1.Mose 47 | La Biblia Textual Schlachter 2000

1.Mose 47 | La Biblia Textual

Los israelitas en Gosén Últimos años de la hambruna

1 Fue, pues, José y anunció a Faraón, y le dijo: Mi padre y mis hermanos, sus rebaños y vacadas, con todo lo que tienen, han venido de la tierra de Canaán, y he aquí están en la tierra de Gosén. 2 Y de entre sus hermanos tomó a cinco de ellos, y los presentó ante Faraón. 3 Entonces Faraón dijo a sus hermanos: ¿Cuál es vuestro oficio? Y respondieron a Faraón: Tus siervos son pastores de ovejas, tanto nosotros como nuestros padres. 4 También dijeron a Faraón: Hemos venido para habitar en esta tierra, pues la hambruna aprieta en la tierra de Canaán y no hay pasto para las ovejas de tus siervos. Por tanto, te rogamos que permitas que tus siervos habiten en tierra de Gosén. 5 Entonces Faraón habló a José, diciendo: Tu padre y tus hermanos han venido a ti. 6 La tierra de Egipto está delante de ti. En lo mejor de esa tierra haz habitar a tu padre y a tus hermanos. Que habiten en tierra de Gosén, y si juzgas que hay entre ellos hombres valerosos, ponlos por mayorales de mi ganado. 7 Luego José tomó a su padre Jacob y lo puso delante de Faraón, y Jacob bendijo a Faraón. 8 Entonces Faraón dijo a Jacob: ¿Cuántos son los días de los años de tu vida? 9 Jacob respondió a Faraón: Los días de los años de mis peregrinaciones son ciento treinta años. Pocos y malos han sido los días de los años de mi vida, y no han llegado a los días de los años de la vida de mis padres en los días de sus peregrinaciones. 10 Y Jacob bendijo a Faraón, y salió de la presencia de Faraón. 11 Y José hizo habitar a su padre y a sus hermanos dándoles posesión en la tierra de Egipto, en lo mejor de la tierra, en la tierra de Rameses, como Faraón había ordenado. 12 Y abastecía José a su padre, a sus hermanos y a toda la casa de su padre, incluidos los pequeños, 13 aunque no había alimento en todo el país, y la hambruna era muy grave, y la tierra de Egipto y la de Canaán desfallecían a causa de la hambruna. 14 Así pues, José recogió toda la plata que se halló en la tierra de Egipto y en la tierra de Canaán, por el grano que le compraban, e ingresó José la plata en la casa de Faraón. 15 Cuando se hubo acabado la plata de la tierra de Egipto y de la tierra de Canaán, todo Egipto acudió a José, diciendo: Danos pan. ¿Por qué hemos de morir en presencia tuya? pues la plata se ha acabado. 16 Entonces dijo José: Si se ha acabado la plata, entregad vuestro ganado, y yo os daré por vuestro ganado. 17 Y llevaron sus ganados a José. Entonces José les dio pan por los caballos, por el ganado del rebaño, por el ganado de la vacada, y por los asnos. Y durante aquel año les suministró alimento a cambio de todos sus ganados. 18 Finalizado aquel año, acudieron a él el segundo año, y le dijeron: No ocultamos a nuestro señor que, puesto que la plata se ha acabado, y también el ganado es de nuestro señor, nada queda delante de nuestro señor sino nuestro cuerpo y nuestro suelo. 19 ¿Por qué hemos de morir ante tus ojos, tanto nosotros como nuestra tierra? Cómpranos a nosotros y a nuestra tierra por pan, y nosotros y nuestro suelo seremos esclavos de Faraón, pero danos semilla para que podamos vivir y no muramos, y la tierra no sea asolada. 20 Y José compró para Faraón toda la tierra de Egipto, porque todos los egipcios vendían sus campos, pues la hambruna arreciaba sobre ellos. Así el país llegó a ser de Faraón, 21 e hizo trasladar al pueblo a las ciudades, de un extremo al otro de Egipto. 22 Solamente dejó de comprar la tierra de los sacerdotes, porque había un estatuto de Faraón para los sacerdotes, y ellos comían la ración que Faraón les daba. Por eso no tuvieron que vender sus campos. 23 José dijo al pueblo: He aquí, hoy os he comprado a vosotros con vuestra tierra para Faraón. Ahí tenéis semilla para sembrar la tierra. 24 Cuando llegue la cosecha daréis la quinta parte a Faraón, y las cuatro partes serán vuestras para sembrar el campo, para alimento vuestro, para los que están en vuestras casas y para alimento de vuestros pequeños. 25 Respondieron: ¡Nos has dado la vida! Hallemos gracia a ojos de nuestro señor, y seamos siervos de Faraón. 26 Y José lo estableció por estatuto sobre la tierra de Egipto hasta este día: Faraón recibe la quinta parte. Sólo la tierra de los sacerdotes no llegó a ser de Faraón. 27 E Israel habitó en el país de Egipto, en tierra de Gosén, y tomaron posesión en ella, y fructificaron y se multiplicaron en gran manera. 28 Y vivió Jacob en la tierra de Egipto diecisiete años, pues fueron los días de Jacob, los años de su vida, ciento cuarenta y siete años. 29 Cuando se acercaba para Israel la hora de morir, llamó a su hijo José, y le dijo: Si he hallado gracia en tus ojos, pon ahora tu mano bajo mi muslo, y harás conmigo misericordia y verdad. Te ruego que no me entierres en Egipto. 30 Que cuando descanse con mis padres, me lleves de Egipto y me entierres en el sepulcro de ellos. Y respondió: Yo haré según tu palabra. 31 Y él dijo: Júramelo. Y le juró. Entonces Israel se postró a la cabecera de la cama.

