17大祭司和他的同党撒都该人看见这情形,妒火中烧,18便把使徒拘捕,关在监里。19当天晚上,有一位主的天使把狱门打开,领他们出来,20说:“你们到圣殿去,把这生命之道传给百姓。”21使徒遵从命令,在黎明的时候来到圣殿开始教导众人。 大祭司和他的同党召集了所有公会*的人和以色列的众长老,然后派人去监狱把使徒押来受审。22差役来到监狱时,发现使徒已经不见了,就回去禀告,说:23“我们看见牢门紧锁,守卫都站在门外,但打开门一看,里面却空无一人!”24圣殿护卫长和祭司长听后,都很困扰,不知道是怎么回事。25这时有人来报告说:“你们关押在牢里的人正在圣殿里教导人!”26圣殿护卫长和差役再去把使徒抓回来。这次他们不敢动粗,生怕百姓会用石头打他们。27使徒被带来后站在公会前,大祭司盘问他们,说:28“我们不是严禁你们奉耶稣的名去教导百姓吗?你们竟然在耶路撒冷各处传道,还想把杀那人的血债归到我们身上!”29彼得和其他使徒申辩说:“我们要服从的是上帝,而非人。30你们钉死在十字架上的耶稣,我们祖先的上帝已经使祂复活了。31上帝把祂提升到自己的右边,立祂为君王和救主,好赐给以色列人悔改的机会,使他们的罪得到赦免。32我们就是这些事的见证人,上帝赐给顺服祂之人的圣灵也同样做见证。”33他们听了,怒气冲天,打算杀掉使徒。34公会中有一位名叫迦玛列的法利赛人,是个德高望重的律法教师。他站起来,叫人把使徒暂且押到外面,35然后说:“以色列人啊,你们应当慎重处置这些人。36不久前,有个名叫杜达的人起来自立山头,吸引了差不多四百个跟随者,但他被杀之后,那些跟随者就各奔东西,销声匿迹了。37后来,又有个加利利人犹大在户口登记期间鼓动百姓跟随他造反。他被杀之后,那些跟随者也烟消云散了。38所以,像现在这种情形,我劝大家还是不要管他们,随他们去吧。他们的计划和行为如果是出于人意,终必失败;39但如果是出于上帝,你们不但无法阻止他们,恐怕反而是在抵挡上帝!”40公会采纳了他的意见,于是把使徒召回来打了一顿,再次警告他们不可奉耶稣的名传道,才放了他们。41使徒离开公会后,为自己有资格为主的名受辱而欢喜。42他们每天在圣殿里及各家各户教导人,传扬耶稣是基督。
Nueva Versión Internacional (Castellano)
Ananías y Safira
1Un hombre llamado Ananías también vendió una propiedad y, en complicidad con su esposa Safira, se quedó con parte del dinero y puso el resto a disposición de los apóstoles.3―Ananías —le dijo Pedro—, ¿cómo es posible que Satanás haya llenado tu corazón para que le mintieras al Espíritu Santo y te quedaras con parte del dinero que recibiste por el terreno?4¿Acaso no era tuyo antes de venderlo? Y una vez vendido, ¿no estaba el dinero en tu poder? ¿Cómo se te ocurrió hacer esto? ¡No has mentido a los hombres, sino a Dios!5Al oír estas palabras, Ananías cayó muerto. Y un gran temor se apoderó de todos los que se enteraron de lo sucedido.6Entonces se acercaron los más jóvenes, envolvieron el cuerpo, se lo llevaron y le dieron sepultura.7Unas tres horas más tarde, entró su esposa, sin saber lo que había ocurrido.8―Dime —le preguntó Pedro—, ¿vendisteis el terreno por tal precio? ―Sí —dijo ella—, por tal precio.9―¿Por qué os pusisteis de acuerdo para poner a prueba al Espíritu del Señor? —le recriminó Pedro—. ¡Mira! Los que sepultaron a tu esposo acaban de regresar y ahora te llevarán a ti.10En ese mismo instante ella cayó muerta a los pies de Pedro. Entonces entraron los jóvenes y, al verla muerta, se la llevaron y le dieron sepultura al lado de su esposo.11Y un gran temor se apoderó de toda la iglesia y de todos los que se enteraron de estos sucesos.
