赶非利士人,抢夺他们的财物,直到天亮,把他们全部歼灭。”众人答道:“就照你的意思。”但祭司说:“让我们先来求问上帝吧。”37于是,扫罗求问上帝,说:“耶和华啊,我们可以去追杀非利士人吗?你会把他们交在以色列人手里吗?”但耶和华那日没有回答他。38扫罗说:“你们这些百姓的首领到这里来,我们要查出今天究竟谁犯了罪,39我凭拯救以色列的永活的耶和华起誓,就是我儿子约拿单犯了罪,他也要死!”众人都默不作声。40扫罗对以色列众人说:“你们站在这边,我和我的儿子约拿单站在那边。”众人答道:“就照你的意思。”41扫罗向以色列的上帝耶和华祷告说:“请你把实情告诉我吧。”抽签的结果是约拿单和扫罗犯了罪,民众都是无辜的。42扫罗和约拿单二人再抽签,结果抽出了约拿单。43扫罗对约拿单说:“告诉我,你做了什么事?”约拿单说:“我只不过用手中的杖蘸了一点蜂蜜吃,就得死吗?”44扫罗说:“约拿单啊,你必须死。否则,愿上帝重重地惩罚我。”45但众人对扫罗说:“今天约拿单给以色列人带来这么大的胜利,难道要他死吗?绝对不可以!我们凭永活的耶和华起誓,绝不可动他一根头发,因为他今天的行动有上帝的帮助。”众人就这样救了约拿单的性命。46扫罗便停止了追击,非利士人也回本地去了。47扫罗统治以色列后,常常攻打四围的摩押人、亚扪人、以东人、琐巴的诸王和非利士人等仇敌,无往而不胜。48他奋勇杀敌,打败了亚玛力人,从掠夺者手中救出以色列人。49他的儿子是约拿单、亦施韦和麦基舒亚,长女叫米拉,次女叫米甲。50他的妻子名叫亚希暖,是亚希玛斯的女儿。扫罗军队的元帅叫押尼珥,是他叔叔尼珥的儿子。51扫罗的父亲基士和押尼珥的父亲尼珥都是亚别的儿子。52扫罗一生常和非利士人激烈交战。他遇见英勇的壮士,都会征募到自己的军队中。
Nueva Versión Internacional (Castellano)
1Cierto día, Jonatán hijo de Saúl, sin decirle nada a su padre, le ordenó a su escudero: «Ven acá. Vamos a cruzar al otro lado, donde está el destacamento de los filisteos».2Y es que Saúl estaba en las afueras de Guibeá, bajo un granado en Migrón, y tenía con él unos seiscientos hombres.3El efod lo llevaba Ahías hijo de Ajitob, que era hermano de Icabod, el hijo de Finés y nieto de Elí, sacerdote del SEÑOR en Siló. Nadie sabía que Jonatán había salido,4y para llegar a la guarnición filistea Jonatán tenía que cruzar un paso entre dos peñascos, llamados Bosés y Sene.5El primero estaba al norte, frente a Micmás; el otro, al sur, frente a Gueba.6Así que Jonatán le dijo a su escudero: ―Vamos a cruzar hacia la guarnición de esos paganos.* Espero que el SEÑOR nos ayude, pues para él no es difícil salvarnos, ya sea con muchos o con pocos.7―¡Adelante! —respondió el escudero—. Haz todo lo que tengas pensado hacer, que cuentas con todo mi apoyo.8―Bien —dijo Jonatán—; vamos a cruzar hasta donde están ellos, para que nos vean.9Si nos dicen: “¡Esperad a que os alcancemos!”, ahí nos quedaremos, en vez de avanzar.10Pero, si nos dicen: “¡Venid acá!”, avanzaremos, pues será señal de que el SEÑOR nos va a dar la victoria.11Así pues, los dos se dejaron ver por la guarnición filistea. ―¡Mirad —exclamaron los filisteos—, los hebreos empiezan a salir de las cuevas donde estaban escondidos!12Entonces los soldados de la guarnición les gritaron a Jonatán y a su escudero: ―¡Venid acá! Tenemos algo que deciros. ―Ven conmigo —le dijo Jonatán a su escudero—, porque el SEÑOR le ha dado la victoria a Israel.13Jonatán trepó con pies y manos, seguido por su escudero. A los filisteos que eran derribados por Jonatán, el escudero los remataba.14En ese primer encuentro, que tuvo lugar en un espacio reducido,* Jonatán y su escudero mataron a unos veinte hombres.
Israel derrota a los filisteos
15Cundió entonces el pánico en el campamento filisteo y entre el ejército que estaba en el campo abierto. Todos ellos se acobardaron, incluso los soldados de la guarnición y las tropas de asalto. Hasta la tierra tembló, y hubo un pánico extraordinario.*16Desde Guibeá de Benjamín, los centinelas de Saúl podían ver que el campamento huía en desbandada.17Saúl dijo entonces a sus soldados: «Pasad revista, a ver quién de los nuestros falta». Así lo hicieron, y resultó que faltaban Jonatán y su escudero.18Entonces Saúl le pidió a Ahías que trajera el arca de Dios. (En aquel tiempo el arca estaba con los israelitas).19Pero, mientras hablaban, el desconcierto en el campo filisteo se hizo peor, así que Saúl le dijo al sacerdote: «¡No lo hagas!»20En seguida Saúl reunió a su ejército, y todos juntos se lanzaron a la batalla. Era tal la confusión entre los filisteos que se mataban unos a otros.21Además, los hebreos que hacía tiempo se habían unido a los filisteos, y que estaban con ellos en el campamento, se pasaron a las filas de los israelitas que estaban con Saúl y Jonatán.22Y los israelitas que se habían escondido en los montes de Efraín, al oír que los filisteos huían, se unieron a la batalla para perseguirlos.23Así libró el SEÑOR a Israel aquel día, y la batalla se extendió más allá de Bet Avén.