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Schlachter 2000

Jakob vor dem Pharao

1 Und Joseph kam und berichtete es dem Pharao und sprach: Mein Vater und meine Brüder sind aus dem Land Kanaan gekommen samt ihren Schafen und Rindern und aller ihrer Habe; und siehe, sie sind im Land Gosen! 2 Er hatte aber aus der Zahl seiner Brüder fünf mitgenommen und stellte sie dem Pharao vor. 3 Und der Pharao fragte seine Brüder: Was treibt ihr? Sie antworteten dem Pharao: Deine Knechte sind Schafhirten, wir und unsere Väter. 4 Und sie sprachen zum Pharao: Wir sind gekommen, um uns im Land aufzuhalten; denn deine Knechte haben keine Weide für ihr Vieh, so hart beschwert die Hungersnot das Land Kanaan; und nun möchten deine Knechte gerne im Land Gosen wohnen. 5 Da sprach der Pharao zu Joseph: Dein Vater und deine Brüder sind zu dir gekommen; 6 das Land Ägypten steht dir offen; lass deinen Vater und deine Brüder am besten Ort des Landes wohnen! Im Land Gosen sollen sie wohnen; und wenn du weißt, dass unter ihnen tüchtige Leute sind, so setze sie zu Aufsehern über meine Herden! 7 Und Joseph brachte seinen Vater Jakob herein und stellte ihn dem Pharao vor; und Jakob segnete den Pharao. 8 Und der Pharao fragte Jakob: Wie alt bist du? 9 Jakob sprach zum Pharao: Die ganze Zeit meiner Fremdlingschaft* beträgt 130 Jahre; wenig und böse sind meine Lebensjahre gewesen, und sie erreichen nicht die Zahl der Lebensjahre meiner Väter in den Tagen ihrer Fremdlingschaft. 10 Und Jakob segnete den Pharao und ging hinweg vom Angesicht des Pharao. 11 Und Joseph wies seinem Vater und seinen Brüdern Wohnsitze an und gab ihnen Grundbesitz im Land Ägypten, im besten Teil des Landes, im Gebiet von Ramses, wie der Pharao befohlen hatte. 12 Und Joseph versorgte seinen Vater und seine Brüder und das ganze Haus seines Vaters mit Brot nach der Zahl der Kinder.

