Psalm 40 | La Biblia Textual Schlachter 2000

Psalm 40 | La Biblia Textual

Al director del coro. Salmo de David.

1 Pacientemente esperé a YHVH, Y se inclinó hacia mí y oyó mi clamor. 2 Me hizo subir del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; Asentó mis pies sobre una roca y afirmó mis pasos. 3 Puso luego en mi boca un cántico nuevo, Alabanza a nuestro Dios. Verán esto muchos, y temerán, Y confiarán en YHVH. 4 ¡Cuán bienaventurado es el varón que puso en YHVH su confianza! Que no mira a los soberbios ni a los que se desvían tras la mentira. 5 ¡Oh YHVH, Dios mío, has aumentado tus maravillas, Y tus designios para con nosotros! ¡No hay nadie comparable a ti! Si los anunciara y hablara de ellos, No pueden ser enumerados. 6 Sacrificio y ofrenda no te agradan; Has abierto mis oídos; Holocausto y expiación no has demandado. 7 Entonces dije: He aquí, vengo: En la cabecilla del rollo está escrito acerca de mí: 8 Oh Dios mío, el hacer tu voluntad me ha agradado, Y tu Ley está en mis entrañas. 9 He proclamado las buenas nuevas de justicia Delante de la gran congregación, He aquí, oh YHVH, Tú lo sabes; no refrené mis labios, 10 Ni encubrí tu justicia dentro de mi corazón. He proclamado tu fidelidad y tu salvación; No he ocultado tu misericordia y tu verdad ante la gran congregación. 11 Tú, pues, oh YHVH, no retengas de mí tus misericordias, Y tu bondad y fidelidad me guarden siempre. 12 Porque me han rodeado males sin número; Me han sobrecogido mis iniquidades, Y no puedo levantar la vista; Superan en número los cabellos de mi cabeza, Y mi corazón me falla. 13 ¡Oh YHVH, quieras Tú librarme! ¡Oh YHVH, apresúrate a socorrerme! 14 ¡Sean abochornados y confundidos a una los que me buscan para destruirme! ¡Sean vueltos atrás y avergüéncense los que desean mi mal! 15 ¡Queden atónitos a causa de su vergüenza Los que me dicen: Ea, ea! 16 ¡Regocíjense y alégrense en ti todos los que te buscan! Digan siempre los que aman tu salvación: ¡Engrandecido sea YHVH! 17 Aunque estoy afligido y necesitado, Adonay se acordará de mí. Tú eres mi ayuda y mi libertador; ¡Dios mío no te tardes!

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Schlachter 2000
1 Dem Vorsänger. Ein Psalm Davids. 2 Beharrlich habe ich auf den HERRN geharrt, da neigte er sich zu mir und erhörte mein Schreien. 3 Er zog mich aus der Grube des Verderbens, aus dem schmutzigen Schlamm, und stellte meine Füße auf einen Fels; er machte meine Schritte fest 4 und gab mir ein neues Lied in meinen Mund, ein Lob für unseren Gott. Das werden viele sehen und sich fürchten und werden auf den HERRN vertrauen. 5 Wohl dem, der sein Vertrauen auf den HERRN setzt und sich nicht zu den Aufgeblasenen wendet und zu den abtrünnigen Lügnern. 6 HERR, mein Gott, [wie] zahlreich sind die Wunder, die du getan hast, und deine Pläne, die du für uns gemacht hast; dir ist nichts gleich! Wollte ich sie verkündigen und davon reden — es sind zu viele, um sie aufzuzählen. 7 Opfer und Gaben hast du nicht gewollt; Ohren aber hast du mir bereitet; Brandopfer und Sündopfer hast du nicht verlangt. 8 Da sprach ich: Siehe, ich komme, in der Buchrolle steht von mir geschrieben; 9 deinen Willen zu tun, mein Gott, begehre ich, und dein Gesetz ist in meinem Herzen. 10 Ich habe Gerechtigkeit als frohe Botschaft verkündigt in der großen Gemeinde; siehe, ich will meine Lippen nicht verschließen, HERR, das weißt du! 11 Deine Gerechtigkeit verbarg ich nicht in meinem Herzen, ich redete von deiner Wahrheit und von deinem Heil; deine Gnade und Wahrheit verschwieg ich nicht vor der großen Gemeinde. 12 Du, HERR, wollest dein Herz nicht vor mir verschließen; lass deine Gnade und deine Wahrheit mich allezeit behüten! 13 Denn Übel ohne Zahl haben mich umringt, meine Verschuldungen haben mich ergriffen; ich kann sie nicht überschauen; sie sind zahlreicher als die Haare meines Hauptes, und mein Mut hat mich verlassen. 14 HERR, lass es dir gefallen, mich zu retten; HERR, eile mir zu Hilfe! 15 Es sollen sich alle schämen und schamrot werden, die mir nach dem Leben trachten, um es wegzuraffen; es sollen zurückweichen und zuschanden werden, die mein Unglück suchen! 16 Erstarren sollen wegen ihrer eigenen Schmach, die zu mir sagen: »Haha, haha«! 17 Es sollen fröhlich sein und sich freuen in dir alle, die dich suchen; die dein Heil lieben, sollen allezeit sagen: »Der HERR ist groß!« 18 Bin ich auch elend und arm — für mich sorgt der Herr. Du bist meine Hilfe und mein Retter; mein Gott, säume nicht!