El juramento de Saúl
24Los israelitas desfallecían de hambre, pues Saúl había puesto al ejército bajo este juramento: «¡Maldito el que coma algo antes del anochecer, antes de que pueda vengarme de mis enemigos!» Así que aquel día ninguno de los soldados había probado bocado.25Al llegar todos a un bosque, notaron que había miel en el suelo.26Cuando el ejército entró en el bosque, vieron que la miel corría como agua, pero por miedo al juramento nadie se atrevió a probarla.27Sin embargo, Jonatán, que no había oído a su padre poner al ejército bajo juramento, alargó la vara que llevaba en la mano, hundió la punta en un panal de miel, y se la llevó a la boca. En seguida se le iluminó el rostro.28Pero uno de los soldados le advirtió: ―Tu padre puso al ejército bajo un juramento solemne, diciendo: “¡Maldito el que coma algo hoy!” Y por eso los soldados desfallecen.29―Mi padre le ha causado un gran daño al país —respondió Jonatán—. Mirad cómo me volvió el color al rostro cuando probé un poco de esta miel.30¡Imaginaos si todo el ejército hubiera comido del botín que se le arrebató al enemigo! ¡Cuánto mayor habría sido el estrago causado a los filisteos!31Aquel día los israelitas mataron filisteos desde Micmás hasta Ayalón. Y, como los soldados estaban exhaustos,32echaron mano del botín. Agarraron ovejas, vacas y terneros, los degollaron sobre el suelo, y se comieron la carne con sangre y todo.33Entonces le contaron a Saúl: ―Los soldados están pecando contra el SEÑOR, pues están comiendo carne junto con la sangre. ―¡Son unos traidores! —replicó Saúl—. Haced rodar una piedra grande, y traédmela ahora mismo.34También les dijo: ―Id y decidle a la gente que cada uno me traiga su toro o su oveja para degollarlos y comerlos aquí; y que no coman ya carne junto con la sangre, para que no pequen contra el SEÑOR. Esa misma noche cada uno llevó su toro, y lo degollaron allí.35Luego Saúl construyó un altar al SEÑOR. Este fue el primer altar que levantó.36Y dijo: ―Vayamos esta noche tras los filisteos. Antes de que amanezca, quitémosles todo lo que tienen y no dejemos a nadie con vida. ―Haz lo que te parezca mejor —le respondieron. ―Primero debemos consultar a Dios —intervino el sacerdote.37Saúl entonces le preguntó a Dios: «¿Debo perseguir a los filisteos? ¿Los entregarás en manos de Israel?» Pero Dios no le respondió aquel día.38Así que Saúl dijo: ―Todos vosotros, jefes del ejército, acercaos y averiguad cuál es el pecado que se ha cometido hoy.39¡El SEÑOR y Salvador de Israel me es testigo de que, aunque el culpable sea mi hijo Jonatán, morirá sin remedio! Nadie se atrevió a decirle nada.40Les dijo entonces a todos los israelitas: ―Poneos vosotros de un lado, y yo y mi hijo Jonatán nos pondremos del otro. ―Haz lo que te parezca mejor —respondieron ellos.41Luego le rogó Saúl al SEÑOR, Dios de Israel, que le diera una respuesta clara. La suerte cayó sobre Jonatán y Saúl, de modo que los demás quedaron libres.42Entonces dijo Saúl: ―Echad suertes entre mi hijo Jonatán y yo. Y la suerte cayó sobre Jonatán,43así que Saúl le dijo: ―Cuéntame lo que has hecho. ―Es verdad que probé un poco de miel con la punta de mi vara —respondió Jonatán—. ¿Y por eso tengo que morir?44―Jonatán, si tú no mueres, ¡que Dios me castigue sin piedad! —exclamó Saúl.45Los soldados le replicaron: ―¡Cómo va a morir Jonatán, siendo que le ha dado esta gran victoria a Israel! ¡Jamás! Tan cierto como que el SEÑOR vive, que ni un pelo de su cabeza caerá al suelo, pues con la ayuda de Dios hizo esta proeza. Así libraron a Jonatán de la muerte.46Saúl, a su vez, dejó de perseguir a los filisteos, los cuales regresaron a su tierra.47Después de consolidar su reinado sobre Israel, Saúl luchó contra todos los enemigos que lo rodeaban, incluso contra los moabitas, los amonitas, los edomitas, los reyes de Sobá y los filisteos; y a todos los vencía48haciendo gala de valor. También derrotó a los amalecitas y libró a Israel de quienes lo saqueaban.
La familia de Saúl
49Saúl tuvo tres hijos: Jonatán, Isví y Malquisúa. También tuvo dos hijas: la mayor se llamaba Merab, y la menor, Mical.50Su esposa era Ajinoán hija de Ajimaz. El general de su ejército era Abner hijo de Ner, tío de Saúl.51Ner y Quis, el padre de Saúl, eran hermanos, y ambos eran hijos de Abiel.52Durante todo el reinado de Saúl se luchó sin cuartel contra los filisteos. Por eso, siempre que Saúl veía a alguien fuerte y valiente, lo alistaba en su ejército.
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