Joseph erwirbt ganz Ägypten für den Pharao

13 Es gab aber im ganzen Land kein Brot; denn die Hungersnot war sehr schwer, und das Land Ägypten war erschöpft wegen der Hungersnot, ebenso das Land Kanaan. 14 Und Joseph brachte alles Geld zusammen, das im Land Ägypten und im Land Kanaan gefunden wurde, für das Getreide, das man kaufen musste; und Joseph brachte das Geld in das Haus des Pharao. 15 Da nun das Geld im Land Ägypten und in Kanaan ausgegangen war, kamen alle Ägypter zu Joseph und sprachen: Gib uns Brot! Warum sollen wir vor deinen Augen sterben, weil kein Geld mehr da ist? 16 Joseph sprach: Bringt euer Vieh her, so will ich euch [Brot] geben als Entgelt für euer Vieh, wenn es kein Geld mehr gibt! 17 Da brachten sie ihr Vieh zu Joseph; und Joseph gab ihnen Brot um Pferde, Schafe, Rinder und Esel und versorgte sie so in jenem Jahr mit Brot um den Preis ihres ganzen Viehs. 18 Als nun jenes Jahr verflossen war, kamen sie zu ihm im nächsten Jahr und sprachen: Wir wollen unserem Herrn nicht verhehlen, dass, weil das Geld ausgegangen ist und das Vieh unserem Herrn gehört, nunmehr nichts mehr übrig bleibt vor unserem Herrn als unser Leib und unser Feld! 19 Warum sollen wir umkommen vor deinen Augen, wir und unser Feld? Kaufe uns um Brot samt unserem Feld, dass wir und unser Feld dem Pharao dienstbar seien! Gib uns Samen, dass wir leben und nicht sterben, und dass das Land nicht zur Wüste wird! 20 So kaufte Joseph alles Ackerland der Ägypter für den Pharao auf, denn die Ägypter verkauften jeder sein Feld, weil die Hungersnot schwer auf ihnen lastete; und so wurde das Land zum Eigentum des Pharao. 21 Das Volk aber ließ er in die verschiedenen Städte bringen, von einem Ende Ägyptens bis zum anderen. 22 Nur die Äcker der Priester kaufte er nicht; denn die Priester bezogen ein festes Einkommen vom Pharao und ernährten sich von ihrem festen Einkommen, das ihnen der Pharao gab; darum brauchten sie ihre Äcker nicht zu verkaufen. 23 Und Joseph sprach zum Volk: Ich habe euch heute samt eurem Land für den Pharao gekauft; hier ist Samen für euch, besät das Land! 24 Aber vom Ertrag habt ihr dem Pharao den Fünften zu geben, und vier Teile sollen euch zur Verfügung stehen zum Besäen der Felder und zum Unterhalt für euch selbst und euer Gesinde und zur Nahrung für eure Kinder. 25 Da sprachen sie: Du hast uns das Leben erhalten! Wenn wir Gnade finden vor den Augen unseres Herrn, so wollen wir Knechte des Pharao sein! 26 Da machte Joseph dies zum Gesetz für das Ackerland Ägyptens bis zum heutigen Tag, dass dem Pharao der Fünfte gehört; nur die Äcker der Priester wurden nicht Eigentum des Pharao. 27 Und Israel wohnte im Land Ägypten, im Land Gosen, und sie nahmen es in Besitz, waren fruchtbar und mehrten sich sehr. 28 Und Jakob lebte noch 17 Jahre im Land Ägypten, und die Tage Jakobs, die Jahre seines Lebens, betrugen 147 Jahre. 29 Als nun die Zeit kam, dass Israel sterben sollte, rief er seinen Sohn Joseph und sprach zu ihm: Wenn ich Gnade gefunden habe vor deinen Augen, so lege doch deine Hand unter meine Hüfte und erweise mir Liebe und Treue: Begrabe mich doch ja nicht in Ägypten! 30 Sondern ich will bei meinen Vätern liegen; darum sollst du mich aus Ägypten wegführen und mich in ihrem Grab begraben! Er sprach: Ich will es machen, wie du gesagt hast! 31 Er aber sprach: So schwöre mir! Da schwor er ihm. Und Israel betete an am Kopfende des Bettes.