Los apóstoles sanan a muchas personas
12Por medio de los apóstoles ocurrían muchas señales y prodigios entre el pueblo; y todos los creyentes se reunían de común acuerdo en el Pórtico de Salomón.13Nadie entre el pueblo se atrevía a juntarse con ellos, aunque los elogiaban.14Y seguía aumentando el número de los que confiaban en el Señor.15Era tal la multitud de hombres y mujeres que hasta sacaban a los enfermos a las plazas y los ponían en camillas para que, al pasar Pedro, por lo menos su sombra cayera sobre alguno de ellos.16También de los pueblos vecinos a Jerusalén acudían multitudes que llevaban personas enfermas y atormentadas por espíritus malignos, y todas eran sanadas.
Persiguen a los apóstoles
17El sumo sacerdote y todos sus partidarios, que pertenecían a la secta de los saduceos, se llenaron de envidia.18Entonces arrestaron a los apóstoles y los metieron en la cárcel pública.19Pero en la noche un ángel del Señor abrió las puertas de la cárcel y los sacó.20«Id —les dijo—, presentaos en el templo y comunicad al pueblo todo este mensaje de vida».21Conforme a lo que habían oído, al amanecer entraron en el templo y se pusieron a enseñar. Cuando llegaron el sumo sacerdote y sus partidarios, convocaron al Consejo, es decir, a la asamblea general de los ancianos de Israel, y mandaron traer de la cárcel a los apóstoles.22Pero, al llegar los guardias a la cárcel, no los encontraron. Así que volvieron con el siguiente informe:23«Encontramos la cárcel cerrada, con todas las medidas de seguridad, y a los guardias firmes a las puertas; pero, cuando abrimos, no encontramos a nadie dentro».24Al oírlo, el capitán de la guardia del templo y los jefes de los sacerdotes se quedaron perplejos, preguntándose en qué terminaría todo aquello.25En esto, se presentó alguien que les informó: «¡Mirad! Los hombres que metisteis en la cárcel están en el templo y siguen enseñando al pueblo».26Fue entonces el capitán con sus guardias y trajo a los apóstoles sin recurrir a la fuerza, porque temían ser apedreados por la gente.27Los condujeron ante el Consejo, y el sumo sacerdote les recriminó:28―Terminantemente os hemos prohibido enseñar en ese nombre. Sin embargo, vosotros habéis llenado a Jerusalén con vuestras enseñanzas, y os habéis propuesto echarnos la culpa a nosotros de la muerte* de ese hombre.29―¡Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres! —respondieron Pedro y los demás apóstoles—.30El Dios de nuestros antepasados resucitó a Jesús, a quien vosotros matasteis colgándolo de un madero.31Por su poder,* Dios lo exaltó como Príncipe y Salvador, para dar a Israel arrepentimiento y perdón de pecados.32Nosotros somos testigos de estos acontecimientos, y también lo es el Espíritu Santo que Dios ha dado a quienes le obedecen.33A los que oyeron esto se les subió la sangre a la cabeza y querían matarlos.34Pero un fariseo llamado Gamaliel, maestro de la ley muy respetado por todo el pueblo, se puso de pie en el Consejo y mandó que hicieran salir por un momento a los apóstoles.35Luego dijo: «Hombres de Israel, pensaos bien lo que estáis a punto de hacer con estos hombres.36Hace algún tiempo surgió Teudas, jactándose de ser alguien, y se le unieron unos cuatrocientos hombres. Pero lo mataron y todos sus seguidores se dispersaron y allí se acabó todo.37Después de él surgió Judas el galileo, en los días del censo, y logró que la gente lo siguiera. A él también lo mataron, y todos sus secuaces se dispersaron.38En este caso os aconsejo que dejéis a estos hombres en paz. ¡Soltadlos! Si lo que se proponen y hacen es de origen humano, fracasará;39pero, si es de Dios, no podréis destruirlos, y os encontraréis luchando contra Dios». Se dejaron persuadir por Gamaliel.40Entonces llamaron a los apóstoles y, después de azotarlos, les ordenaron que no hablaran más en el nombre de Jesús. Después de eso los soltaron.41Así pues, los apóstoles salieron del Consejo, llenos de gozo por haber sido considerados dignos de sufrir afrentas por causa del Nombre.42Y día tras día, en el templo y de casa en casa, no dejaban de enseñar y anunciar las buenas nuevas de que Jesús es el Mesías.
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